Cuatro de las trece plantas químicas de alto riesgo de Aragón carecen de plan de emergencia
Los alrededor de 27.000 habitantes de Monzón y de Sabiñánigo, los dos principales focos de la industria química en Huesca, y de Aragón con permiso de Zaragoza y su cinturón, quedan expuestos como consecuencia de esa actividad a un trasiego de más de 400.000 toneladas de mercancías peligrosas al cabo del año: 286.000 en el caso de la capital del Cinca Medio, donde la autovía A-22 es la principal vía de entrada y salida de ese género de riesgo, y 122.000 en la del Alto Gállego, en este caso con la N-330 como eje básico.
Los datos figuran en los respectivos planes especiales de Protección Civil de Emergencia Exterior que el Gobierno de Aragón ha aprobado finalmente a comienzos de enero, con lo que comienza a ponerse al día en una materia en la que sigue teniendo un amplio margen de mejora según su propia información oficial.
Esas dos poblaciones oscenses aglutinan cinco de las trece plantas industriales de alto riesgo de accidentes químicos de la comunidad, por el tipo de sustancias que manejan, y a las que se debe aplicar la Directiva Seveso, que establece, entre otras, obligaciones como disponer de “un informe de seguridad y contar con un plan de emergencia exterior, elaborado por las comunidades autónomas”.
Ese documento, que debe incluir “las medidas de prevención y de información, así como los procedimientos de actuación y de coordinación” ante un siniestro, resulta ser inexistente en cuatro de las trece factorías de elevado riesgo potencial.
Planes de prevención de hace una década y más
A fecha de hoy una de ellas, Carburo del Cinca, carece de ese documento aunque se encuentra “en tramitación”, mientras que el de las otras dos químicas potencialmente peligrosas de Monzón, Inquide y Química del Cinca, datan de julio de 2014.
En cuanto a las de Sabiñánigo, el plan de Ercross fue aprobado dos meses más tarde y el referente al depósito de gas de Enagás en junio de 2010.
Paralelamente, tres de las ocho localizadas en la provincia de Zaragoza, Kuehne Nagel, Pagola Poliuretanos y Pikolín, también carecen del documento, aunque se encuentran en fase de tramitación.
Completan la lista las instalaciones de Cepsa y de Unión Derivan en Zuera, en ambos casos con los planes fechados en 2010; Productos QP, de Utebo, que lo tiene aprobado desde 2019; Evonik Peroxide (antes Foret) en La Zaida, que tiene el suyo fechado en 2013, y los depósitos de Exolum (Compañía Logística de Hidricarburos) en Zaragoza, con sello de 2014.
Más de cien hipótesis de riesgo en Monzón y Sabiñánigo
A estas instalaciones se les añaden otras 31 de ‘nivel inferior’ con una distribución de catorce en las provincias de Huesca y de Zaragoza y de tres en la de Teruel.
Una de ellas, Linde, se encuentra en Monzón, donde también operan aunque en un tercer nivel de riesgo sendas plantas de Energyworks, Ercros y Polidux, mientras en Sabiñánigo lo hacen Envasados del Pirineo y Orache Desinfection dentro del primer grupo y el depósito de residuos de lindano de Bailín se encuentra en el segundo.
Cierran la lista de instalaciones sensibles ocho gasoductos y oleoductos, tres de los cuales tienen parte de su trazado en el término de la capital del Cinca Medio y otros cinco en la del Alto Gállego.
Los planes contemplan “el riesgo químico desde una nueva perspectiva integral, que incluye las posibles emergencias derivadas de accidentes en establecimientos ‘seveso’ de nivel superior y también las ocasionadas en establecimientos de nivel inferior, de actividades industriales con productos químicos y las derivadas del transporte de mercancías peligrosas en núcleo urbano, así como de gasoductos y oleoductos”.
Los planes manejan 25 hipótesis de riesgo en Monzón, diez para las plantas de novel ‘Seveso’ y quince para el resto, en la mayoría de los casos ante eventuales fugas de productos químicos e incendios de material, y hasta 83 para Sabiñánigo, en este caso con una distribución de 54 y 29.
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