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El Mediterráneo le da un respiro a las tortugas marinas

Tortuga boba

Alejandro Ávila

Sobre la superficie y bajo ella, el Estrecho de Gibraltar brega con una intenso tráfico marino. Las aguas del Mediterráneo son un atractivo caladero para los miles de tortugas, delfines, ballenas y otros cetáceos que todos los años trasiegan entre dos continentes y dos mares. 

Sin embargo, muchos de ellos no encuentran en las cálidas aguas del Mare Nostrum un lugar para vivir, alimentarse y procrear, sino una trampa letal, que los deja encallados en las arenas del litoral andaluz. En los últimos diez años, la Junta de Andalucía ha registrado más de 3.000 varamientos de 1.665 cetáceos y 1.407 tortugas marinas.

En el último informe del medio marino de la Consejería de Agricultura, Pesca, Ganadería y Desarrollo Sostenible, a cuyos datos ha tenido acceso eldiario.es Andalucía, 179 de estos animales acuáticos quedaron varados en las costas andaluzas. 130 eran cetáceos, principalmente delfines, y 49 de ellos, tortugas marinas. “En términos globales 2018 ha sido el año con menor número de varamientos en la costa andaluza”, apuntan desde la Consejería.

Es la primera vez en diez años que las tortugas no sólo no rondan el centenar de ejemplares varados, sino que se han reducido, alcanzando así su mínimo histórico. Los cetáceos, en cambio, se mantienen por debajo de los 150 ejemplares varados, como viene ocurriendo en los últimos siete años. 2011 fue especialmente duro para estos mamíferos, cuando cerca de 200 de estos animales marinos encontraron la muerte en el mar.

Causas del descenso

Según los técnicos de la Consejería de Desarrollo Sostenible, a la hora de hablar de varamientos hay que distinguir tres zonas: el Golfo de Cádiz sudatlántico; el Estrecho y el Mar de Alborón; y el Levante almeriense. Sería en el Golfo de Cádiz donde “se mantiene esta tendencia a la baja. Es un buen resultado, lo importante ahora es estudiar si realmente el dato se corresponde con una menor interacción pesquera en el área”.

Según otros expertos consultados por este diario, las razones para este descenso en el varamiento de tortuga pueden ser múltiples y requieren de un análisis a más largo plazo y de al menos cinco años para determinar una tendencia estadística. Aluden a varios posibles factores: desde un descenso eventual de los varamientos a un mayor control sobre la pesca, pasando por el cambio climático o un descenso de alimento que hacen del Mediterráneo un lugar menos atractivo para los quelonios.

Mientras que las playas de Cádiz y Huelva son las que mayor número de tortugas marinas varadas atraen a sus costas en los últimos diez años, Málaga, Cádiz y Almería actúan como un 'imán' letal para los cetáceos. Según el informe marino de 2017, en la última década han varado hasta 16 especies diferentes de mamíferos marinos y cuatro de tortugas.

Delfines varados

Sin embargo, en la lista de cetáceos los más frecuentes son el delfín listado (42%), el común (20%) y el mular (9%), aunque también ha habido casos de calderones, rocuales o cachalotes. En el caso de las tortugas, la inmensa mayoría son tortugas boba (90%), seguidas por la tortuga laúd. De manera muy puntual, varan tortugas verdes o tortugas lora.

Más allá de las enfermedades naturales, la pesca y los golpes contra las hélices o el casco del barco son las principales razón de los varamientos de estos animales marinos. En la Bahía de Algeciras, la captura accidental durante la pesca del atún rojo suele ser una de las causas principales, mientras que en otras partes del litoral la intensidad del trafico marítimo aumenta el riesgo de que estos animales choquen con el casco de las embarcaciones. La administración andaluza considera que las cifras de varamientos de cetáceos de 2018 “se se encuentran dentro de un margen de normalidad”.

Ana Aldarias, experta en varamientos de Ecologistas en Acción, apunta las diferentes causas que afectan a estos animales acuáticos. Los cetáceos están más expuestos a problemas globales. “A los cetáceos lo que más les afecta son las colisiones con embarcaciones y los plásticos. Cada vez te encuentras más plásticos en los estómagos de los delfines”. La solución, según propone el grupo ecologista, es ampliar el corredor de migración para cetáceos hasta el Estrecho y controlar determinadas actividades humanas.

En los últimos diez se han hecho más de 450 necropsias a 15 tipos de especies de cetáceos diferentes en Andalucía para averiguar la causa de muerte. El 10% se hizo en el último año, pero “los resultados de causa de muerte aún se están analizando”.

Plástico y pesca, los mayores enemigos de la tortuga

En el caso de las tortugas, los plásticos y la pesca son sus mayores enemigos.  “Las tortugas llegan con anzuelos o envueltas en redes de pesca que les impiden crecer o alimentarse. Varan más en Cádiz y Huelva por el patrón de corriente vinculado a la zona, una corriente costera que usan medusas y praderas marinas, las principales fuentes de alimento de las tortugas”, apunta Aldarias.

Mientras que una tortuga varada se puede salvar en los centros de atención a varamientos de Andalucía, la fragilidad de los delfines y otros cetáceos hace casi imposible rescatarlos. “En ningún caso se pudo salvar la vida de los animales”, señalan los informes regionales.

Según la Junta de Andalucía, los picos de varamientos de tortugas entre 2010 y 2013 están relacionados con “una epidemia por epibiontes que supuso la entrada solo en 2013 de más de 100 tortugas vivas en los centros de recuperación en Andalucía”. 

Como indicaba la veterinaria Carolina Fernández en esta información,  “por muchos cuidados que les demos, son muy delicados y estar fuera del agua les afecta a todo el organismo y les genera un síndrome de estrés. Los que sobreviven son la excepción”.

En el caso de sus acorazadas compañeras, las tortugas marinas, la situación se invierte: tres de cada cuatro se recuperan y pueden volver al mar. “Las tortugas tienen un aguante muy grande, son muy resistentes y responden muy bien a los tratamientos”, según Fernández.

Atención de emergencias

Tanto la concienciación de los ciudadanos (los expertos recuerdan que hay que llamar al 112 y no tocar el animal) como de los pescadores resulta imprescindible para aumentar las posibilidades de supervivencia de estos animales.

En Andalucía, la atención de emergencias frente a varamientos de mamíferos y tortugas marinas realiza el seguimiento de los varamientos, lleva a cabo la recuperación de los animales varados y hace un  “seguimiento sanitario o evaluación de las causas de los cetáceos muertos, prestando especial atención a aquellas muertes de delfines listados (Stenella coeruleoalba) y calderones comunes (Globicephala melas) que estuvieran relacionadas con el último brote epizoótico causado por DMV (Dolphin Morbillivirus)”.

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