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Las residencias de ancianos de Huesca empiezan a ver la luz “expectantes” tras la vuelta a la fase 2

Regimiento Galicia 64 realizando labores de desinfección en la residencia de Sabiñánigo

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Concentraron buena parte de los casos y la preocupación en las primeras semanas del estado de alarma. Las residencias de mayores se convirtieron en focos de contagio del coronavirus. En Huesca, los contagios de la COVID-19 se cebaron con especial ensañamiento en las localidades de Sabiñánigo y Biescas, donde la situación se ha controlado ya y se han tomado las medidas necesarias para evitar posibles rebrotes. Las “semanas de terror”, como las califican desde la consejería de Salud del Gobierno de Aragón, han dejado paso de manera paulatina a la deseada normalidad y a una situación “expectante”, como la califican estas mismas fuentes, tras la vuelta a la fase 2 de Huesca capital y las comarcas orientales de la provincia.

En las zonas afectadas las visitas se van a limitar a un familiar en lugar de dos y por espacio de una hora, en un lugar habilitado por el centro, con cita previa y con todas las medidas de seguridad que recomiendan estos encuentros. Las salidas a espacios abiertos privados dentro del centro se podrán prolongar más de una hora, y si el centro así lo autoriza, realizarse varias al día. Sin restricciones horarias, como en el resto de actividades, y con salidas para las residencias de mayores de una hora a un kilómetro como máximo.

Al norte, la Residencia Alto Gállego registró 22 de los 26 fallecimientos en Sabiñánigo que constan en los registros oficiales. En Biescas, en el centro de La Conchada también se combatió el virus. Sin embargo, la preocupación recorrió toda esta población de unos 1.500 vecinos censados. Fue la que presentó una tasa más alta de infectados por coronavirus de Aragón: 300 pacientes atendidos, 44 de ellos en la residencia y varios traslados a la que el Ejecutivo autonómico habilitó en La Abubilla de Yéqueda, cerca de la capital oscense. También hubo contagios entre los trabajadores del centro de mayores biesquense.

La residencia de La Abubilla ubicada en Yéqueda y habilitada como centro COVID-19 por el Gobierno de Aragón el pasado 23 de marzo, se mantiene disponible ante la posibilidad de un rebrote de coronavirus. Acogió a 99 ancianos atendidos por unos 90 profesionales. El director del centro, Mateo Ferrer, apuntó a Europa Press que el edificio está preparado por si, en cuestión de horas, se precisa su uso: “Seguimos con el centro al cien por cien y con el personal listo para actuar ante un posible rebrote”.

La Litera, Cinca Medio y Bajo Cinca

Los dos últimos positivos que ingresaron en La Abubilla procedían de Binéfar, donde ahora se permanece atento al rebrote de las comarcas aragonesas de La Litera, Cinca Medio y Bajo Cinca. Las residencias de María Llevot y de la de la Comarca de la Litera acapararon los problemas, la primera con siete positivos entre sus 26 usuarios y tres auxiliares y la primera con cinco positivos tras las 115 pruebas que se efectuaron.

La pandemia también ha golpeado con fuerza a la localidad de Sariñena. Internos y trabajadoras permanecieron confinados durante varias semanas, hasta el mes de mayo, tras registrarse un brote que provocó la muerte de al menos nueve internos. Con dos turnos, la instalación de medidas de protección y refuerzos en la plantilla de trabajadores se ha puesto coto a la COVID-19 en una población que poco a poco se despierta de la pesadilla.

Las residencias de Castejón de Sos y Campo, en la comarca de La Ribagorza, que sufrieron la pandemia con mayor virulencia, se han podido plantear el ingreso de nuevos internos después de que desaparezca todo rastro del virus. En las de Graus y Benabarre no llegaron a registrar ningún caso. Ni en Monzón, ni en Barbastro ni en Estadilla se han detectado positivos en sus centros para mayores. En el caso de la capital del Cinca Medio, se han detectado seis casos de contagios de coronavirus focalizados en tres familias de temporeros de la fruta, lo que ha llevado al ayuntamiento a cerrar durante dos semanas las visitas y salidas en la residencia municipal Riosol y a prohibir la salida de residentes del Centro de Educación Especial Reina Sofía.

Residencias intervenidas en la capital

En la capital oscense, la DGA intervino las residencias de La Merced y Los Olivos. La primera recuperó la normalidad después de superar el periodo establecido de 28 días sin nuevos contagios de coronavirus. En abril se confirmaron 12 casos positivos entre residentes y trabajadores del centro. Algunos de los contagiados se derivaron a la clínica Viamed Santiago de Huesca y a la Residencia La Abubilla de Yéqueda para reforzar su atención. De forma análoga, el Instituto Aragonés de Servicios Sociales tuvo que administrar el centro privado de Los Olivos después de detectarse a finales de marzo un brote difícil de controlar y que afectó a diez usuarios y trabajadores. Del medio centenar de residente perdieron la vida trece.

No todo ha sido oscuridad. En una carta firmada por las trabajadoras de la residencia Sagrada Familia de Huesca recordaban que “nuestra prioridad en todo momento, aparte de la salud y seguridad de todos los residentes, ha sido la diversión, el entretenimiento, la animación y la ocupación del tiempo libre, con el objetivo de amenizar este periodo de aislamiento, durante el cual no han podido estar con su familia, ni abrazarlos ni disfrutar de su compañía”.

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