Renovarse o morir

Al ya cansino grito de ‘desperta ferro’, los almogávares proclamaron hace unos días la RSBC (República Soviética Bananera Catalana) a propuesta de la CUP, que al parecer no se ha enterado de que la URSS ya no existe y que en Rusia gobierna el Zar Putin I. Y como los acontecimientos se suceden a velocidad vertiginosa, no descarto que este fin de semana se anexionen el soviet de Andorra, que aunque no llegue al 3% de su territorio (porcentaje mínimo para hacer patria), es una cuestión práctica; así los Pujol no tendrán que cruzar fronteras para ir al cajero.

Aunque me lo tome a cuchufleta, la desconexión catalana va a tener muy negativas consecuencias para los españoles, y no es la menor de ellas que seremos conscientes de nuestra propia mortalidad, ya que si nos desconectan de ‘Saber y ganar’, programa que se emite desde Sant Cugat, no podremos ver más a Jordi Hurtado. Pero como no hay bien que por mal no venga, a cambio podríamos proponer un intercambio de prisioneros: ellos nos dan a Iniesta y nosotros les entregamos a Francisco Marhuenda. Pagando si hace falta.

Las cosas de comer

Pero dejemos las cosas banales (y bananales) y centrémonos en las importantes, que son las del comer, que con tanta maniobra de distracción a lo mejor nos despistamos y el próximo presidente del Gobierno de este país, antes llamado España y ahora Cuarto y Mitad, resultará ser de nuevo Mariano Rajoy. Y no sé si podremos soportarlo, que aunque las risas están bien, es mejor tener garbanzos y calefacción.

Para que tal cosa sea posible, ya se han puesto a la tarea los partidos tradicionales, por ejemplo Podemos, que en vez fichar obreros (que es una ordinariez), ha fichado a José Julio Rodríguez, un general de postín, tras haberse hecho con los servicios de un ex fiscal también general. La ventaja de tener un mílite en las filas es que nuestra más conspicua podemita, Teresa Rodríguez, quedará franca de servicio en la próxima marcha a Rota, donde no tendrá que gritar ‘Bases sí, OTAN dentro’.

También ha firmado por Podemos Javier Pérez Royo, ex comunista y ex socialista, que como su segundo apellido indica es el más prolijo de nuestros más profundos pensadores políticos y al que yo tengo que agradecer que me haya quitado del feo vicio de la dormidina. Para completar la lista de las fuerzas vivas –Justicia, Cultura, Milicia, Clero- a Podemos sólo le falta fichar al obispo de Calahorra.

Quien ha fichado poco y ha preferido tirar de cantera ha sido el PSOE, concretamente de Zaida Cantera, ex capitana del Ejército acosada por los militares en tiempos en los que el tal Rodríguez era su máximo jefe. En el mismo paquete de Cantera venía también Irene Lozano, ex diputada de Upyd y azote de socialistas, a los que llamó mamones, chorizos e ineptos, pero sin mala intención. Como ven, también hay mentes preclaras en el PSOE, que en todas las casas cuecen habas.

Susto o muerte

Sobre todo en la del PP, que por fin ha decidido renovarse, eso sí, sin fichar a nadie, que para cantera la suya, que es de piedra berroqueña, como la cara y la tableta de Aznar. Así, en Andalucía la renovación pasa por poner a Teófila Martínez como cabeza de lista en Cádiz; a Celia ‘Candy Crush’ Villalobos como segunda por Málaga; a Fátima Báñez como primera por Huelva, por detrás de la Virgen del Rocío, como no podía ser de otra manera, y a Carlos Rojas por Granada, que lleva más mili que el palo de la bandera de don Pelayo. Y menos mal que han podido convencer a Javier Arenas de que se quede en el Senado, aunque a mi modo de ver es una injusticia, que al Campeón todavía le queda mucha correa, y digo lo de Correa sin doble intención.

El PP ha comprendido por fin la disyuntiva que implica el dicho de renovarse o morir, y si en las cuatro elecciones anteriores había elegido susto, ahora parece que se han decantado directamente por muerte.