Una farmacia natural en la sierra de Huelva
El escaramujo, fruto del rosal silvestre, tiene unas altas cantidades de vitamina C. Tomado en infusión es un producto ideal para la prevención del resfriado. Igual ocurre con las sabrosas frutas de las zarzamoras que, además, son antioxidantes, y la carquesia, reconocible por las tres espinas que surgen de cada articulación de sus planas ramas. Por su parte, la paletosa, también conocida como consuelda, es una magnífica planta con propiedades antisépticas, antiinflamatorias y coagulantes: en caso de urgencia, es perfecta para tapar heridas. “Y lo mejor es que son todas especies naturales, que nacen libremente en el monte de Huelva y que pueden ayudar a nuestra salud”, cuenta el biólogo Jorge Jaimez, uno de los responsables de Lynxaia, empresa de turismo sostenible que organiza diversas actividades durante todo el año. Entre ellas, una interesante ruta etnobotánica en la Sierra de Huelva.
La facilidad para ir a la farmacia a adquirir medicamentos es una ventaja, pero en España también un problema. Es uno de los países donde más personas se automedican: una quinta parte de la población decide por sí misma qué tomar cuando siente algún síntoma de enfermedad, según los datos de la Encuesta Europea de Salud en España.
Ello hace que muchas bacterias y virus estén siendo resistentes a los antibióticos, convirtiéndose en un problema de salud pública. “Por eso es cada vez más importante recuperar los usos tradicionales que siempre se le han dado a las plantas. Hay que escuchar a nuestros mayores y no olvidar su sabiduría”, añade Jaimez al arrancar el paseo por el sendero que une los municipios de Galaroza y Fuenteheridos, en pleno Parque Natural de Sierra de Aracena y Picos de Aroche, en la provincia de Huelva.
Aunque para la mayoría sea algo desconocido, pasear con expertos como Jorge por los múltiples senderos de este parque natural onubense es comprender que el espectacular paisaje es también una enorme farmacia natural. Sólo en esta zona de la provincia de Huelva crecen alrededor de 150 plantas medicinales, que han ayudado durante siglos a las personas que residen estos pueblos serranos.
“Ya no quedan demasiadas que usen este tipo de remedios, pero las hay. Es importante escucharles y recuperar su uso”, subraya el técnico de Lynxaia, que asegura que todas las plantas que nacen en el bosque tienen utilidades para el hombre: unas son comestibles, algunas valor etnológico y, otras, como medicina.
Rutas todo el año
La primavera es el momento ideal para conocer las muchas especies vegetales que tienen propiedades medicinales en la sierra de Huelva. Sin embargo, la existencia de muchas plantas perennes hace que Jorge y su equipo puedan ofrecer rutas etnobotánicas a lo largo de todo el año. El otoño es también otra de las estaciones más interesantes. Por un lado, porque de camino siempre hay posibilidad de encontrar sabrosas setas y, por otro, porque el paisaje se viste de mil gamas de colores gracias a castaños, chopos, madroños o plantas como la cuernicabra.
Una de las especies más habituales junto a los senderos es la denominada rubia peregrina, una pequeña liana que parece tener un velcro en sus hojas, agarrarándose a otras plantas y a los animales que pasan junto a ella. Es muy buena para luchar contra la bronquitis, como también lo son las hojas de los miles de castaños que pueblan estas sierras, que también ayudan a frenar tos. Mientras, la castaña es óptima para muchos problemas estomacales y exquisita en puré. Otro fruto, el madroño, entre otros muchos beneficios, “posee altas cantidades de vitaminas y propiedades antioxidantes”, según cuenta Jaimez.
La matulera, conocida también como matagallo, es otra especie bastante común en esta zona, pero también en otros montes andaluces. “Tradicionalmente se usaba como jabón natural”, cuenta Jorge Jaimez, que asegura que también ayuda a superar el cólico nefrítico.
Mientras, otra más difícil de encontrar, el rusco, es buena para activar la circulación y luchar contra las hemorroides. La retama de escobas, como su propio nombre indica, se ha usado tradicionalmente para barrer, aunque en infusión también ayuda a combatir el resfriado. Y, más allá, la eufrasia es usada para combatir la conjuntivitis, el dolor o el enrojecimiento de los ojos. “También para hacer desaparecer las ojeras, es un truco que tiene mucha gente en televisión”, añade el experto de Lynxaia, que destaca que muchas de estas plantas son la base de los medicamentos que se encuentran en las farmacias. Basta buscar en Google eufrasia para confirmarlo.
Plantas peligrosas para la salud
“Pero nunca hay que confiarse, ya que hay algunas especies que pueden ser peligrosas para la salud humana”, deja claro Jorge Jaimez, que habla, por ejemplo, de la presencia de la cicuta en las zonas de ribera, así como de otras plantas que también pueden envenenar al ser humano y otros animales. Por eso, siempre es recomendable recolectar plantas medicinales con la ayuda de personas expertas. “No hay que dramatizar, sólo tener cuidado”, subraya el responsable de Lynxaia.
Y con esa cautela, en la Sierra de Huelva se pueden conocer otras muchas plantas saludables. Por ejemplo la Hierba de San Juan, con sus reconocibles flores de cinco pétalos amarillos, también es otra de las especies más interesantes del parque onubense: ayuda a la prevención de resfriados, beneficia en caso de depresión y sus propiedades hacen que, en aceite, haga disminuir la hinchazón en caso de golpes o esguinces.
Y, a partir de ahí, hay otras también muy comunes en otras zonas de Andalucía como la lavanda (cuyo aroma ayuda al descanso y disminuye el estrés), el lentisco (masticado ayuda a prevenir enfermedades en las encías), la menta (un buen antibiótico que, además, ayuda a regular la sudoración excesiva), la manzanilla amarga (sirve para curar heridas en la piel y ayuda a estabilizar el estómago), el orégano (antibiótico) o el romero (que ayuda a personas con reuma y artritis).
Tras cuatro horas de información y ejercicio, el taller suele acabar con otra lección importante: la elaboración de infusiones, alcoholes y aceites con las plantas medicinales recogidas para aprovechar sus beneficios.
“Estamos muy contentos porque hay muchas personas que repiten”, asegura Jorge Jaimez, que lleva ya más de una década dando a conocer la botánica de la sierra de Huelva, pero que también realiza rutas micológicas, otras centradas en el avistamiento de aves o anfibios y diferentes talleres.