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Glamping: el camping de los sibaritas

Dehesa de las Yeguas

Francisco J. Jiménez

Dormir entre pinares, pero en un colchón de calidad. Disfrutar de la salida del sol, pero con el aire acondicionado a mano por si aprieta más de la cuenta. Para los que desean acercarse al universo del camping pero huyen de sus desventajas ha nacido el glamping, que mezcla glamour con camping, una idea exportada desde Inglaterra que está arraigando en España y, más concretamente, en Andalucía.

Son varios los establecimientos dedicados a esta modalidad que operan en la región. En Puerto Real (Cádiz) está el Glamping Cádiz, donde las tiendas safari de lujo 'Dehesa de las Yeguas' ofrece un ambiente exclusivo en una finca familiar de 460 hectáreas de bosque de pinar y monte mediterráneo. Amparo Barón, la propietaria, llevaba tiempo pensando en invertir en un negocio de hospedaje y “como la finca está en un parque natural protegido no podía hacer un hotel”. “Debía hacer algo ecológico y me incliné por algo parecido a las tiendas de safari de África. Se diferencia del camping en que es completamente de lujo, con buenas duchas, buenas camas, en la mitad del campo y con infraestructura. Tiene un suelo de madera levantado 60 centímetros del suelo para que no entre polvo ni bichos; anclado en vigas de hormigón y con una sensación cálida”, relata. Además, tiene calefacción, aire acondicionado, cocina equipada... Todo lo que un sibarita puede desear.

La intimidad es algo muy importante en este tipo de establecimientos y, por eso, la distancia que hay entre una tienda y otra es grande. Además, se puede disfrutar de paseos en coches de caballo, hacer senderismo, realizar avistamientos de pájaros, todo a pocos kilómetros de las playas de Cádiz. El precio medio es de 120 euros por tienda en temporada baja. Sube algo en verano y hay precios especiales por semana.

Una cliente habitual es Claudia Helming, que desde Berlín llega a España expresamente para acudir a este reducto de paz en Cádiz. “Es algo especial porque es único, cómodo, amplio y con poca gente. Lo probé durante dos noches el verano pasado y y me encantó por estar en plena naturaleza, pero con todas las comodidades. En un hotel nunca estás tan cerca de la naturaleza. Además, tienes mucha privacidad y es muy relajante. Es una experiencia mágica en la mañana, cuando te despiertes y la luz se pone muy dulcemente”.

Hay que tener un nivel adquisitivo medio alto para acceder porque, sea en tiendas de safari o en casitas, la exclusividad hay que pagarla. Otro ejemplo lo vemos en Granada, en Zafarraya, donde Alan Clayton montó en 2007 un enclave muy particular que también se escapa del tópico. Alan se desplazó con su familia y se enamoraron de la naturaleza, la fauna y la belleza del sur de España. Narnia fue originalmente un destartalado cortijo español y, después de mucho trabajo, se ha convertido en un entorno idílico para nuestros visitantes. 

“Los clientes quiere un sitio natural, pero con comodidades. En España el camping es sinónimo de mucha gente en un espacio pequeño y eso no siempre gusta. El glamping está pensado para que el cliente se relaje. Aquí tenemos a familias en verano y en invierno suelen venir más artistas y escritores”, explica Clayton.

En Málaga también es posible acudir a un glampingCasa de Laila está situado en el valle de Guadalhorce y ubicado en una colina, con vistas a Alhaurín el Grande y a las montañas de la Sierra de las Nieves. La holandesa Anne Marie de Winter es la propietaria y disfruta con el servicio que ofrece a sus clientes: “El que se decanta por el glamping tiene las ideas muy claras. Busca estar cerca de la naturaleza, huir del estrés de la ciudad y de los sitios con muchas aglomeraciones. En un glamping encuentra un paraje especial, un buen servicio y muchas comodidades”. A las tiendas completamente equipadas hay que sumar una sala de yoga que hace las delicias de la clientela.

Andreas Holm ha estado en dos ocasiones en la Casa de Laila y reconoce que “es un lugar ideal donde podemos relajarnos y recargar las pilas”. “Tomar una buena cena mientras ves cómo se pone el sol es una gran experiencia, sobre todo si lo haces en un sitio exclusivo”, recuerda. El glamping es un concepto que se está asentando entre ese grupo de viajeros que quiere asegurarse de que para salir de casa debe estar, como mínimo, tan cómodo como en ella.

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