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Menos de un pasajero diario: el aeropuerto de Huesca encadena quince años de plomo en las alas

Aeropuerto de Huesca.

Eduardo Bayona

Zaragoza —
18 de diciembre de 2022 22:39 h

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El aeropuerto Huesca-Pirineos está celebrando su decimoquinto aniversario con un regreso a los peores registros de su historia, los de menos de un pasajero diario que ya arrojó entre 2013 y 2017 en el peor de los tres lustros de plomo en las alas en los que se ha convertido su breve historia, que no incluye hasta la fecha ni un solo vuelo para trasladar mercancía.

Las estadísticas oficiales de Aena, el operador del tráfico aéreo en España, señalan que entre los meses de enero y noviembre de este año han pasado por sus instalaciones un total de 318 pasajeros, con un descenso de más del 80% sobre el mismo periodo de 2021, ejercicio que acabó cerrando con un total de 1.229.

Los datos apuntan a un intenso desplome de la actividad aérea en Huesca, ya que el grueso de los viajeros de este 2022 (212, dos de cada tres) se concentraron en enero.

Desde entonces, al margen de los 88 pasajeros de abril, el aeropuerto suma cinco meses en blanco, tres de ellos consecutivos de agosto a octubre para dejar en solo siete el balance del último semestre: uno en julio y seis en noviembre.

Menos viajeros que en las estaciones de tren rurales

Según los informes anuales de Aena, en los poco más de quince años transcurridos desde que tras apenas cuatro meses de pruebas comenzaron las operaciones comerciales el 14 de abril de 2007, por el aeropuerto de Huesca han pasado un total de 27.897 pasajeros, un volumen que arroja una sonrojante media diaria de apenas cinco.

Y si el foco se ajusta para centrarse en la última década, la de 2013 a 2022, la caída se va por debajo de los dos transeúntes diarios (1,72). De hecho, alcanzar esa cota de número entero requeriría que en diciembre se produjera un improbable trasiego de un millar de personas por el aeropuerto oscense.

Cuando el tráfico de los últimos quince años se pone en relación con la inversión realizada para poner en marcha el aeropuerto, que superó los 45 millones de euros por parte de Aena y el Ministerio de Fomento, aunque otras estimaciones que añaden más conceptos como la adecuación de las carreteras de la zona la elevan a 60, el bochorno sube de grado ya que las medias se van por encima de los 1.600 y de los 2.100 euros por viajero, respectivamente.

Y no sería la única comparación de efectos ruborizantes: estaciones de ferrocarril de la línea del ‘canfranero’, como Ayerbe, tenían una media de ocho viajeros diarios cuando a principios de 2020 Renfe suprimió el servicio de taquillas, algo que también ocurrió en otras más concurridas como Canfranc, Sabiñánigo e incluso Jaca.

Otras del llano, como Grañén, superan la decena de pasajeros diarios desde que el Gobierno comenzó a aplicar los bonos de descuento, mientras que cabeceras de comarca como Sariñena y Binéfar superan los treinta y rondan los cien, respectivamente.

Alternativas que o no cuajan o no se consolidan

Están por hacer los cálculos que aclaren si ha sido el tren o el avión el medio de transporte que más turistas ha acercado al Pirineo, un servicio que desde el principio se utilizó como argumento de apoyo a la transformación del antiguo aeródromo.

La realidad ha acabado por dejar en evidencia la disparatada apuesta por el aeropuerto oscense iniciada en tiempos de Francisco Álvarez Cascos y consolidada en los de Magdalena Álvarez, que ha dado lugar a un periodo de quince años en los que el complejo ha sido el aeropuerto de menos uso en más de la mitad de las ocasiones, algo que solo ha dejado de ocurrir en una ocasión en la última década: fue en 2018, cuando por Albacete pasaron 178 viajeros menos que los escasos 1.473 que transitaron por Huesca.

Incluso la media de 1.600 pasajeros anuales de los primeros seis años de funcionamiento, que incluyeron un pico de 6.228 en 2009 seguido de otros 5.906 al año siguiente durante la etapa de operaciones, resultaba obviamente insostenible para una infraestructura de esas dimensiones, que años después volvería a un promedio de ese tipo durante las dos temporadas que la SD Huesca compitió en la Primera División del fútbol y que ahora languidece mientras van surgiendo alternativas de gestión que o no acaban de cuajar o no llegan a consolidarse.

El decimoquinto aniversario del aeropuerto de Huesca llega cuando el Gobierno se propone atajar la tradicional tendencia al colosalismo de los responsables de las obras públicas y exigir la superación de dos ‘informes de eficiencia’ antes de dar el visto bueno a un proyecto de nueva infraestructura, según adelantó Infolibre. El aeropuerto de Huesca nunca fue sometido a prospecciones de ese tipo.

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