Partidos, empresarios y científicos de Aragón se unen para firmar un gran Pacto por la Ciencia
Que la totalidad de los grupos políticos de un Parlamento sumen fuerzas en un mismo proyecto es extraño. Una rareza. Que a ellos se unan todos los centros e institutos de investigación, los tecnológicos, las organizaciones empresariales y las universidades es casi una utopía. En Aragón sucedió. La insólita cohesión advino para rubricar un Pacto por la Ciencia; y convirtió a la Comunidad en la primera en firmar una entente de esta índole, con el soporte de todos los implicados.
El documento, elaborado gracias a las aportaciones de los partícipes, “pretende blindar la ciencia y la I+D+I de vaivenes políticos y otorgar estabilidad al sector”. Supone, por añadidura, la antesala de la Ley de la Ciencia de Aragón, que se llevará a las Cortes de la Comunidad en los primeros meses de 2017.
El objetivo principal, explicaron desde el Ejecutivo, es la mejora de la financiación: en el corto plazo alcanzar la media nacional del 1,3 %, para después llegar a la europea, en torno al 1,8 % del PIB. El documento se articula en cuatro grandes compromisos: con la sociedad y la comunidad científica aragonesas, de estabilidad financiera, de planificación y gobernanza, y convergencia con Europa.
“Ciencia, educación y administración”
El presidente de Aragón, Javier Lambán, apuntó en el acto de la rúbrica que el futuro de Aragón debe pivotar sobre tres grandes pactos: “el de la ciencia, el de la educación -como embrión de cualquier modelo de país- y el de la Administración aragonesa, para hacer que los recursos e iniciativas se traduzcan en resultados tangibles y con efectos equilibrados sobre todo el territorio”.
Destacó, del mismo modo, la importancia de lograr un acuerdo tan unánime: “El camino del éxito es el del acuerdo y no hacerlo es quedarse rezagado y no recuperar el tiempo perdido. El conocimiento y la apuesta por la I+D es una obligación y una oportunidad y hay que aplicar talento para organizar el gran talento existente en Aragón”.
Para la consejera de Innovación, Investigación y Universidad, Pilar Alegría, con este pacto “se pone una pica fundamental para aunar esfuerzos y hacer un Aragón cada vez más inteligente, competitivo y con más oportunidades para los ciudadanos”. El propósito, dijo, es “poner el conocimiento como elemento estratégico de nuestro modelo productivo”.
Invertir en desarrollo
Entre otros aspectos, el documento destaca que invertir en ciencia es invertir en desarrollo y hace referencia a la estabilidad presupuestaria, al retorno y la incorporación de talento, a la difusión del conocimiento, a la planificación y la coordinación y la trasferencia de resultados.
Establece el impulso de políticas de internacionalización, fomento de asociaciones público-privadas, configurar un marco institucional normativo y financiero estable con nuevos instrumentos financieros para pymes, creación de un marco regulatorio para impulsar la economía digital, o incrementar la alfabetización digital de todos los grupos de población.
En Aragón, hay 3.000 investigadores en el sector público y unos 1.000 en el privado, y existen alrededor de 300 grupos públicos de investigación. En cuanto a institutos, hay cinco universitarios, cuatro mixtos, un centro de investigación en logística adscrito a la Universidad de Zaragoza, tres centros propios del CSIC, seis científico-tecnológicos, y cinco grandes infraestructuras científicas.
