El homenaje a la Columna Minera traicionada en Camas alerta del fortalecimiento de la ultraderecha

Un momento del acto en homenaje a los integrantes de la Columna Minera de Riotinto.

Antonio Morente

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“Es nuestra responsabilidad individual y colectiva seguir el ejemplo de aquellos mineros que lo dieron todo por la democracia”. El homenaje con el que se han conmemorado los 85 años del sacrificio de los integrantes la Columna Minera de Riotinto, traicionados en el barrio de La Pañoleta del municipio sevillano de Camas, ha querido servir de toque de atención para alertar del avance de la ultraderecha en España, que tiene uno de sus reflejos en la división que se alienta en un momento tan crítico como el de la pandemia.

Sólo unas horas antes de que el Gobierno central aprobase este martes la nueva Ley de Memoria Histórica, en Camas se hizo memoria de aquel movimiento que brotó en las localidades mineras de Huelva con la intención de hacer frente al general golpista Gonzalo Queipo de Llano, que ya controlaba la casi totalidad de Sevilla capital. Aquel 19 de julio de 1936 en la columna iban también guardias civiles en teoría leales a la II República, que se adelantaron unas horas al grueso del grupo y les tendieron una emboscada en La Pañoleta, ametrallando los camiones con dinamita (para hacer volar la Giralda, había bramado Queipo de Llano) que traían como principal armamento.

Algunos camiones lograron dar la vuelta y se produjo una desbandada, pero murieron 25 mineros y se hicieron decenas de prisioneros. A finales de agosto, cuando los golpistas ya controlaban la provincia de Huelva, se fusiló a 68 de ellos, ejecuciones que se desarrollaron en cuatro puntos diferentes y dos tandas en La Pañoleta para que sirvieran de público escarmiento. Sólo se salvó un menor de edad, el Niño Méndez, al que se condenó a 20 años de cárcel.

“Odio, rabia y rencor”

85 años después, reza el manifiesto leído en el homenaje, “asistimos a un trágico y funesto panorama” en el que, “ante la catástrofe nacional en la que estamos inmersos”, se están produciendo “actitudes y comportamientos llenos de odio, rabia, rencor, incomprensión, insolidaridad y ausencia completa de cooperación”. Una “situación de crispación política y de ausencia de unidad patriótica y nacional” que, según los organizadores, protagonizan las fuerzas políticas de derecha y ultraderecha con su “visión autoritaria, dogmática y patrimonial del poder político”.

Igual que aquellos mineros “estuvieron en este mismo lugar para defender la legalidad constitucional”, ahora “no podemos tolerar ni permitir” que algunos representantes políticos “contaminen, distorsionen o agredan nuestra convivencia pacífica y democrática” con su discurso. Un discurso, se incidió, caracterizado por “la ausencia de diálogo, la rabia, el odio, la agresión verbal, el autoritarismo, o cualquier otra manifestación individual o colectiva de fascismo, racismo, machismo, xenofobia e insolidaridad”.

Toque de atención a la Junta

El acto anual de recuerdo, organizado por el Grupo de Camas de la Asociación Memoria, Libertad y Cultura Democrática y por la Coordinadora de la Cuenca Minera de Riotinto por la Memoria Histórica, contó con la asistencia de munícipes de las localidades mineras, con la alcaldesa de la Diputación onubense, María Eugenia Limón, al frente. Estuvieron también los alcaldes de los municipios sevillanos de Camas, Santiponce, San Juan de Aznalfarache y Castilleja de Guzmán, además de parlamentarios andaluces y representantes de partidos políticos, sindicatos y entidades sociales y memorialistas.

El homenaje de este año ha coincidido con los trabajos que se desarrollan en las fosas de Riotinto y Nerva, municipios de los que procedían muchos de aquellos mineros. Todo ello, en un momento en el que “en Andalucía el actual Gobierno formado por PP y Cs, con el apoyo de la ultraderecha, está creando un clima social de naturalización, olvido y desprecio por el movimiento memorialista”. 

El monumento a la Columna Minera

La presencia del alcalde de Camas, Rafael Recio, fue aprovechada para reclamarle que se concrete de una vez el monumento a la Columna Minera, un malacate minero que se quiere ubicar en la misma rotonda de La Pañoleta en la que nace la Cuesta del Caracol y en la que un monolito recuerda a los mineros. El regidor volvió a reiterar su disposición, aunque José Esteban Garrido, presidente de la asociación memorialista de Camas, apunta a que hay “problemas por resolver” a cuenta de que este espacio es del Ministerio de Fomento, de ahí que se baraje colocarlo enfrente para evitar nuevos retrasos en un proyecto largamente anunciado.

La reivindicación de este monumento que recuerde “el alto sacrificio que realizaron por defender la democracia” los mineros se ha convertido en un clásico de los movimientos memorialistas sevillanos, como lo es también por estas fechas la reclamación de sacar los restos de Queipo de Llano de la Macarena. La próxima protesta en este sentido, organizada por la Asamblea Andaluza Memorialista, será este jueves, 22 de julio, con una marcha desde el cementerio de San Fernando hasta la basílica con el lema ¡Fuera el genocida Queipo de la Macarena!

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