Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Más de 1.300 empresas cierran en Aragón en el Año I de la pandemia

Las tiendas de Confecciones La Fábrica cerrarán en unas semanas, cuando acaben de liquidar sus stocks

Eduardo Bayona

Zaragoza —

1

Confecciones La Fábrica lleva más de 58 años vendiendo ropa en sus seis tiendas de Zaragoza. La cadena, que comenzó a operar en 1962 en su local de la calle Dos de Mayo, en San José, resistió a la crisis del Petróleo (1973), a la postolímpica (1993) y a la gran recesión (2009) que siguió al estallido de la burbuja inmobiliaria en pleno crash del sistema financiero internacional, pero no ha podido hacerlo superar el Año I de la pandemia del coronavirus.

La empresa, de carácter familiar y con una veintena de empleados, se encuentra en liquidación por orden del Juzgado Mercantil número 1 de Zaragoza desde que a mediados de septiembre del año pasado, cuando acababa el trimestre veraniego de la tenue recuperación tras el confinamiento de la primavera, fue declarada en concurso de acreedores a petición de los dueños.

La Fábrica, una de las cadenas del sector textil con más tradición de la capital aragonesa, se añadirá dentro de unas semanas, quizás formalmente meses, a las más de 1.300 empresas que han bajado la persiana en el Año I de la pandemia.

La escabechina alcanza dimensiones desconocidas en el tejido productivo de una comunidad que ha retrotraído su número de unidades al del final del tramo de caída de la anterior crisis y que está viendo cómo el impacto de la covid-19 y de las restricciones para afrontarla se llevan por delante casi 13.000 empleos asalariados en el cómputo menos catastrófico.

Por debajo de las 40.000 unidades productivas

La Estadística de Empresas Inscritas en la Seguridad Social que elabora el Ministerio de Trabajo señala cómo al cierre de 2020 seguían dadas de alta 39.948 firmas con empleados contratados, un dato cuyas proyecciones resultan inquietantes: son 1.472 menos que las que había al acabar el ejercicio anterior, con un retroceso del 3,6% cuya magnitud únicamente superan Canarias (-6,2%) y Castilla y León (-4%).

Son, también, 1.301 unidades productivas menos que en febrero, el mes anterior a la declaración oficial de la existencia de la pandemia, y solo 526 más de las registradas al cierre de marzo o 549 que en abril, meses en los que llegaron a cerrar 1.850.

Los datos, que muestran un regreso a los niveles de principios de 2014, cuando el censo se quedaba en 39.716 empresas con empleados, apuntan a unos daños de mayor entidad que en otras zonas, a una menor capacidad de recuperación o a ambas cosas, algo que no se aleja demasiado de los pronósticos de instituciones como el Banco de España, que la pasada primavera llamaban la atención sobre la elevada dependencia de actividades vinculadas a la movilidad, como el turismo y la logística, mientras su escasa malla industrial depende de un ramo que también la sufre, como es el de la automoción.

Otros analistas, como los del Consejo General de Economistas (CGE), alertan de los efectos de una pérdida de competitividad y de dinamismo empresarial que ya se manifestaban antes de la pandemia y que combinados con los del emisor no presagian precisamente tiempos de bonanza a corto y medio plazo.

Una intensa pérdida de empresas

Esa reducción de la actividad empresarial, que se concentra en las empresas de menor tamaño y capitalización, se ha traducido en otra del empleo cuya magnitud varía en función de si el cómputo se realiza con el cierre de 2019 o con el inicio de la pandemia y el ‘gran encierro’ como referencia. El primero refleja una pérdida de 12.829 empleos para caer a 404.756 que el segundo eleva a 16.472.

Las merma interanual de las plantillas, del 3,1%, solo es inferior a la registrada en las dos comunidades autónomas más dependientes del turismo, Baleares (-5,6%) y Canarias (-7,8%), algo que da una idea de la intensidad que la crisis está alcanzando en Aragón en sus primeros meses.

Los registros del Código de Cuentas de Cotización apuntan a una pérdida de actividad todavía mayor, con la desaparición de 2.703 negocios en un año (de los 45.192 de diciembre de 2019 a los 42.489 de un año después), aunque este dato puede resultar engañoso al dedicarse las empresas a más de una actividad, caso del alojamiento y la restauración en los hoteles o la venta y la distribución en el comercio, e incluir también a los autónomos con asalariados a su cargo.

Por provincias, el retroceso de la actividad en Zaragoza y Huesca, donde al cierre de 2020 se encontraban operativas un 6,3% (1.933) y un 6,2% (586) menos de líneas de negocio que un año antes duplica al que se da en Teruel, donde la caída se sitúa en el 3,5% (184).

Etiquetas
stats