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De la manifestación a la “conquista” del parlamento

'Podemos' reúne los avales necesarios para presentarse a las europeas

Ramón A. Feenstra

El mayo de 2011 una parte considerable de la ciudadanía española participó, colaboró o siguió un movimiento de protesta callejera que sorprendió al país. Tres años después, en 2014, la primavera vuelve a mostrarse políticamente activa aunque ahora en el escenario electoral, tras los resultados de las elecciones europeas.En el mismo momento que los datos del CIS muestran la consolidación de la desafección ciudadana hacia los partidos políticos y hacia la clase política, irrumpen, paradójicamente, en el escenario electoral un amplio abanico de nuevas formaciones. Unas formaciones que incluyen, entre otros, a Podemos, Partido X, Escaños en Blanco, Partido Pirata y Ahora Tú Decides. Es llamativo que en una época de elevada desconfianza hacia los partidos políticos, se observe esta proliferación de nuevas formaciones que buscan la renovación del sistema político español, pero ¿qué explica esta preferencia por la vía partidista? ¿Cómo entender este salto desde las manifestaciones callejeras al intento por conquistar el espacio electoral, realizado por partes de la ciudadanía?

Si nos centramos en las causas es, por supuesto, clave no olvidar el contexto de crisis económica y también política que afectan al conjunto del sistema. Además, tampoco cabe menospreciar la importancia de las nuevas herramientas de comunicación que ofrecen la posibilidad de organizar partidos con un costo muy inferior al de épocas pasadas. Sin embargo, un acercamiento a las nuevas formaciones políticas permite apreciar algunos elementos que explican la actual proliferación de nuevos partidos: sus objetivos y sus características específicas. Elementos que los diferencian con respecto a los partidos tradicionales.

Es relevante señalar algunas diferencias en cuanto a los objetivos de la amplia pluralidad de nuevas formaciones. Entre los nuevos partidos encontramos ejemplos, como el del Partido X, entre cuyos objetivos destaca la utilización del partido como medio para avanzar hacia una forma más directa, transparente y participativa de democracia fomentando el potencial que ofrece la red. Otros partidos, como es el caso de Escaños en Blanco, se constituye como una herramienta de protesta contra la clase política. Su objetivo es evidenciar el descontento ciudadano a través de vaciar los escaños de los diferentes parlamentos. Finalmente, otros partidos, como puede ser el caso de la Podemos o la CUP, se constituyen como mecanismos que buscan introducir el activismo directamente dentro de las instituciones representativas. No obstante, lo más destacado de estos nuevos partidos son algunas características comunes que los hacen especialmente novedosos.

Una primera característica esencial es la visión que tienen estas nuevas formaciones políticas respecto a ellos mismos como partido. Las nuevas formaciones entienden al partido como una herramienta de participación más, es decir como un vehículo de movilización y de presión frente al sistema. Los integrantes de nuevos partidos apuestan por ampliar las vías de participación ciudadana pero esto no excluye automáticamente su participación a través de otras formas de expresión política: manifestaciones, acciones de activismo digital, ocupaciones, boicots, etc. Las ciudadanas y ciudadanos que participan en los nuevos partidos entienden que para aumentar la eficacia de sus acciones hay que emprender la vía electoral y apuestan de forma pragmática y estratégica por esta opción. El partido se constituye simplemente como una vía política más.

Esta instrumentalización del partido no es la única característica diferenciadora de las nuevas formaciones políticas. También es fundamental entenderlos como iniciativas que buscan dejar huella sobre el sistema político. El objetivo principal de muchos de estos nuevos partidos políticos consiste en alcanzar unas metas que en caso de ser logradas las convertiría automáticamente en redundantes y obsoletas. Escaños en Blanco, por ejemplo, pretende lograr una reforma de la ley electoral en el cual se reconozca el voto en blanco computable. Es decir, un sistema electoral que permita traducir los votos de protesta en escaños vacíos en el parlamento. Una vez logrado este objetivo la concurrencia a elecciones de Escaños en Blanco dejaría de tener sentido.

También es básico entender que estas formaciones se caracterizan por tener unas reivindicaciones de carácter limitado. Los nuevos partidos se centran en temáticas específicas. El Partido Pirata busca fomentar el acceso universal y gratuito a la red, Podemos centra su programa especialmente en cuestiones del modelo productivo y la deuda, mientras que el Partido X habla de un pacto de mínimos de la ciudadanía.

Finalmente, es destacable señalar que los nuevos partidos se caracterizan por un tener un (paradójico) carácter de “anti-partido” en el sentido que rechazan las estructuras jerárquicas y los discursos de los partidos políticos tradicionales. Si buscamos resaltar una característica común de los nuevos partidos este es precisamente su rechazo hacia la figura tradicional del “político” así como hacia las dinámicas de los partidos tradicionales. Los nuevos partidos no sólo buscan plantear alternativas frente al sistema político también pretenden impulsar cambios en las dinámicas de los partidos tradicionales.

El posible éxito o fracaso (en términos electorales) en elecciones venideras está por ver pero no hay duda de que estas formaciones pondrán otro color a las futuras elecciones. En las europeas del 2014 Podemos ya ha entrado con una fuerza sorprendente. En las próximas elecciones generales el elector se encontrará con un menú más variado de opciones políticas que irán desde los partidos políticos más tradicionales hasta los partidos protesta de nacimiento más reciente. Algunas partes de la ciudadanía políticamente activa han empezado su particular conquista del parlamento, pero estas son conscientes de que su objetivo no es hacerse con el poder sino erigirse en un caballo de Troya que ejerza presión a favor del cambio político desde dentro de las instituciones representativas.

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