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El presidente andaluz ordena “monitorizar” la evolución de la pandemia en zonas del litoral con segundas residencias de madrileños

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, este martes en Úbeda (Jaén), en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno.

Daniel Cela

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El presidente de la Junta de Andalucía, el popular Juan Manuel Moreno, ha ordenado reforzar la vigilancia de la evolución del virus en las zonas del litoral donde se concentran las segundas residencias de madrileños, con el objetivo de prevenir posibles “contagios importados” de la capital de España. Más del 38% de los nuevos infectados que se registran en el país en esta segunda ola de la pandemia se concentran en Madrid. Moreno ha explicado este martes que su Gobierno “no va a limitar el acceso de madrileños a Andalucía” -como ha sugerido la Generalitat catalana-, pero sí ha anunciado que se van a “monitorizar las zonas con segundas residencias, con una mayor presencia de madrileños, por si hay un rebrote y para evitar un contagio importado”.

Moreno buscaba lanzar un mensaje de contrapunto al del presidente Quim Torra, que ha pedido medidas para restringir los viajes de madrileños a Catalunya, pero muchos han pensado que se trataba de una estrategia más concreta de seguimiento y, sin datos concretos, el efecto conseguido ha sido el desconcierto. Horas después, fuentes próximas al presidente de la Junta matizaron que no se trata de “monitorizar los desplazamientos que los madrileños hagan a sus residencias vacacionales”, sino de “monitorizar datos”, esto es, “poner especial vigilancia a la evolución de la pandemia en estas zonas costeras que están muy delimitadas”, principalmente en las provincias de Málaga, Cádiz y Granada. “Vamos a vigilar la estadística con especial atención para actuar ante el más mínimo indicio de rebrote”, abundan estas fuentes. Aún limando el mensaje de Moreno, no es la primera vez que el Gobierno andaluz advierte, en público y en privado, de que las visitas de ciudadanos madrileños a Andalucía vino acompañada de un aumento de contagios durante la primera ola del coronavirus.

La Junta carece de una estimación oficial con el número de segundas residencias de madrileños en Andalucía. El anuncio de Moreno es más un mensaje político que una nueva estrategia de gestión, porque esa “monitorización” no conlleva una inversión extra, ni más recursos epidemiológicos o de rastreo en las zonas señaladas, ni hay una coordinación específica con el Gobierno de Madrid (de la popular Isabel Díaz Ayuso), ni con los alcaldes de los municipios costeros afectados, que se han enterado del mensaje del presidente por la prensa.

El mensaje de Moreno parece más un contrapunto a la reacción del president catalán, Quim Torra, cuyo consejero de Transporte se ha puesto en contacto con su homólogo en la Asamblea de Madrid para pedir que en las estaciones de trenes y en los aeropuertos se controle la temperatura de los pasajeros madrileños que viajen a Catalunya. Torra ha hecho un llamamiento para que los catalanes no se acerquen a la capital de España, principal foco de contagio, y ha exhortado a su equipo para que busque fórmulas de coordinación con la dirección de Adif (responsable de trenes), pero no con Aena (gestor de los aeropuertos).

El presidente andaluz, por contra, ha mandado un mensaje de solidaridad a Madrid, aun reafirmando su “preocupación porque esta comunidad fue la más golpeada en la primera ola de COVID y es la más golpeada en la segunda ola”. “Si Madrid necesita ayuda, se la vamos a dar”, ha subrayado Moreno. La situación de Andalucía dista mucho de la de la región madrileña y de otras comunidades. Hay 140 contagios por cada 100.000 habitantes, la mitad que la media de España (380 casos), convirtiéndose en la quinta región con menor incidencia por habitante. También el número de pruebas PCR que se realizan por cada 100.000 andaluces (69) es la mitad que la media española.

El Ejecutivo andaluz compatibiliza un doble discurso en esta segunda ola de la pandemia: esgrime datos absolutos y porcentuales en los que comparativamente sale mejor parada que otras regiones pero, a la par, articula un discurso preventivo que se prepara para un escenario de 3.000 hospitalizaciones, próximo a la cifra récord que se alcanzó en la primera ola, a finales de marzo. Esta semana se ha rebasado el millar de hospitalizados por Covid-19, con más de un centenar de pacientes en UCI, y la tendencia de nuevos contagios diarios sigue en ascenso.

La Junta admite estar preocupada, por un lado insiste en que su “incidencia clínica es menor al resto”, que tienen más camas y hospitales disponibles. Por otro lado, Moreno ya no descarta ordenar un confinamiento sectorial y territorial si la infección se expande en algunas zonas de Andalucía: hay 13 municipios con una incidencia similar a las zonas de Madrid que acaban de ser confinadas. “Ya no descartamos absolutamente nada”, ha recalcado el presidente.

En octubre se va a convocar una nueva reunión del comité técnico-científico de la Junta de Andalucía para valorar nuevas medidas de seguridad, incluidas las restricciones de movimiento de la ciudadanía en determinadas zonas (el 60% de los contagios se concentra en las provincias de Sevilla y Málaga, las más pobladas). Moreno ha explicado que en este comité de expertos se debaten dos puntos de vista antitéticos: quienes son “pesimistas”, y vaticinan un “pésimo otoño e invierto”, con un mayor número de contagios y hospitalizaciones; y quienes creen, en cambio, que la situación “se va a estabilizar antes de lo previsto”.

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