A puñetazos contra la violencia
A puñetazos contra sus propios fantasmas. Así aprenden los alumnos de El Bigotes a respetarse a ellos mismos y a los demás. Son chicos salidos de la calle que, en la escuela de boxeo de este sevillano, encuentran ese respeto y ese cariño que en otros lugares se les niega.
Con el boxeo de fondo, Álvaro Torrellas desentraña en su ópera prima, '3 Minutos', la historia de un personaje y una ciudad alejados de los tópicos. “Cuando me vine a vivir a Sevilla, me fui a entrenar al gimnasio de Marquitos y no paraba de escuchar historias del Bigotes. Le pedí que si me lo podían presentar y me dijo que claro, que era su padre. A la media hora de conocerlo, le propuse hacer una película. Es difícil encontrar una persona y un personaje como él”, cuenta Torrellas.
El santanderino, que se ha rodeado de un equipo que cuenta con Goyas, Premios Max y experiencia en Hollywood a sus espaldas, compite durante estos días con otros diez títulos en la sección Resistencias, dedicada al nuevo cine español, en el Festival de Cine Europeo de Sevilla. El cineasta no duda en definir al protagonista de su documental como “el Clint Eastwood de Rochelambert. Es muy fotogénico, no tiene un plano malo”.
“En el boxeo estamos hechos de otra materia”
Antonio Fernández, el nombre real de este preparador deportivo, emplea su propio método, aprendido de la 'carrera de la vida', para reinsertar a los Kaka, Mesías y Toreros de turno, es decir, a los jóvenes sevillanos con problemas de delincuencia, drogas o enfermedades mentales que su familia, amigos o vecinos dan por perdidos. “Sólo les pido amistad y que se comporten. En el boxeo estamos hechos de otra materia y lo damos todo si el tío viene por derecho. Nuestro lema es que respete y sea respetado… y al que se equivoque le doy diez años de vacaciones”, explica el propio Bigotes con esa dosis irresistible de humor, sentido común y espíritu didáctico de la que hace gala tanto en la película como en su día a día. Torrellas subraya que en el gimnasio de Rochelambert “tienes desde el principio la sensación de que eres uno más. Los tratan como si fueran boxeadores, en vez de como tontos o delincuentes. Eso es completamente nuevo para ellos, es un paradigma de igualdad”.
Como dice el propio Mesías en la cinta, “cuando tú entras en el gimnasio hay un cartel imaginario en el que pone 'respeto'”. El boxeador atracó con 15 años un banco y terminó, a los 18 años, en el centro psiquiátrico penitenciario. Torrellas lo considera, a día de hoy, tras haber aprendido “disciplina, respeto y educación” con el Bigotes, “un lord británico, un caballero. Dos meses después de que entrara en el gimnasio, la madre le llegó llorando al Bigotes porque su hijo ya no era tan agresivo en casa”. “El Bigotes te da otra medicina… la medicina de la vida”, confiesa el Mesías en esta película de la que Canal Plus y Canal Sur ya han comprado los derechos de emisión. “La película habla sobre todo de esperanza, de segundas, terceras y de todas las oportunidades que hagan falta. Y de que en la vida merece la pena luchar y nunca rendirse”, afirma su autor.
“El boxeo parece algo sutil, casi inofensivo”
La película rezuma dignidad tanto a través de sus personajes, como de su estética. “Me encanta que el documental tenga un estilo cinematográfico y se aleje de la televisión, que suele tratar estos temas de una manera sensacionalista, obligando a los chavales a decir que consumen drogas”, reflexiona Torrellas, que añade que “hemos intentado que toda la peli esté muy cuidada. Hemos trabajado con un 'storyboard' muy cerrado y procurado que los interiores tuvieran una fotografía excelente. También hemos intentado alejarnos de los estereotipos de los documentales sucios, con grano. Parece que el boxeo es algo sutil, casi inofensivo, entre otras cosas gracias a la música”.
Para ello ha contado con profesionales de la talla de Valentín Álvarez, director de fotografía, premio Max de teatro en la categoría de mejor iluminación en 2010 y 2014 y que dirigió la foto de 'Cuánto pesa su edificio, señor Foster', documental sobre el arquitecto británico Norman Foster, presentado en la Berlinale y en el Festival de San Sebastián; José Antonio Manovel, responsable del diseño y mezclas de sonido, quien hizo lo propio en la cinta 'Luces rojas' con Robert de Niro y Sigourney Weaver; Antonio Fernández, compositor de la banda sonora de la obra y responsable también de la de '23-F, la película', emitida en la televisión española; Dani de Zayas, Goya al mejor sonido directo por '3 días' o Beatriz Millás, cuyo último trabajo ha sido de maquilladora jefe en la serie norteamericana 'Homeland'.
Como dice el propio Bigotes, “No hay derrota en el corazón del que lucha”.