Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Cuando el pistolerismo también era cosa de Andalucía

Viñeta del cómic 'Los Pistoleros'

Alejandro Luque

0

Aunque el fenómeno del pistolerismo anarquista se asocia casi siempre con Cataluña, donde prendió con más fuerza, Andalucía también lo conoció en las mismas fechas, aquellos años 20 marcados por las convulsiones sociales y los fervores políticos. El profesor de Geografía Humana en la Universidad de Sevilla y dibujante Ibán Díaz (La Línea, 1979) ha querido contar esa historia oculta en viñetas, y el resultado es la novela gráfica Los pistoleros, que ha visto la luz recientemente en la editorial Dirección Única.   

Apasionado del cómic desde siempre, Díaz había ilustrado esporádicamente cuentos infantiles y materiales didácticos antes de atreverse con este reto, que venía rondándole desde hacía 15 años. Le interesaba, sobre todo esa Historia que no es la de los grandes intelectuales o políticos, sino la gente humilde y anónima. Y desde luego, el escenario: “Creo que el Campo de Gibraltar y La Línea son lugares totalmente excepcionales, auténticos e irrepetibles”, explica. “La frontera es un tipo de espacio que da lugar a procesos fascinantes. También a personajes únicos”.

Las situaciones de explotación y desigualdad son otro de los focos de interés del autor de Los pistoleros, que se sirve de este contexto para desarrollar la historia de El Grande, un sevillano reclutado por un grupo de acción anarquista en medio de una violenta huelga. Dicho personaje llegará hasta La Línea, donde deberá decidir si huye a América o consuma su venganza contra el hombre que les tendió una emboscada. Todo ello en medio del peculiar paisaje humano de contrabandistas, carabineros y trabajadores, y el paisaje urbano de las chabolas de levante con la Roca al fondo.

Más allá del folklore

Pero también había otra motivación en el proyecto, un deseo de dirigir la mirada del público hacia este rincón de la geografía española. “Me da la sensación de que solo se hace ficción sobre lo que pasa en Barcelona o Madrid. Andalucía suele quedar solo para su representación folclórica. Gran parte de la producción cultural en España procede de esas dos ciudades, pero incluso los andaluces o los gaditanos participamos de ese folclorismo y de esa invisibilización demasiado a menudo”, agrega.

En cuanto al porqué de las viñetas como fórmula para narrar esta historia, Díaz no tiene dudas: Creo que la ficción es un buen vehículo para contar la Historia. El cómic como medio tiene un rol marginal en la cultura popular actual, pero no por ello deja de ser válido. Además tiene mucha influencia en otros medios, porque es fácilmente traducible a otros lenguajes artísticos”, explica Díaz.

El cómic procede de lo que aprendí cuando exploré sobre la cuestión por curiosidad. El pistolerismo es un fenómeno que se asocia casi exclusivamente a Barcelona. Pero fue muy importante en Sevilla y en Málaga, durante dos periodos clave, el conocido como trienio bolchevique del 18 al 20 y en los años previos a la Guerra Civil. Me sorprende lo poco que hay sobre el tema, fuera de algún reportaje periodístico y lo que ha hecho José Luis Gutiérrez Molina en el anexo histórico del cómic”, comenta.

En dicho anexo, Gutiérrez Molina describe el germen de rebeldía que supuso el nacimiento de la CNT en 1910, el temor a un estallido revolucionario a la manera rusa por parte de los dueños de la economía y la administración y cómo éstos se aprestaron a frenar el movimiento con todos los medios a su alcance. Pero el movimiento sindicalista parecía imparable, y en medio de esas tensiones asoma el pistolerismo, que ya existía discretamente desde tiempo atrás. “No fue lo mismo en Barcelona que en Sevilla el papel que tuvo la militarización del orden público y de los propios procesos de industrialización que se estaban produciendo, la radicalización de los protagonistas”, comenta, al tiempo que aporta cifras del conflicto en Sevilla, recogidos en la tesis doctoral de Juan Cristóbal Marinello Borrego: entre 1917 y 1922 se produjeron tres ataques contra patronos, otros cinco contra el personal intermedio, 40 contra trabajadores, dos contra personas consideradas “representativas”, dos contra miembros de las fuerzas policiales y ocho contra “público”, así como 22 explosiones en edificios fabriles y domicilios de patronos. A consecuencia de ello, falleció un patrón y otro bando, mientras que entre los obreros hubo nueve muertos, y una persona ajena a las luchas sociales falleció también.

Manifestaciones a tiros

Cabe recordar asimismo la explosión que soliviantó a los fieles a la salida de la cofradía del Gran Poder en 1919, con el resultado de un sacerdote herido, o el atentado que el conocido arquitecto Aníbal González sufrió un año más tarde, cuando le dispararon a la entrada de su domicilio sin alcanza. El movimiento fue definitivamente extinguido tras el golpe del 36, y sus militantes asesinados.       

“Es un periodo en el que era frecuente que la gente fuera armada. Había manifestaciones que acababan a los tiros”, apunta Díaz. Era una situación de guerra social prolongada en el tiempo. Tan prolongada que cubre prácticamente el último tercio del siglo XIX y el primero del XX en Andalucía. El escaso impacto de ese periodo en la cultura popular solo se puede explicar por las décadas de franquismo y por el desdén que hay en general hacia la historia“.

No perder la memoria, “recordar cuando hemos sido inmigrantes, cuando hemos vivido en chabolas, cuando nos han tratado como ganado cuando cruzábamos una frontera”, es según el autor uno de los propósitos de esta empresa, pero no el único: también se brindan lecturas actuales para aquel pasado. “Me preocupa La Línea y la manera en que se trata el problema del narcotráfico en los medios de comunicación. Como si fuera simplemente un problema policial. Los problemas de La Línea y Gibraltar son más profundos que eso y los distintos gobiernos de España han tenido mucha culpa”, apostilla Ibán Díaz. “El abandono y la segregación de La Línea ha sido algo perseguido desde las instituciones del estado en distintos momentos. Ahora se escandalizan, pero me temo que no se entiende ni se quiere entender lo que pasa en la comarca. La historia no va a darnos la solución a los actuales problemas, pero puede ayudarnos a comprenderlos”.

Etiquetas
stats