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Más de la mitad de los artistas de Andalucía carece de empleo en su profesión

Estadísticas artistas en Andalucía.

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El arte no es, con los números en las manos, la mejor alternativa laboral en Andalucía. Más de la mitad (58%) de los artistas de Andalucía carecen de empleo en su profesión, un índice que supera en 10 puntos la media nacional para esta tasa de paro. En términos regionales, se trata de la situación más alarmante de toda España, junto a la que se registra en la Comunidad Valenciana.

Y el panorama es particularmente dramático si nos circunscribimos al audiovisual, entre los que la tasa de paro se eleva al 72%. La cifra coincide con el 58% entre los actores de teatro, pero se reduce significativamente en el caso de los bailarines (37%) y los dobladores, con un discreto 21%.

Todos estos datos figuran en el 'Informe sociolaboral sobre el colectivo de actores y bailarines en España', un trabajo sociológico de más de 400 páginas que la fundación Artístes Intérpretes Sociedad de Gestión (Aisge) ha venido desarrollando durante los siete primeros meses de este año. El estudio, el más minucioso de sus características realizado nunca a lo largo y ancho del país, se ha nutrido de un total de 3.282 encuestas, de las que 176 tuvieron lugar en Andalucía.

Este volumen de respuestas se corresponde con casi un tercio (32%) de los socios en Andalucía de Aisge, que gestiona los derechos de propiedad intelectual de actores e intérpretes. La fiabilidad de los diagnósticos, por tanto, es elevada y supera con creces la de los dos informes semejantes que la fundación elaboró con anterioridad, fechados en 2004 y 2012.

Esta acusada incertidumbre laboral tiene como consecuencia más directa que los profesionales de los escenarios en Andalucía busquen ocupaciones complementarias para llegar a fin de mes. Son más de la mitad (53%) quienes recurren a empleos no artísticos. De ellos, la tercera parte consigue una ocupación en alguna actividad más o menos cercana a su profesión, desde la impartición de cursos a la producción de proyectos. Sin embargo, son holgada mayoría (casi las dos terceras partes) aquellos que deben conformarse con trabajos de otra naturaleza, sin conexión con el mundo de las artes. Y sí, el tópico del artista que trabaja como camarero u oficinista se corresponde en muchas ocasiones con la realidad.

El paro en sentido estricto (aquel que tiene en cuenta estos otros empleos alternativos o de subsistencia más allá de la creación artística) se queda en el 31% entre los artistas de teatro y el 28% en el audiovisual, frente al 14% de los dobladores. Los bailarines andaluces que no tienen empleo, sea en su sector o en cualquier otro, son una minoría insignificante.

Otros trabajos como salida pero muy mal pagados

Las ayudas, ya sean públicas o privadas, para paliar las situaciones de los más desfavorecidos se quedan muy cortas en el caso de Andalucía. Solo el 55% de los artistas de teatro han recibido alguna en los últimos años, porcentaje que aún es inferior en el audiovisual (47%) y la danza (37%).

Pero la vida laboral tampoco resulta sencilla para aquellos que sí tienen trabajo. Para empezar, el 18% de los encuestados admite trabajar habitualmente sin contrato en esta región. Y ni siquiera se cumplen los salarios de convenio colectivo, puesto que el 43% asegura cobrar por debajo de esos baremos prefijados y, en teoría, obligatorios. Cobrar por debajo de lo estipulado en convenio colectivo es frecuentísimo en el mundo del doblaje andaluz (80% de casos) y en el del teatro (55%).

Si nos circunscribimos solo a los ingresos obtenidos dentro del ejercicio de la profesión artística, resulta que el 80% de los artistas se sitúan por debajo de la línea de la pobreza (frente al 58% de Cataluña y el 68% en la Comunidad de Madrid y el 70% de la Comunidad Valenciana, por establecer varias referencias). Este porcentaje engloba a los que no obtuvieron ningún ingreso en absoluto o a los que, habiendo conseguido trabajar en lo suyo, no superaron los 6.000 euros anuales (500 euros al mes de media). El porcentaje de artistas por debajo de la línea de la pobreza asciende aún más, hasta un 84%, si nos fijamos en el teatro.

Los que gozan de una posición menos apurada son los profesionales del doblaje: la cuarta parte percibe más de 1.000 euros al mes. Si consideramos el total de los ingresos (tanto los propios de la profesión artística como aquellos obtenidos mediante otros empleos), el resultado es que podemos considerar pobres al 46% de los artistas encuestados y en precario a otro 28%. Es decir, solo la cuarta parte (26%) de los intérpretes en Andalucía disfrutan de una cierta holgura económica, entendiendo como tal un mínimo de 1.200 euros de ingresos totales al mes. Existe un 5% de artistas en la cúspide: aquellos que perciben más de 6.000 euros mensuales.

Si se trata de comparar en función del género, las artistas salen desfavorecidas en una proporción similar a la de otras comunidades autónomas. Se registra un 60% de paro entre ellas y un 55% entre ellos, una brecha casi idéntica a la media estatal, que es de seis puntos. Lo peor es que las mujeres perciben sensiblemente menos ingresos derivados de la profesión artística que los hombres.

El colectivo de artistas presenta en Andalucía un panorama paritario, un 50,5% de hombres y un 49,5% de mujeres, mientras que la proporción en el conjunto de España es de 54/46. Este equilibrio casi perfecto se explica por la importancia de la danza en Andalucía, un sector donde ellas son el 63% del total. El teatro también registra mayoría femenina (53%), mientras que el 64% de los dobladores andaluces son hombres.

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