Primarísimas en la derechísima

Reconozco la autoridad de los procesalistas en el uso de los superlativos. Lo de provisionalísimas, cautelarísimas, sumarísimos son ejercicios de sorna y guasa dignos de todo respeto lingüístico y científico procesal. En el ámbito de lo militar también tiene su uso, aunque, en estos casos, en vigencia del autoritarismo. No es lo mismo.

El PP ha celebrado sus primarísimas, por primeras y por rápidas. Una de las mejores noticias desde la derecha para la democracia española, aún joven. Ha sido una gran experiencia. La democracia, a veces se atasca, tiene un sabor amargo, al principio, pero acaba gustando. En la primera fase, han hablado los militantes que quedaban después del cepillado censal; luego, en la segunda, han hablado los compromisarios , una especie de nobleza orgánica, que han decidido otra cosa y han inclinado la balanza hacia el ganador: Pablo Casado. Enhorabuena, Pablo.

Que nadie se rompa las vestiduras, dignatarios los hay en todos los partidos. Recuerdo que en un Congreso de la izquierda , un dirigente sindical afirmó que el único problema grave que se esperaba era encontrar aparcamientos para los coches oficiales. Las fases no afean el procedimiento, por mucho que se enfade Sáenz de Santamaría , que ya no puede intimidar a sus deudos mediáticos. Casado tiene una legitimidad democrática como no ha tenido antes ningún presidente de la derecha española e incluso más que algunos de los dirigentes de la izquierda, que presumen de democracia.

De Casado se dice que ha ganado Aznar, el presidentísimo, que ha perdido Rajoy, el inexperto registrador, que ha sido el último duelo entre ambos. Quizá, pero mientras Aznar, siempre que quería, exigía lealtad a su hijo digital, Rajoy, con Casado, hijo ideológico, podrá influir pero nunca afear su independencia por nombramiento digital, sencillamente porque no se ha producido.

El nuevo PP resultante de la victoria de Casado, es el PP auténtico, sin tapujos , muy de derechas. Celia Villalobos afirmó el pasado viernes que la extrema derecha rondaba la candidatura de Casado. No se equivocaba, es la misma extrema derecha que siempre ha rondado al PP, el único partido de derechas europeo con sus extremos dentro. Si alguno les ha merodeado desde fuera, ahora volverán, porque estaban dentro y se fueron , dicen, por la debilidad del PP saliente que, no lo era por déficit ideológicos sino por sus tutelas y tutías, por su aristocracia orgánica acomodada y por los débitos de negocietes.

Una de las grandes conquistas en la UE en materia de protección de los consumidores fue la exigencia de un etiquetado veraz y riguroso. La jurisprudencia constante del Tribunal de Justicia de la UE así lo ha estado poniendo de manifiesto , como mínimo , desde la sentencia sobre la Ley de pureza de la cerveza. Por eso, que los españoles sepan con rigor y veracidad, como consumidores de bienes democráticos, cuál es el etiquetado de sus opciones políticas es un derecho a proteger. Esta claro, en el etiquetado del PP, explicado por Casado, están sus ingredientes, aditivos, colorantes, incluidos los alérgenos y todo lo demás. Casado lo ha dejado claro: son la derechísima.

La derechísima que viene a traernos el pasado, a ponernos entre los estados miembros de la UE más reaccionarios, menor europeístas, viene a cuestionar las libertades civiles y los derechos sociales , viene a devolvernos al atlantismo sumiso de las Azores. Pero no se preocupen , cuando Casado gobierne, si es que sus españoles lo prefieren, seguramente ,los americanos ya habrán escarmentado y se habrán desprendido de Trump. No teman, en todo caso, no habrá conjunción planetaria. Nunca la hay de verdad, desde el Maine. Hasta en las Azores, no pasamos de monaguillo.

Los primarísimos se han hecho sangre, mucha sangre, mientras decidían el liderazgo y continuar hacia atrás , hacia las extremidades de la política española. Se han dicho de todo, con su propia pócima, hasta etarras. Eso hará que tengan que coserse. Es la moda, hemos pasado de querer grandes estadistas a necesitar grandes costureros o costureras. En Andalucía será peor , será más una cuestión metalúrgica que textil. Moreno Bonilla seguirá de candidato, salvo arranque de dignidad , pero con ejército ajeno, al puro estilo Maquiavelo.

En Madrid, el PP ha encontrado a un español mucho español, el único capaz de pelearle la derechísima a Albert Rivera, ausente físicamente del Congreso popular pero presente en todos los sentidos. Con el mismísimo estilo nacional populista, el nuevo PP se ha declarado monárquico acrítico, - aquí compite con la izquierda feliz-, nostálgico del pasado , garante de las esencias de España y, por ello, lejano al pluralismo territorial .

Ya tenemos PP, el PP ha vuelto, clama la prensa irredenta que espera que la inesperada sequía amaine con prontos chaparrones; suena a la vuelta del hombre. Entre himnos, banderas, abanicos y lágrimas, no las de Churchill, una cosa podemos tener clara, la unidad de España no tiene nada que temer. Seguiremos unidos y mucho españoles. España muy presente.