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El Alto Vico I, un tesoro prehistórico descubierto en las Cinco Villas hace medio siglo

Gisela Wegener, en una de sus exposiciones.

María Bosque Senero

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Dos amantes de la arqueología, un valle plagado de pueblos y paisaje casi deshabitados y un tesoro sin descubrir a la vista de todos. Parecen los ingredientes perfectos para rodar una película de Indiana Jones, pero nada más lejos de la realidad. Esta es la historia de un yacimiento: Alto Vico I, ubicado en la ribera del río Onsella, en las altas Cinco Villas, y de sus descubridores; un matrimonio navarro formado por un médico psiquiatra y la primera terapeuta ocupacional que ejerció en España, ambos amantes de la arqueología, la historia y el coleccionismo.

Gisela Wegener pisó España por primera vez en el año 1962, con 23 años y tras cuatro días de viaje en coche desde su ciudad natal, Bremen. “Me trajo mi abuelo, fue toda una aventura porque entonces eran otros tiempos y no existían las autopistas ni las autovías”, cuenta Gisela. Su abuelo era coleccionista de relojes. De él heredó su pasión por coleccionar y su curiosidad, y pronto encontró con quién compartirlas. “Conocí a mi marido en el hospital psiquiátrico de Pamplona, donde ambos trabajábamos. Tuve la inmensa suerte de venir a España porque aquí encontré todo lo que amaba”, dice feliz.

Miguel Ángel Zuazua, médico psiquiatra, y Gisela Wegener recorrieron los pueblos de las altas Cinco Villas aragonesas durante más de una década. Comenzaron a viajar solos en el año 1963 y posteriormente lo hicieron con sus hijos. Por cierto, uno de ellos ahora es arqueólogo. “Íbamos en busca del silencio de aquellos pueblos deshabitados o casi deshabitados entre Lobera, Sofuentes y Onsella”, explica Gisela. Y en ese trasiego por zonas hasta entonces consideradas yermas de yacimientos comenzaron a encontrar piezas antiguas de gran valor.

“Cierto es que eran otros tiempos para la investigación, pero nunca vimos a ningún arqueólogo en aquella zona”, apunta la coleccionista, que confiesa que jamás tuvieron que hacer ningún tipo de excavación para encontrar estos vestigios del pasado: “Las piezas estaban a la vista de cualquiera que las supiera interpretar”. Aquellas excursiones al río Onsella y sus alrededores tuvieron como resultado la creación de la amplia y rica colección hoy conocida como Zuazúa Wegener. Las piezas fueron limpiadas, cuidadas y ordenadas con mimo por esta pareja de aficionados. “Nuestra casa parece un museo; tanto a mi marido como a mí siempre nos gustó la arqueología, colaborábamos y conocíamos a muchos arqueólogos, a día de hoy sigo colaborando siempre que me llaman”, explica Gisela desde su casa en Pamplona.

La colección Zuazúa Wegener

Hace cinco años, el doctor Miguel Ángel Zuazua falleció y su esposa decidió ceder las cajas con las miles de piezas descubiertas por ambos durante décadas al Gobierno de Navarra. “Creí que debían ser disfrutadas por todas las personas que pudieran estar interesadas y, sobre todo, volver a su tierra de origen”, explica Gisela Wegener. Hasta ahora, esta colección ha estado custodiada en el Almacén de Arqueología del Gobierno de Navarra donde cada pieza ha sido limpiada y estudiada. Algunas de los restos son líticas (sílex y hachas pulimentadas), y otros metálicos y cerámicos de cronología prehistórica reciente y romana; todas ellas procedentes de yacimientos ubicados en localidades de las Cinco Villas.

Hasta hace unos años, poco o nada se conocía de este yacimiento Alto Vico I localizado al sur del término de Sos del Rey Católico, en la provincia de Zaragoza y limítrofe con suelo navarro. En el año 2018, y en gran parte gracias al hallazgo que de él hicieron sus descubridores, comenzaron los estudios profesionales sobre el terreno.

El yacimiento arranca en el Epipaleolítico final/Neolítico inicial (hacia el 6000 aC) y llegará hasta el Neolítico final (en torno al 3000 aC). Aunque en el proyecto de investigación participan varios técnicos, en concreto en el yacimiento trabajan sobre todo dos personas: Lartaun Pérez, prehistoriador, y Ángel Jordán, arqueólogo y director de la investigación. 

El estudio que se está llevando a cabo en el yacimiento Alto Vico I se enmarca dentro del proyecto arqueológico Cabeza Ladrero, ya que, tal y como explican los expertos, podría estar dentro de lo que posteriormente sería en época romana el territorio que administró la ciudad de Cabeza Ladreo. El proyecto busca conocer las dinámicas de ocupación del territorio desde la aparición del ser humano hasta época altomedieval, “lo que nos llevó a fijarnos en este yacimiento en las altas Cinco Villas”, apunta Jordán.

El yacimiento Alto Vico I

“El yacimiento lo interpretamos como un poblado estable, posiblemente no demasiado grande, desde el que se desarrolló una agricultura incipiente, tal vez de subsistencia, en torno a él y que tendría como principal recurso de producción/aprovechamiento del territorio la ganadería”, explica Ángel Jordán. Este dato es interesante puesto que desde el yacimiento, que serviría de cabeza de territorio, se han podido identificar dos líneas de movimiento: una hacia el valle de Sofuentes y otra hacia el sur, al menos la zona de baja del barranco de Galbarra “en lo que quizá sería una suerte de trashumancia realizada a pequeña escala en busca de pastos y sal para el ganado”, añade.

Traslado de los bienes

En 2021, los gobiernos de Navarra y de Aragón firmaron un convenio en el que se comprometían a ordenar los restos arqueológicos del yacimiento de Alto Vico I. En la actualidad, una mesa técnica de trabajo de la que forma parte personal de las dos administraciones se está encargado de determinar el lugar de depósito de estos materiales, la titularidad autonómica o estatal y los trámites para su traslado de Navarra a Aragón.

El presidente de la comunidad aragonesa, Javier Lambán, en su última reunión con el ministro de Cultura, Miquel Iceta, anunciaba la creación de una exposición con estos restos arqueológicos antes de que finalice este año. Una muestra en la que colaborará la Comunidad Foral de Navarra y que contará con el respaldo y posiblemente con la presencia en su inauguración, como él mismo hizo constar, del ministro Iceta.

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