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ENTREVISTA Director del Festival de Música y Danza de Granada

Antonio Moral: “Con los espectadores se está siendo más estricto que con los pasajeros”

Antonio Moral, actual director del Festival de Música y Danza de Granada

Alejandro Luque

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Tras el aplauso general que supuso su nombramiento al frente del Festival Internacional de Música y Danza de Granada, llegó de pronto la crisis del coronavirus, el confinamiento, la suspensión de la actividad cultural. Pero Antonio Moral (Puebla de Almenara, 1956) quiso superar todas las adversidades y sacar adelante esta, su primera edición como director, como algo más que un simple salvar los muebles. Algunos de los mejores músicos y bailarines del mundo pasarán por la capital nazarí del 25 de junio al 26 de julio, y el responsable de ello ha querido contarle a Eldiario.es cómo ha logrado hacerlo.

¿Llegó a temer que esta edición del Festival de Granada no pudiera realizarse?

¡En muchos momentos! En el periodo que fue desde la declaración del estado de alarma, a mediados de marzo, hasta primeros de mayo, podía suceder cualquier cosa. No tuve luz verde hasta que se anunciaron las tres fases de la desescalada y se adelantó que podrían ofrecerse espectáculos al aire libre con aforos acordes con los que tenemos. Ahí dijimos que si la situación no empeoraba, podríamos hacerlo. Decidimos retrasar el programa 15 días y proponer algunos conciertos en streaming desde rincones emblemáticos de la ciudad.

Se dice que elaboraron el programa en solo dos semanas. ¿Es posible?

Bueno, había un trabajo previo, porque teníamos ya toda una edición programada, pero debido a la Covid 19 hubo que mover muchas cosas, cancelar otras, vimos que los grupos extranjeros no podían venir… En definitiva, tuvimos que reinventarnos el festival, aunque hayamos podido preservar un 30 por ciento de la edición que teníamos lista. El resto, que cerramos entre primeros de mayo y el 17 ó 18 de ese mes, es todo nuevo, nada que ver con la idea inicial.

Espero que no corra mucho la voz, ni se acostumbren las instituciones a esos tiempos…

¡Yo tampoco! Normalmente esto es un trabajo que se hace a lo largo de un año. Sería muy complicado convertir en norma esa forma de comprimir el tiempo.

En el mundo artístico no se entiende muy bien aún que las medidas impuestas por las autoridades sean tan restrictivas, y en cambio algunos medios de transporte vayan llenos y sin observar la distancia social. ¿Qué piensa usted?

Pues tampoco lo entiendo, la verdad. Hay espacios como los aviones, o el AVE, por no hablar de la distancia de los bares, donde se permite mucha más proximidad, pero con los espectadores se está siendo más estricto. Aquí organizamos los conciertos al aire libre, con mascarilla, pero no vamos como sardinas en lata, como en otros sitios. Es injusto y desigual. No lo entiende nadie, ni se han molestado en explicárnoslo.

"Hay espacios como los aviones, o el AVE, por no hablar de la distancia de los bares, donde se permite mucha más proximidad, pero con los espectadores se está siendo más estricto".

La joya de la corona este año serán los conciertos de piano. ¿Cuáles destacaría?

Sí, tenemos grandes nombres sobre todo entre los pianistas. Destaca el polaco Krystian Zimerman, que tocará y dirigirá por vez primera en su carrera los cinco Conciertos para piano de Beethoven y lo hará al frente de la Orquesta Ciudad de Granada en tres conciertos. También tenemos a la argentina Martha Argerich, a una leyenda como Grigory Sokolov, o la participación de la pianista rusa Elisabeth Leonskaja con la Orquesta Nacional de España. Si a eso le sumamos la presencia de Daniel Barenboim, debemos reconocer que las circunstancias han querido ser favorables a última hora.

¿Se refiere a que el mercado se ha abierto con el confinamiento?

Ha sido una de las cosas positivas de todo este asunto del coronavirus. Todos estaban en su casa en mayo, con sus proyectos suspendidos, y cuando los llamamos aceptamos venir. La agenda de la mayoría de los músicos estaba cancelada y sin perspectivas. Eso ha permitido que artistas que no estaban libres en los próximos dos años los hemos encontrado libres en dos meses.

Volviendo al programa, ya que ha citado a Beethoven, ¿qué más citas habrá en torno al genio?

Se celebra el 250 aniversario de su nacimiento, de modo que tendremos varios conciertos con Beethoven como protagonista. Lo más importante será ofrecer por primera vez en la historia del Festival, en una misma edición, la integral de las Sinfonías y los Conciertos para un instrumento de Beethoven, además de las brillantes transcripciones que hiciera Liszt de sus sinfonías.

Los jóvenes, ¿tienen fácil acceder a un programa como el de Granada, entre tanto nombre grande?

Sí, vamos a tener por ejemplo la presentación de María Dueñas, una violinista granadina que estudia en Viena y acaba de cumplir 17 años, y es uno de los más prometedores intérpretes de nuestro país. O una pianista como Enriqueta Somarriba, que tiene 28; o Bertrand Chamayou, pianista también, francés, un joven muy interesante, así como el grupo sevillano de polifonía Vandalia.

El flamenco, ¿es inamovible en el festival, a pesar de estar representado en muchas otras citas?

En Granada hay muchos festivales flamencos, se programa casi constantemente, ya sea en el Festival Flamenco de Granada, en peñas como La Platería o La Chumbera, o en otras convocatorias que se han ido sumando al calendario de la ciudad. Nosotros siempre queremos hacer nuestra aportación, y este año traemos tres grandes nombres: Miguel Poveda homenajeando a Lorca, Carmen Linares y el siempre controvertido Niño de Elche, que ha vuelto a agotar las localidades.

¿Va a cambiar la nueva situación el perfil del público?

Este año es muy particular, no lo podemos comparar con otros años. Mucho público internacional no ha podido viajar, para Granada solo hay un AVE cuando normalmente había tres, el aeropuerto ha estado cerrado hasta hace poco… Va a ser una edición atípica también en ese sentido. En cualquier caso, el público internacional representa un 15%, y el 85 restante se reparte entre un 60 de Granada y provincia y un 25 del resto de España.

Y en el presupuesto, ¿cómo repercute?

Hemos tenido que hacer un ajuste de 775.000 euros sobre un presupuesto de 3.200.000 por la cuestión del aforo. La taquilla es muy importante en el festival, porque supone un tercio de nuestros recursos, y este año apenas va a representar un 15 por ciento debido a la reducción del 50 o 60 por ciento del aforo.

¿Quejas con las instituciones?

En absoluto, todas han mantenido su aportación, me han animado en todo momento. Agradezco mucho su apoyo.

¿Se puede especular algo sobre el futuro del Festival?

Hasta que no se solucione la pandemia, nadie puede predecir nada. ¿Habrá rebrotes, cómo será el otoño? Cualquier predicción es no arriesgada, sino lo siguiente. Creo que estamos todavía viviendo el problema, en medio de la tormenta.

Lo que no cambia es el magnetismo de Granada, ¿no?

Eso sí, no hay quien se resista. La ciudad, la Alhambra, sus rincones… Hacen de este un festival único. ¡Y también están las tapas y la cerveza!

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