Guía práctica para comer langostinos de Sanlúcar, de Sanlúcar
Ir a Sanlúcar de Barrameda y no probar sus famosos langostinos es pecado mortal. Sucede que pueden tener fama de ser caros, pero hay opciones para disfrutarlos de un modo económico y, además, teniendo muy claro que se trata del auténtico langostino de esta tierra.
Para acabar con las dudas, la Cofradía de Pescadores de Sanlúcar dio el paso para crear la marca colectiva nacional Langostino de Sanlúcar con el objeto de que sea un signo distintivo y diferenciador del producto. Es una marca colectiva acordada con el sector pesquero de los puertos de Sanlúcar, Chipiona y Rota, y que fue aprobada en 2015.
Es decir, que en estas tres poblaciones es posible encontrar en pescaderías y restaurantes el logotipo que certifica que allí se comercializa el auténtico langostino sanluqueño. La marca la pueden usar todos los operadores que intervienen en el proceso de producción y comercialización, desde el barco hasta el punto de venta.
Así pues, el visitante que llegue a Sanlúcar con la intención de probar los langostinos tiene la seguridad de que no le darán gato por liebre si está atento a las etiquetas en la plaza de abastos y a los logos que tienen que aparecer en los establecimientos donde los pidan.
Antonio Pérez Barbadillo es el gestor comercial de la marca Langostino de Sanlúcar, Pero, ¿este producto no se vende solo? “Se puede decir que sí, que se vende solo, pero hay muchos restaurantes que por prestigio no necesitan la marca y nosotros queremos implantarla para que tenga un caché a nivel internacional”, explica.
El turista que llegue a Sanlúcar y vaya a la plaza de abastos para comprar langostinos se encontrará con que la mayor parte de los puestos cuentan con el sello oficial. Pero también tiene que saber que los mejores meses para comprarlo van de noviembre a enero y de finales de abril a mediados de junio. En esa época hay abundancia del producto y los precios bajan.
Los tamaños serían el pequeño, el mediano y el extra. Pero no es éste el elemento que hace que se diferencie el langostino de Sanlúcar de otros del mercado, sino tres rasgos fundamentales: la cola tiene colores azulados, los bigotes son más largos que los de otros langostinos y más duros, y el rayado, que es difuminado.
Una opción inteligente es acudir a la plaza de abastos, instalada provisionalmente en La Calzada del ejército, y comprar langostinos en los meses reseñados. Son muchos los puestos donde se ofrece calidad, pero una pescadería con mucha tradición es Hermanos Brioso. Fue la primera en disponer del sello de denominación de origen por ser la que compró una mayor cantidad de langostinos el año pasado. En días normales puede tener entre 100 y 150 kilos de langostinos y maneja buenos precios en las épocas de cantidad. Juan Brioso, el dueño, pide a los visitantes “que miren las etiquetas de denominación de origen porque hay puestos que venden langostinos congelados por fresco. No quiero que digan que en la plaza de Sanlúcar se engaña a la gente”.
Una vez que se haya adquirido el producto, una gran idea es ir al Bar Cafetería La Plaza, en el propio mercado, donde se le cocina el langostino a la plancha o cocido. “Cobramos tres euros por kilo y el cliente se lo come aquí o se lo lleva a su casa. Este fin de semana estuvieron a 28 euros y a nuestros clientes les salió por 31 un kilo, cocidos o a la plancha, mientras que en restaurantes de la calle por la escasez de material, la media ración le costaba 90. Tres veces más por la mitad de la cantidad y aquí no hay trampa ni cartón porque la gente ve cómo lo preparamos después de haberlo comprado”, explica Manuel, propietario del local.
Si el objetivo del visitante es tomarlo en un bar o restaurante sin tener que comprarlo previamente, hay muchísimas opciones tanto en la famosa zona de Bajo de Guía, frente a Doñana, o en la céntrica plaza Cabildo. Pero para salir de lo típico puede ser muy interesante acudir a Espacio Décimo Arte, un taller de cocina en el que grupos concertados, entre 10 y 45 personas, aprenden a cocinar y pueden disfrutar de un show cooking en el que un cocinero explica cómo hacer el plato en cuestión, según la temática de cada jornada.
Por un precio entre 30 y 40 euros se accede a un taller en el que se aprende a hacer tres o cuatro platos, que después serán consumidos en el propio local. El langostino puede tener un papel preponderante al ser el buque insignia de la cocina sanluqueña junto a la manzanilla. “Se hacen muchos platos con langostinos de menos calidad y si se usan de Sanlúcar, imagina cómo puede quedar. Aquí hacemos, por ejemplo, un wok oriental con nuestros langostinos, un tartar o un ceviche y enseñamos a hacer los fideos con langostinos”, explica Jesús Márquez, el dueño del local.
Para seguir profundizando en lo mucho que ofrece el langostino sanluqueño, el 22 de julio se celebrará la primera Feria del Langostino, que será en el recinto de las Carreras de Caballos. Entre 12 y 15 restaurantes de la zona presentarán sus langostinos cocidos y a la plancha, pero también tendrán que preparar dos o tres platos diferentes con este producto. Todo con la intención de que quede muy claro que este langostino no se puede confundir con otros.