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El principio del fin: las obras de la autovía Huesca-Lleida estarán terminadas con 15 años de retraso

Obras en otro tramo de la misma autovía

Miguel Barluenga

Huesca —

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Un problema enquistado en el tiempo que comienza a solucionarse. El Ministerio de Fomento inició la pasada semana las obras del tramo Siétamo-Huesca de la autovía A-22. Con un presupuesto de 46,77 millones de euros, y bloqueada desde hace una década, estará terminada en 2021. Son 12,8 kilómetros con los que se cerrará por completo la ruta entre la capital oscense y Lleida, que estaba a falta tan solo de estos trabajos tan largamente demandados por vecinos y empresarios.

De esta forma, el tráfico por la N-240, la carretera que hasta hace unos pocos años vertebraba varias de las principales localidades de la provincia, se verá aliviado y la conexión entre Pamplona, Jaca, Huesca y Lleida con la A-21 y la A-23, muy mejorada y adaptada a las necesidades reales de los usuarios.

El trazado del tramo Siétamo-Huesca comprende los términos municipales de Siétamo, Loporzano, Quicena y Huesca. En los ocho primeros kilómetros se llevará a cabo una autovía de nuevo trazado, y en el resto está previsto un desdoblamiento por el lado norte de la carretera N-240 a lo largo de la Ronda Norte de Huesca y hasta la conexión con la autovía A-23.

Habrá, además, cuatro enlaces: uno en Loporzano, otro en Montearagón y dos en la Ronda Norte de Huesca (centro y oeste) El proyecto contempla la construcción de dos viaductos, siete pasos superiores y siete inferiores, entre los que destaca el nuevo sobre el río Flumen con una longitud de 100 metros. La propia ciudad de Huesca se verá indirectamente beneficiada por esta nueva construcción con servicios renovados. La carretera intercepta cinco vías pecuarias que se reponen en la longitud afectada: Cañada Real de Igriés, Vereda de Loporzano, Cordel del Saso, Vereda de Siétamo a Loporzano y Colada de la Costera.

Proyectada en 2001 e iniciada cinco años más tarde, sufrió un parón en 2010 cuando Fomento detuvo el gasto para la planificación de autovías en todo el país. Los Presupuestos Generales del Estado de 2018 contemplan para este tramo una inversión de 1 millón de euros y partidas plurianuales de 20, 34 y 21 millones para 2019, 2020 y 2021, respectivamente. La adjudicataria de las obras es la empresa altoaragonesa Vidal Obras y Servicios.

Unos 11.000 vehículos, más de 1.000 de ellos pesados, circulan al día entre localidades como la propia Siétamo, Loporzano, Quicena o Tierz. Es uno de los tramos más transitados de la provincia. Además, el proyecto inicial no superó la declaración de impacto ambiental y el Gobierno central destinó apenas 100.000 euros en los PGE de 2016.

La rotonda edificada para acceder a Tierz fue una primera solución de emergencia, y en el resto de localidades lamentan los colapsos del tráfico y algunas maniobras peligrosas que siguen siendo obligatorias, con el Estrecho Quinto como punto negro o el cruce de escasa visibilidad para dirigirse hacia Loporzano. El radar ubicado en el Estrecho Quinto, en el kilómetro 202 de la N-240, es el tercero que más multas por exceso de velocidad expende en España según los Automovilistas Europeos Asociados (AEA). En 2016 sancionó a 33.734 conductores, 92 de promedio cada día.

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