El PSOE-A endurece su discurso contra Podemos mientras IU opta por una postura tibia
Si el pasado verano la secretaria general del PSOE-A y presidenta de Andalucía evitaba calificativos duros y manifestaba su “respeto a una fuerza a la que han votado 1,2 millones de ciudadanos”, pese a que no coincidiera con sus planteamientos, en las últimas semanas Susana Díaz ha endurecido su discurso contra Podemos. De eso se ha pasado a términos como “cesarismo” a la hora de referirse a los de Pablo Iglesias, más en la línea de lo que desde el principio se ha hecho desde el PSOE nacional por boca de su secretario general Pedro Sánchez, y frente a la sintonía con Podemos de la que todavía hacen gala sus socios en el Gobierno de Andalucía.
La diferencia entre lo que se decía desde el PSOE y lo que se expresaba desde su federación más importante era todavía evidente el pasado mes de septiembre, cuando el secretario de Organización del PSOE-A, Juan Cornejo, exhibía un aparente interés en mantener una relación más cercana con Podemos,y eludía el calificativo de “populismo” usado por Pedro Sánchez para recalcar que eran “muy respetables, como lo pueden ser los de otra formación política”, los respaldos recabados por este partido. Pero eso ha cambiado.
Ha quedado especialmente patente con la reciente polémica por el contrato del secretario de Política de Podemos, Íñigo Errejón, con la Universidad de Málaga (UMA). De este modo, IU, a través de la consejera de Fomento y Vivienda, encargada del pago del proyecto de investigación objeto del conflicto, insiste en las competencias de cada institución y delega en la UMA la responsabilidad de evaluar si Íñigo Errejón -que dejó la beca por imposibilidad de compatabilizarla con la política- ha cumplido con sus obligaciones contractuales, insistiendo en que su departamento se limita a verificar si se respetan los plazos y objetivos del trabajo. Elena Cortés ha incidido también en que su Consejería “habla con hechos demostrables y comprobables” y rechaza “valorar” u “opinar” sobre este asunto, pese a que recalque que se exigirá a la UMA el reintegro de los fondos públicos si no cumple.
Pero Susana Susana Díaz sí que ha valorado la situación. En su opinión, a Íñigo Errejón se le tiene que aplicar “la misma vara de medir que al resto de políticos”. Es más, la presidenta ha llegado a manifestar que ve “raro” que fuera el único en presentarse a la convocatoria para la beca. “Llama la atención que para una plaza de celador se presenten miles de licenciados y que para un contrato de este tipo sólo se haya presentado una persona”, subrayaba en declaraciones recogidas por el Grupo Joly.
Menosprecios evidentes
La difícil posición de IU, que gobierna en Andalucía con el PSOE-A mientras a nivel nacional negocia la convergencia con los de Pablo Iglesias, ya había quedado bastante patente cuando el número 2 de Podemos, Juan Carlos Monedero, llegó a subrayar que la coalición de izquierdas estaba siendo un “lastre” en esta comunidad autónoma para el fenómeno Ganemos de cara a la creación de candidaturas para las elecciones municipales. Prácticamente tuvo que ser el PSOE-A el que saliera en defensa de sus socios, como hizo su portavoz parlamentario, Mario Jiménez, con una dura reprimenda a Podemos, a los que llegó a calificar de “soberbios” y “salvapatrias”. En esa ocasión, el coordinador regional de IU, Antonio Maíllo, se mostró dolido con Podemos, pero con cautela: “Hay gente que cree que la pólvora se ha inventado con ellos, pero reconozco, con humildad, que llevamos un proceso con menos eficiencia mediática, pero con mucha contundencia política”.
El de Juan Carlos Monedero no sería el único menosprecio que le caería desde Podemos a IU en Andalucía. También la eurodiputada Teresa Rodríguez se esforzaba por mantener las distancias en Andalucía: “Mi opinión personal es que hay dos opciones: apuntalar el bipartidismo o construir una alternativa. Creo que hay que ser valiente y dar el paso de romper con el PSOE. No se puede estar en el plato y en las tajás. Se está gobernando y recortando o construyendo una alternativa”.
Pero estas voces de Podemos llevan un tiempo calladas, como se esfuerzan en apuntar desde IU, conscientes de que la confluencia entre las dos fuerzas es todavía posible independientemente de la particularidad de Andalucía por el acuerdo de gobierno. Reconocen en la federación de izquierdas la cierta esquizofrenia política en la que se hallan por la postura a nivel federal y la que tienen que mantener en Andalucía con el “acuerdo programático”, “pero eso también le ocurre a los socialistas”, subrayan fuentes de la federación. Una dicotomía que lleva por ejemplo a que esta semana la propia Elena Cortés haya tenido que salir a matizar a Alberto Garzón después de que insinuara que el Gobierno de Andalucía no está siendo “lo suficientemente contundente” contra la corrupción, frente a lo que la consejera replicaba que los suyos “no estarían sentados en un Consejo de Gobierno en el que hubiera presencia de corruptos”.
Todo ello en un contexto en el que las tres formaciones con representación en Andalucía insisten en que en esta comunidad autónoma no está teniendo Podemos el impacto que le dan las encuestas a nivel nacional, donde la convierten en la primera fuerza. Tanto el PSOE-A como el PP-A aseguran contar con sondeos que, si bien colocarían a Podemos dentro del arco parlamentario, sería la tercera fuerza en Andalucía, tanto en unas autonómicas como en unas generales.