Casi 52 turistas por cada habitante: Sallent de Gállego se convierte en la segunda localidad de España más masificada
El turismo en los Pirineos aragoneses no deja de crecer. Lo que hasta hace unos años era estacional en invierno se ha convertido en un reclamo también en verano, con atracciones de aventura, senderismo y mucha oferta gastrónomica. Sallent de Gállego, en Huesca, se lleva la palma, este pueblo pirenaico de 1.554 habitantes, según el INE, recibió 75.675 visitantes en 2023, lo que hace un total de casi 52 turistas por cada persona empadronada en el municipio, según publicó el portal vacacional Holidu.
El turismo de montaña abarrota el Pirineo aragonés y cada vez hay más voces en contra por el tipo de empleo que se genera y las afecciones al paisaje y el entorno. Festivales, carreras de montaña o actividades en las pistas de esquí han plagado el calendario estival. Sin embargo, desde diversas plataformas vecinales no ven con buenos ojos esta tendencia que ocasiona una degradación del suelo y de la vegetación, así como un aumento de residuos y de contaminación. La formación política Chunta aboga por “un cambio en el modelo de la gestión” en pos de un “equilibrio” entre “la actividad en las montañas y su conservación” que evite “la destrucción del patrimonio natural”. Sí se ha mostrado favorable a iniciativas para la “desestacionalización” del turismo en las estaciones de esquí tales como el Trail Valle de Tena.
Sallent de Gállego es la cabecera del Valle de Tena, un pueblo rodeado de naturaleza ya que se trata de uno de los municipios con más picos de 3.000 metros. Sin embargo, las infraestructuras y servicios de esta localidad no están adaptadas para este nivel de visitantes, que cada año aumenta en la zona. La localidad oscense solo es superada en este ranking por Sant Llorenç des Cardassar, un municipio de las Islas Baleares que tiene algo más de 9.000 personas empadronadas y que en 2023 fue visitado por 600.000 personas.
Masificación de las zonas de baño
La masificación turística es un debate constante desde hace unos años, al turismo de la nieve se suma ahora una gran afluencia de gente en verano a las diferentes pozas y ríos o a las estaciones de esquí, que amplían su oferta para permanecer abiertas más tiempo. Hace unas semanas el director de la Casa de Papel, Alex Rodrigo, publicó en X una serie de fotos criticando que la poza de su pueblo se había masificado debido a su viralización en redes sociales, adjuntando imágenes de la basura que se generaba en el entorno y asegurando que “nadie del pueblo va ya”.
La misma semana se conoció que varias agencias de viaje de Barcelona fletaban autobuses para bañarse en diferentes rincones del Pirineo como Puyaruelo, en Aínsa, o la cascada de Oros Bajo, cerca de Biescas, lugares donde la masificación turística se percibe por los vecinos como algo cada vez más negativo. Se trata de un modelo turístico que numerosos agentes locales ya han condenado por no dejar ningún beneficio en el territorio y por impactar en zonas de alto valor medioambiental.
Por otro lado, desde las instituciones se potencian instalaciones de aventura, como tirolinas o el recién inaugurado columpio extremo, muy cerca de Sallent de Gállego.
No solo el Pirineo atrae turismo en Aragón, Albarracín se encuentra en séptimo lugar en el ranking, con 46,54 turistas por habitante en 2023. Más abajo del listado también aparecen Benasque con 75.309 visitantes en 2023 y 2.306 censados, al igual que Jaca con 150.101 visitantes en 2023 y casi 14.000 habitantes.
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