Lo que los esclavos negros nos legaron: creadores andaluces tras la huella africana en las artes
Llevaban tiempo trabajando en ello, pero el confinamiento les permitió dar el empujón definitivo. Y hoy por fin llegará el estreno, nada menos que en el Festival de Música y Danza de Granada. Gugurumbé. Las raíces negras es el título del espectáculo fruto de la suma de talentos del grupo Accademia del Piacere, encabezado por el violagambista Fahmi Alqhai, y el coreógrafo Antonio Ruz –premio Nacional de Danza–, que indaga en la raíz negra de las músicas y danzas populares hispanas de los siglos XVI y XVII.
“Han sido dos años soñando con estrenarlo”, explica Ruz, quien ya trabajó con Alqhai en À l’espagnole cinco años atrás. “De ese montaje surgió esta idea de trabajar sobre el barroco hispánico y bucear en los ritmos afroamericanos como origen de la música andaluza”. “Empecé con la fascinación por la danza y el folklore sudamericano - explica el cordobés- empezamos a compartir libros, vídeos, archivos, y fuimos haciendo un guiso con todos esos ingredientes. Y ya se sabe que un guiso lo dejas reposar, lo congelas, lo vuelves a calentar, y eso hemos hecho en esta andadura”.
La parodia del villancico de negros españoles y americanos Gugurumbé, de La Negrina de Mateo Flecha, da título a este programa. Según sus responsables, fue la conexión con los puertos de América y del África Subsahariana los que, en el trasiego incesante de esclavos, oros y mercancías, fueron dejando su poso en el Barroco europeo e incluso sirvieron de caldo de cultivo para lo que hoy conocemos como flamenco. El propio Cervantes hablaba de la Sevilla de la época como “un tablero de ajedrez” donde abundaban los esclavos negros, mulatos y mestizos, y es sabido entre otros detalles que un coro de negros cantaba tradicionalmente en las fiestas del Corpus.
Todo ello queda plasmado en una propuesta que cuenta con la danza flamenca de Mónica Iglesias (Premio Desplante del Concurso Internacional del Cante de las Minas 2018) y la negroamericana de la venezolana Ellavled Alcano, así como el cante de Rocío Márquez (Giraldillo de la Bienal de Flamenco de Sevilla a la Innovación y Coup de Coeur de la Academia Charles Cros en Francia) y el canto de la soprano Nuria Rial (Premios Echo Clasical Music 2009 y Orphée d’Or 2010), junto a la propia Accademia del Piacere y la guitarra jonda de Dani de Morón.
“Es un homenaje a esa historia silenciada que es la influencia de lo negro en la música y en toda la cultura hispánica”, explica Ruz. “No pretendemos una investigación exhaustiva, pero sí nutrirnos de ese legado para hacer un espectáculo totalmente contemporáneo, porque nadie sabe a ciencia cierta cómo eran esos bailes. También se trata de hacer reflexionar sobre el hecho seguro de que en nuestro ADN hay genes negros”. Por su parte, Alqhai, en calidad de director musical, ha hecho sus propias pesquisas en torno a músicas de raíz negra, desde los guineos hasta la jácara, la chacona o la zarabanda. “El contexto histórico es para mí un punto de partida”, afirma el músico, quien cree que la sensibilidad actual hacia el pasado esclavo de los negros “es otra forma de denunciar cuánto ha sufrido la Humanidad a manos de la Humanidad”, concluye.
¿Hubo esclavitud aquí?
Paralelamente a este estreno, el director sevillano Álvaro Begines rueda entre Huelva y Los Palacios el documental Cachita, la esclavitud borrada, con la misma intención de señalar cómo se ha obviado la esclavitud negra en el relato de nuestra historia. “¿Hubo esclavitud aquí? Eso nos preguntamos un día el director de fotografía y yo. Y ese día empezamos a concebir la película”, recuerda el cineasta, también guitarrista del grupo No me Pises Que Llevo Chanclas.
La cinta recreará a personajes reales como Juan Latino, académico y poeta inmortalizado por Velázquez que nació esclavo y llegó a convertirse en profesor en la Universidad de Granada, cuyo papel defenderá el actor Emilio Buale; o Cándida La Negra, la última esclava que vivió recogida por una familia gitana tras un naufragio en el Puerto de Santa María en los años 40 del siglo XX y que interpreta la actriz cubana Kenia Echenique.
También se habla de Pedro Blanco, el negrero más importante de todos los tiempos, nacido en Málaga e interpretado por el actor Salva Reina. “La historia se ha escrito según convenía a cada uno. Si te habías enriquecido de un modo reprobable, no lo ibas a contar. Pero al final sabemos de dónde venían la mayor parte de las riquezas de las élites de España”, comenta Begines.
Producido por La Mirada Oblicua, Cachita cuenta con testimonios de personalidades y expertos en la materia en España, Portugal, África y Cuba, entre los que destacan Aurelia Martín Casares, catedrática de Antropología Histórica y miembro del Comité Científico Internacional de la UNESCO-Ruta del Esclavo; Carlos Bardem, Santiago Auserón, Jesús Cosano y García de Romeu.
Sobre la coincidencia del rodaje con la campaña Black Lives Matter, el director comenta que “me agrada que la gente se interese por la Historia, no tanto para juzgar como para tener presente lo que fue aquello y no repetirlo. Porque el racismo existe hoy, aunque todos tengamos antepasados negros. Emilio Buale, que es actor español de origen ecuatoguineano, me contaba que si pasa con el coche por diez controles, le paran en los diez. Y cuando le preguntan cuánto lleva en España, no se creen que sea de aquí”, afirma.
“Es una historia que se ha querido ocultar tanto por parte de los esclavistas como por los descendientes de los esclavos, que veían su color como un estigma”, concluye Begines. “Sobre las estatuas derribadas o vandalizadas, creo que lo que no se debe es idolatrar a un esclavista. Deja la estatua, pero pon debajo que esa persona lo fue. Y si lo hizo antes de la abolición, trata de contextualizar, porque hubo un tiempo en que nadie echaba cuenta a la esclavitud ni a los derechos humanos. No se puede meter todo en el mismo saco”.
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