El Paraninfo, cultura y paz

Lugares sagrados: donde se puede estar gratis y hay silencio. La primera y quizá única misión de las instituciones es proporcionar lugares sagrados de fácil acceso para que la ciudadanía se tome un respiro. El Paraninfo Universitario, en el centro de Zaragoza, cumple esa gloriosa función.

Aparte de la intensa y variada actividad cultural --a la vicerrectora Yolanda Polo le han concedido uno de los Premios Búho y hace unos meses uno de los premios del Artes & Letras de Heraldo de Aragón--, el Paraninfo es un remanso de paz en medio de la locura de la Ciudad de las Barredoras Sónicas: Zaragoza ha renovado la flota de barredoras y ha conseguido que sus bramidos horrísonos hagan enloquecer al vecindario. En tiempos eléctricos las nuevas barredoras emiten furia y sus decibelios destruyen la convivencia: la famosa polarización aumenta con las barredoras.

El Paraninfo es el lugar ideal para darse una vuelta en silencio y soledad y disfrutar de la civilización, que es el sosiego y la paz consolidada de los siglos. Lo que destruyeron los franceses en su invasión ya no está. Lo que derriba la bola autóctona tampoco está. Por eso, lo que sí está y se ha restaurado y preservado tiene un valor incalculable. Estas obviedades hay que ponerlas en pie de vez en cuando.

Yo entro al Paraninfo a disfrutar del silencio y la paz que además son gratis. En sus pasillos inmensos como catedrales todo es armonía y cultura remansada. Puedes ver exposiciones, ahora Ignacio Fortún y Elisa Arguilé, y siempre el museo de Ciencias Naturales, donde se remansan las eras geológicas y puedes convertirte en un nummulites, las expos de libros antiguos en la biblioteca, máxima quietud difícil de encontrar en cualquier otra parte. Y el nuevo espacio permanente dedicado a Santiago Ramón y Cajal.

Lo mejor es recorrer los pasillos, dar la vuelta completa, 360º paranínfeos. Y lo que consagra definitivamente la eficacia ciudadana de un lugar público como espacio de encuentro: el bar y el restaurante. Esta paz de siglos explica la Universidad y la vida cultural que promueve y facilita da esperanza de que haya algo, lo que sea, incluso futuro, en un lugar noble accesible para todos.

Pd.: Como vemos, todo está siempre en peligro. Lo bueno hay que vivirlo y disfrutarlo, y hay que defenderlo.