“El público andaluz es muy efusivo, pero solo cuando le gusta”
Cerca de 39 años sobre las tablas lleva a un actor a recorrer la geografía española una y otra vez, y pasar por Andalucía es algo de obligado cumplimiento. Una vez más, el actor Carlos Hipólito vuelve a un Teatro Lope de Vega que conoce de sobra. Ahora, llega a Sevilla con “La Mentira”, una comedia firmada por el director francés Dorian Zeller y traducida al castellano por David Serrano. La obra, que cuenta la incómoda situación de dos parejas entre infidelidades, cierra la temporada en el Teatro Lope de Vega , el que se despide hasta octubre.
Tras la comparecencia ante los medios, Hipólito atendía a eldiario.es/andalucía tanto para valorar el éxito de una obra que lleva recogiendo lleno tras lleno más de un año así como hacer balance de la situación del gremio o sus experiencias en tierras andaluzas.
La Mentira. Teatro Lope de Vega. Datos magníficos en toda España, lleno tras lleno y ahora llega a Sevilla. ¿Cómo está siendo la acogida de la obra?
Pues maravillosa. Muy contentos porque esperábamos que fuera bien, claro, y lo deseábamos pero no creíamos que fuera a ir tan, tan bien. Desde que estrenamos esta obra en Bilbao, que estuvimos cuatro días en el Teatro Real, de mil y pico localidades, después estuvimos cinco meses en el Teatro Maravillas de Madrid, y yo, quizá por no querer ser demasiado exagerado, si es verdad que todos los días se ha llenado el aforo completo durante cinco meses. Después empezamos gira en marzo hasta ahora, y en todos los teatros que hemos estado ha estado el teatro lleno, e incluso en algunos lugares nos hemos tenido que quedar un día más porque había mucha demanda de público. Realmente, ya te digo, la acogida ha sido maravillosa, y sobre todo lo que ha sido maravilloso ha sido el “post función”, las cosas que nos ha dicho la gente después de que cuanto les ha gustado, de cuanto se han reído, de como lo han pasado… En fin, ha sido todo realmente maravilloso.
Como todo en la vida el teatro también tiene un principio y un final, y evidentemente una obra es una responsabilidad. ¿Dónde se está más a gusto, con la emoción del estreno y las primeras funciones, o cuando ves el terreno todo recorrido y ves que ha sido un éxito?
Bueno, cada momento tiene su pellizco distinto. Al principio siempre estás con ese nervio de qué pasará, si gustará y funcionará, si decaerá la atención en algún momento de la obra… Cuando ya la tienes más probada y vas viendo que todo encaja está también esa otra responsabilidad de tener la función al mismo nivel de frescura e intensidad que al principio. Eso también te da otra medida, y también al estar tan relajado en el sentido de ver que la obra funciona eres más libre a la mejor de probar determinadas cositas que respetando el molde original que el director ha montado, ya que somos cuatro actores muy disciplinados. Estas cosas sí pueden enriquecer sutilmente la interpretación.
¿Cómo se afronta una comedia sobre relaciones de pareja en un momento como el actual que es un tema tan recurrente en todos los círculos de la sociedad? ¿Debe ser un gustazo hacer reír al público con una situación así?
Sí, lo es. Pero también te digo que el público se ríe porque los personajes lo pasan fatal, como toda buena comedia. Como toda buena comedia los personajes lo pasan fatal y el público está tronchándose de risa al ver como lo pasan tan mal, porque somos a veces muy crueles como espectadores (risas).
El enfoque del director está mirado desde el punto de vista del humor, y la función es muy divertida de hacer para los actores. Nosotros lo pasamos muy bien porque los personajes están muy bien escritos, la obra está muy bien dialogada en la versión de David Serrano y eso te permite transitar por el personaje con mucha soltura.
¿Cómo te ha tratado Andalucía cuándo te has subido a las tablas por el sur?
A mí maravillosamente bien. Yo tengo grandes recuerdos inolvidables de aquí del Lope de Vega. He venido tantas veces con tantas obras, y no es raro en 39 años que llevo haciendo teatro. Imagínate, casi todas las funciones han salido de gira y casi todas han pasado por Lope. Aquí en el Lope de Vega fue donde viví la primera situación, que no he vivido muchas veces tampoco, de que el público se ponga de pie y aplauda a compás. Eso no pasa siempre, pero cuando pasa es una emoción que te embarga impresionante.
He tenido la suerte de venir aquí muchas veces, no solo a Sevilla sino a toda la comunidad andaluza, y la verdad es que el público andaluz es muy efusivo, pero solo cuando le gusta. Si no le gusta, no es un público entregado ni mucho menos. Se suele decir que los andaluces son gente muy entregada y no te creas, no aplauden cualquier cosa, tienen un criterio bastante claro, y si una cosa no gusta hacen un aplauso cortés y se acabó. Pero yo he tenido la suerte de venir con cosas que han gustado.
Has comentado antes en la rueda de prensa que las obras de parejas están muy en boga entre otros asuntos porque desde la crisis es una buena fórmula para tener un elenco no muy amplio. ¿Cómo nos defines la situación de ser actor en los tiempos que corren?
Bueno, hay estadísticas que son demoledoras que han salido a la luz hace poco. Decían que solo cuatro de cada diez actores pueden vivir de su trabajo, y en Madrid la Unión de Actores sacó una estadística que decía que el 80% de la profesión está en paro. Imagínate, la situación es dramática. A mi me está yendo muy bien, estoy teniendo una suerte tremenda, pero eso no me hace olvidar que hay muchos compañeros que lo están pasando mal, y realmente es una situación muy complicada porque ha habido muchos recortes que han hecho que los empresarios cada vez hagan repartos más pequeños. Es más difícil rentabilizar las taquillas, y bueno, estamos en un momento de crisis complicado. No de crisis de talento, porque creo que el talento vamos, brota a raudales con directores jóvenes, actores jóvenes preparadísimos que están haciendo unos trabajos extraordinarios, pero claro, es complicado enseñar. No es tan complicado levantar un espectáculo como luego poderlo distribuir y poderlo enseñar en lugares. Pero bueno, yo siempre, desde que estoy en este oficio, que hace casi cuarenta años, nos dicen que el sector se va a hundir, que no va a sobrevivir, y mira, lleva sobreviviendo desde los griegos, así que digo yo que unos añitos nos quedan.