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Andalucía autoriza por primera vez a una universidad pública a impartir estudios de FP

Estudiantes en la Biblioteca de la Universidad de Málaga (UMA)

Daniel Cela

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Andalucía va a romper la última pared que separaba el sistema universitario de la Formación Profesional, dos vías de estudios superiores que durante décadas se han ignorado y que en los últimos años han competido entre sí. La Junta de Andalucía acaba de autorizar a la Universidad de Málaga (UMA) a impartir el próximo curso un primer ciclo de FP, convirtiéndose en la primera universidad pública de España en ofertar estudios superiores no universitarios, según sus responsables.

“No venimos a competir con nadie, pero sí consideramos que podemos contribuir a la mejora de una formación completa, más flexible, y hacer desde la universidad pública que la FP se profesionalice mucho más. A más largo plazo, sí se trata de un replanteamiento estratégico del sistema formativo en España, pero para eso hará falta la ayuda y la decisión de nuestros políticos”, explica el rector de la UMA, José Ángel Narváez, a este periódico. 

Las universidades son autónomas y el sistema universitario en Andalucía está adscrito a la Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimientos y Universidades. La Formación Profesional, en cambio, depende de la Consejería de Educación, que el pasado 15 de marzo emitió un informe favorable a través de la Dirección General de Planificación para acreditar a la Fundación General de la Universidad de Málaga como centro homologado de FP. El primer ciclo superior autorizado es el de Guía, Información y Asistencias Turísticas, que empezará a impartirse el próximo curso 2022-2023.

Se abre un escenario nuevo, un híbrido entre lo público y lo privado, en el que el profesorado de FP que impartirá clases en las instalaciones de una universidad pública no accede al sistema escolar a través de un concurso oposición -como ocurre con la FP en institutos públicos de la Consejería de Educación- sino que son seleccionados por dicha universidad, eso sí, acorde a unos criterios fijados por Educación. Es una fórmula “innovadora”, explican, que abrirá pasarelas entre una y otra ruta formativa, necesariamente interdependientes entre sí.

Málaga, en cabeza

Narváez habla de explorar la “interconexión” entre dos modelos de formación superior distintos, un esquema que se escapa de las competencias universitarias y autonómicas, y que dependería de una normativa superior. “Ahora mismo esta normativa en el paso de la FP hacia la Universidad existe con una mayor posibilidad, aunque solo sea en un pequeño porcentaje. Pero la mayor dificultad actual es el paso contrario, es decir, desde la Universidad a la FP. Nuestro propósito es trabajar en esta línea, esto es, que se pueda realizar en el sentido inverso y de una manera más natural y flexible en ambas direcciones”, asegura.

Existe, en la actualidad, una normativa de rango estatal que regula el acceso de titulados de FP a la Universidad. Por ejemplo, si un titulado de FP quiere entrar en un grado universitario puede hacerlo, pero con un máximo de 10 puntos. Si quiere llegar a los 14 puntos, entonces debe hacer las pruebas de admisión de Selectividad. Además, no están todas las puertas de las titulaciones abiertas a todos, existe un listado de títulos vinculados entre la FP y la Universidad: un titulado en Técnico de Laboratorio puede acceder a determinados grados de Ciencias de la Salud, pero no puede hacerlo uno que provenga de Informática, por ejemplo.

El rector de la UMA sostiene que Málaga será la primera universidad pública que imparta un ciclo de Formación Profesional en España. “En febrero de 2019, a iniciativa nuestra, la fundación de la UMA comenzó a tramitar toda la documentación necesaria para poder acreditarse como centro que pueda impartir ciclos de Formación Profesional”, explica.

La Consejería de Educación dio luz verde el mes pasado, pero advierte de algunos matices: “La entidad que solicita el ciclo no es la Universidad de Málaga, sino la Fundación General de la Universidad de Málaga que, según reza en sus estatutos, es una organización privada de naturaleza fundacional, de interés general y carácter docente y cultural promovida por la propia Universidad”.

El departamento de Educación actúa aquí como lo haría con una empresa privada especializada en FP, esto es, aplicar el procedimiento administrativo reglado para este tipo de entidades, que consiste en verificar y constatar que cumple con los requisitos (titulación de los docentes, estudios y programas homologados, instalaciones...), y si es así, dicen, solo cabe la autorización administrativa. “La Consejería no tiene capacidad de decisión, solo de verificación”, matizan.

De momento, Educación ha elaborado un informe favorable de adecuación de instalaciones, y a partir de ahí existen otros requerimientos, como el perfil del profesorado que reclute la Universidad de Málaga, que deberán ser evaluados. La fundación de la UMA ya ha comenzado la tramitación para contratar a los docentes de FP de las ramas de Hostelería y Turismo, Formación y Orientación Laboral, Inglés y Francés, mediante los correspondientes procedimientos selectivos y el régimen laboral del que dispone como centro acreditado.

Para el departamento de Educación es un trámite administrativo, casi automático. De hecho, ni siquiera se ha promocionado la iniciativa a pesar de que el actual momento político preelectoral es propicio para promocionarlo todo. En cambio la UMA sí habla de un “hito” en la enseñanza superior, consciente de que la Universidad de Málaga irrumpe de lleno en el campo de la FP, donde ya se está acrecentando la competencia entre la oferta pública y la privada. “Es un primer paso, pequeño pero importante y simbólico, para acabar con los compartimentos estancos en los que tradicionalmente es considerada la formación continua”, asegura Narváez, siempre refiriéndose a “un modelo más flexible”.

“La idea es la de crear trayectos formativos que estén intercomunicados, que no se entienda a la FP como un camino sin salida: que parte de la formación adquirida en ella sirva luego para continuar estudios universitarios y, al revés, que cualquier alumno que esté estudiando un grado y prefiera luego adentrarse en la Formación Profesional, pueda aprovechar todo lo que haya estudiado durante su tiempo en la Universidad”, dice el rector malagueño.

FP profesionalizada

Narváez ha pilotado este proyecto en primera persona. Tal es así, que no ha querido delegar en nadie más de su universidad las explicaciones a este periódico sobre la iniciativa de la UMA. “El principal mensaje de esta novedad es que la llegada de estos ciclos al ámbito universitario trabaja en la idea de profundizar en el camino imprescindible de la formación a lo largo de la vida. Las universidades públicas podemos jugar un papel muy importante, sobre todo para hacer que la FP se profesionalice mucho más y estrechar los lazos con la formación universitaria de un modo más flexible”, advierte.

En Andalucía hay un desequilibrio tremendo oferta y demanda de ciclos formativos de grado medio y superior, como subrayan los datos de alumnos que cada año se quedan sin plaza en un instituto de FP.

La crisis financiera que arranca en 2008 y su repercusión directa en disparar las listas del paro provocaron una oleada de solicitudes para volver a estudiar, sobre todo en FP. De la última etapa socialista en el Gobierno andaluz hasta ahora son las cifras de más de 30.000 personas que se quedaban sin plaza por falta de demanda.

El malogrado consejero de Educación, Javier Imbroda, puso mucho énfasis en corregir ese déficit aumentando la oferta de estos ciclos, tanto en la pública como autorizando centros privados. El próximo curso escolar se ofertarán 240 ciclos formativos, 158 más que los que se imparten este año. Los institutos públicos ofertarán 195 titulaciones -73 de grado superior, 70 de grado medio, 18 de básica, cinco de programas específicos y 29 de cursos de especialización-; más 45 ciclos en institutos concertados. La consejería no ha proporcionado datos de centros privados de FP autorizados para el próximo curso.

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