Lo que pasa en Andalucía mientras en Andalucía no pasa nada

Dos días ha durado la primera sesión del debate de investidura en el Parlamento andaluz, que ha finalizado, como estaba previsto, sin que se hayan reunido apoyos suficientes para formar gobierno en Andalucía. La votación volverá a repetirse el viernes, aunque las apuestas son que volverá a repetirse la situación de bloqueo.

Durante estas 48 horas de parálisis política en la que sus señorías se han intercambiado propuestas y contrapropuestas sin éxito y debatido sobre quién tiene mejores soluciones para los problemas de la gente, una mujer ha muerto asesinada en Almería y más de 300 han presentado una denuncia por violencia machista.

21 inmigrantes han sido rescatados en el Estrecho sin que sepamos nunca a cuántos más se han tragado las aguas desde el lunes. Ocho esclavas sexuales fueron liberadas en Córdoba mientras cientos o seguramente miles continúan cautivas en cárceles de neón, a apenas unos metros de donde circulamos a diario. La Guardia Civil ha elevado a 1.200 millones el dinero sin justificar en los cursos de formación.

Tres millones y medio de andaluces han vuelto a despertarse el lunes y el martes siendo pobres. Si sigue el ritmo de abril, se habrán creado unos 600 empleos, pero ¿cuántos habrán durado apenas estas escasas 48 horas? Habrán nacido 350 niños y muerto 250 personas, entre ellas aquel periodista de Huelva que hizo viajar con la imaginación a la luna a una España que aún caminaba en alpargatas.

Cerca de dos centenares de andaluces han conocido que tienen cáncer. Se habrán creado un centenar de empresas, mientras una media de cuatro se ha declarado en concurso de acreedores. Si hacemos caso a las estadísticas, casi 50 familias –90, si atendemos a los cálculos de Podemos- han sido desahuciadas y otras tantas más habrán perdido su vivienda para finales de semana, cuando la Cámara vuelva a reunirse.

Todo apunta a que tampoco ese día se resolverá el bloqueo, que puede prolongarse hasta después de las municipales del 24 de mayo, incluso, apurando los plazos legales, hasta primeros de julio. En fin, supongo que no hay prisa.