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De la Liga Norte hacia el Movimiento 5 Estrellas

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Giovanni T. Marangon

Es una opinión extendida entre muchos analistas que las últimas elecciones italianas han representado un gran cambio en el comportamiento electoral italiano, especialmente en el norte de la península. Efectivamente, los resultados de las últimas elecciones legislativas han roto en cierto sentido con el pasado electoral italiano reciente. Sin embargo, tras la imagen de cambio, hay más elementos de continuidad de lo que parece, tal como muestra la parábola recorrida por los dos movimientos populares que han surgido cómo respuesta de oposición a la política convencional italiana, en dos momentos históricos distintos: la Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas.

A finales de los años ochenta, aumentó la exigencia de las regiones septentrionales de tener una voz común en contra de una política sorda a las necesidades del norte. Con una astuta campaña electoral basada en mensajes populistas, la absoluta protagonista de ese fenómeno social fue la Liga Norte. Ésta tuvo la capacidad política de hacerse cargo de esta reivindicación, dando voz a una clase media reticente ante el ineficiente centralismo italiano. De esta forma, la Liga Norte puso en primera línea de la agenda pública italiana el clivaje centro/periferia, en favor de un deseado federalismo.

Hoy, a la luz de los últimos resultados electorales que han reducido drásticamente el apoyo social que se mantuvo constante en cada elección de las últimas dos décadas, parece perfectamente comprensible preguntarse si la Liga Norte ha perdido definitivamente la posibilidad de influir activamente en la competición política, a causa de los escándalos de corrupción y malversación. No obstante, es esta una subestimación precipitada y no del todo correcta: la Liga Norte sigue manteniendo inalterado todo el organigrama político propio de su organización y su patrimonio financiero. Siguen además intactas las necesidades, la cultura, los intereses y las creencias de la base del electorado, que sigue confiando, pese a los escándalos políticos, en los notables del partido.

No parece haber, entonces, un cambio radical en el apoyo electoral desde estas bases sociales sino más un bien una petición de cambio generacional a sus representantes, fenómeno que ya se inició con el nombramiento de Maroni como nuevo secretario del partido, quien además se ha proclamado vencedor en las elecciones administrativas en Lombardía y nuevo presidente de su gobierno regional. Una buena base de poder político para relanzar en el futuro la Liga Norte. La cohesión generalizada que existe en torno a la nueva secretaría indica que no es muy realista esperar un colapso próximo.

Sin embargo, es innegable que la Liga Norte ha perdido una gran magnitud de votos. Estos no se fueron a una mayor abstención, sino que se transfirieron al Movimiento 5 Estrellas. Analizando los resultados electorales, se refuerza bastante la idea que el M5S fue el único partido capaz de interceptar los votantes decepcionados por los partidos tradicionales, tanto en el norte más históricamente cercano a Liga Norte cómo en las comunidades más de izquierda.

No hay duda de que el Movimiento 5 Estrellas ha sido la verdadera sorpresa de las últimas elecciones nacionales, y el inesperado éxito de esta nueva formación política ha llevado a los politólogos a preguntarse “quién votó” y “por qué”.

Para contestar a la primera pregunta, los datos cruzados de edad, nivel de estudios y trabajo demuestran que la mayor parte del electorado del M5S se compone de personas jóvenes (entre 26 y 45 años de edad), con estudios, (los que no tienen estudios o llegan sólo a la educación primaria llegan al 12% del total), y pertenecientes a las profesiones en su mayoría atribuibles al sector terciario avanzado (en mayoría empleados públicos y privados). La distribución geográfica de su apoyo electoral (parecido a la de las elecciones de 2010 y 2011) ha sido determinante: en el norte de la península los porcentajes de apoyo han llegado al 12% de media, mientras que en el sur los mismos porcentajes oscilan alrededor del 3.6%.

Las razones de esta gran diferencia geográfica se deben a una clara disparidad en la distribución de recursos: en las regiones del sur la consolidación del poder vertical impide el desarrollo de las redes sociales que el M5S necesita para desarrollar sus políticas. No sorprende por ello que el Movimiento haya obtenido los mejores resultados allí donde ya existe una sociedad más horizontal y menos sometida al caciquismo local.

Pasando al segundo interrogante, las características que han determinado el éxito político del M5S se encuentran en los inputs programáticos del partido. Lo que se obtiene leyendo un programa político no es sólo la oferta política general de un partido, sino también el tipo de inputs sociales que emiten los ciudadanos y que el partido recoge y de los cuales pretende convertirse en promotor.

Si analizamos el programa del Movimiento observaremos cómo su oferta política se basa sobre todo en los valores postmaterialistas de la sociedad italiana, contrariamente a la oferta de la política tradicional. El Movimiento ha sido capaz de ejercer un considerable atractivo político sobre amplios sectores de la clase media y ha sabido actuar como un actor creíble, pero lo que aún no está claro es lo que pasará en las siguientes elecciones políticas y si el M5S conseguirá conservar el apoyo electoral que ha obtenido ahora.

La continuidad del apoyo crítico al M5S dependerá mucho de la acción del actual Gobierno: si este consigue impulsar algunas reformas inatacables por parte de la oposición y que remuevan la política tradicional, el discurso M5S populista se vería debilitado. La propuesta de transformar radicalmente la financiación de los partidos apunta en esa línea. En esta situación, la asociación del Movimiento con la idea de protesta perpetua (una política sólo capaz de criticar sin proponer nada en concreto) habría sido perjudicial no sólo para aquellos que habrían votado M5S en las elecciones, sino también para aquellos que se encuentran en la facción más abierta al diálogo con otras fuerzas.

Sin embargo, si el actual Gobierno fracasase en su política reformista, el M5S podría de nuevo ejercer de “salvador”, aunque esto no parece algo tan seguro a la luz de algunos problemas que han surgido recientemente: la caída del consenso electoral en las elecciones administrativas de la comunidad de Friuli Venezia Giulia (a dos meses del éxito de las políticas), y el problema de la representación parlamentaria. Desde la formación de las cámaras, algunos representantes parlamentarios del M5S han transmitido una imagen del partido muy utópica, ingenua y dogmática, que ha hecho emerger una realidad desconocida a numerosos electores del Movimiento 5 Estrellas. Los malos resultados de las elecciones locales nos recuerdan la vulnerabilidad de este movimiento (aunque ciertamente la arena local no es el espacio prioritario para una oferta política como la del M5S).

Con ello, parecen confirmar lo que muchos electores intuyen del populismo de protesta: que saben expresar mejor que la política tradicional el descontento frente a los fallos del sistema, pero que son –probablemente– aún más incapaces que aquellos de proporcionar una respuesta efectiva.

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