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Más de 50.000 aragoneses trabajan a jornada completa por menos de 14.000 euros al año

Trabajadores en una obra.

Eduardo Bayona

Zaragoza —

Más de 50.000 trabajadores aragoneses reciben al cabo del año un salario inferior a los 14.000 euros brutos, es decir, menos de catorce pagas de mil euros, por empleos de jornada completa, según revela el informe Salario mínimo de convenio y IV Anec, elaborado por CCOO.

El documento pone sobre la mesa la extensión del fenómeno de los llamados ‘trabajadores pobres’, cuyos salarios no dan para llevar unas condiciones dignas de vida pese a desempeñar un puesto de trabajo que les ocupa la totalidad de la jornada, y los efectos del Acuerdo de Negociación Colectiva entre sindicatos y patronales, que contemplan que esos 14.000 euros pasen a ser el salario mínimo de convenio a partir de 2020.

No obstante, algunas organizaciones empresariales de ámbito estatal han comenzado a desmarcarse del acuerdo, en algunos casos incluso se han pronunciado contra el primer tramo de la subida hasta 900, argumentando que un aumento salarial de esa cuantía resultaría inasumible para sus sociedades.

Los 50.200 trabajadores aragoneses que se encuentran en esa situación suponen el 13% del total de los contratados a jornada completa en la comunidad, es decir, entre uno de cada siete y uno de cada ocho, según revela el documento de CCOO, que se basa en datos extraídos de la EPA (Encuesta de Población Activa) y de la EES (Encuesta de Estructura Salarial), ambas del INE (Instituto Nacional de Estadística).

Por género, esta situación se da de una manera mucho más frecuente, en una proporción de tres a dos, entre las mujeres que entre los hombres, ya que la sufren 29.500 por 20.700; afecta a más de la cuarta parte (29,6%) de los jóvenes con un empleo de jornada completa y a un volumen similar de los extranjeros (27,4%) y, por último, esas condiciones resultan más que habituales en sectores como la hostelería, donde alcanzan al 22,3% de los contratos.

Los salarios bajos se reducen más

El informe revela cómo en España entre 2008 y 2016 “el salario medio de trabajadores y trabajadoras a tiempo completo aumentó un 1,2% entre 2008 y 2016 en términos reales (descontada la inflación), mientras que cayó un 10,4% entre el 10% de los asalariados con ingresos salariales más bajos”.

Si se elimina el efecto de factores como la menor ocupación en sectores como la construcción y su aumento en otros como la hostelería, “el salario medio pagado por realizar el mismo trabajo se redujo un 8,6% entre 2008 y 2016” y volvió a hacerlo en ese último año, en plena recuperación de las variables macroeconómicas, “lo que confirmaría que los cambios introducidos por la reforma para presionar los salarios a la baja siguen operando también durante la etapa de crecimiento”, anota el documento.

Paralelamente, “el 10,5% de los asalariados a tiempo completo del sector privado ganaba un salario bajo en 2014”, tasa que se elevó en dos años algo más de dos puntos sin incluir a la agricultura.

Una década perdiendo poder adquisitivo

Según destaca CCOO, “el aumento de los salarios mínimos no solo mejora la distribución de la renta, sino que también sirve para impulsar el crecimiento económico y crear más empleo, en tanto que incrementa los ingresos de las personas con una mayor propensión a consumir”.

Sin embargo, los aragoneses llevan una década perdiendo poder adquisitivo a un ritmo de 470 euros anuales, en un fenómeno que alcanza también a los que han conservado su empleo, entre los que la merma de la capacidad de compra alcanza el 7% en ese periodo.

Esto ocurre, principalmente, por la combinación de varias causas, entre las que destacan el gripado del sistema de redistribución de rentas, la devaluación salarial y el aumento de la precariedad, con un 25% de puestos temporales.

En este sentido, Comisiones Obreras señala que los incrementos del salario mínimo, tanto en interprofesional (oficial) como el de convenio (pactado en la negociación colectiva), “suponen una mejora, en particular, para mujeres, jóvenes, inmigrantes y trabajadores temporales, al ser grupos y colectivos donde la incidencia de los salarios bajos es mayor”. “Estos –añade- se benefician de la mayor creación de empleo impulsada por las subidas, pues se trata también de colectivos más castigados por el desempleo”.

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