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¿Sustituirá la IA a los periodistas? (y 3)

Portada del semanario italiano L'Espresso.
16 de abril de 2025 07:00 h

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La Inteligencia Artificial (IA) está avanzando rápidamente y transformando diversos sectores. Algunos expertos tecnológicos predicen que, en los próximos diez años, esta tecnología podría hacer innecesaria la intervención humana en áreas clave como la medicina y la educación. Sin embargo, no todos comparten esta visión optimista.

El último informe anual realizado por la Asociación de Periodistas de Madrid (APM) revela que cerca del 50% de los periodistas encuestados consideran que la IA es simplemente una herramienta adicional para mejorar su trabajo. Solo un 15% teme perder su empleo debido a esta tecnología, mientras que un 38% cree que modificará sus funciones y requerirá formación adicional. A pesar de estas percepciones, el impacto de la IA sigue creciendo y generando debates sobre su papel en nuestras vidas.

La industria periodística ha mostrado tradicionalmente resistencia frente a nuevos avances tecnológicos. Un ejemplo destacado es el caso del New York Times durante los años 80. Max Frankel, editor ejecutivo entre 1986 y 1994, criticó duramente un plan para enviar noticias por fax a ejecutivos, calificándolo como “una locura”. Este rechazo refleja cómo las industrias tradicionales suelen adaptarse lentamente a las innovaciones. Ahora llega una herramienta que sabe escribir sin necesitar a los humanos.

Bill Gates mantiene públicamente una opinión equilibrada sobre el potencial transformador de la IA. En una charla reciente en Harvard, afirmó que “en una década, esta tecnología hará innecesarios a los humanos para muchas tareas”. Según Gates, los sectores donde este cambio será más rápido son la educación y la medicina. Herramientas basadas en inteligencia artificial podrían ofrecer diagnósticos médicos básicos y aliviar así el trabajo excesivo en hospitales.

El escritor y pensador Yuval Noah Harari explicó en una entrevista con Wired que, hasta ahora, las tecnologías de la información solo habían sido herramientas controladas por los humanos. Incluso con la invención de la imprenta, eran las personas quienes escribían los textos y decidían qué publicar. Sin embargo, según Harari, la IA es diferente: “Es un agente. La IA puede escribir sus propios libros y decidir qué ideas difundir. Esto nunca había sucedido antes en la historia”.

Poco después de las declaraciones de Harari, el semanario italiano L’Espresso reveló un caso sorprendente: Jianwey Xun, un supuesto filósofo chino autor del aclamado libro ‘Hipnocracia: Trump, Musk y la nueva arquitectura de la realidad’, no existe. En realidad, el libro fue escrito por inteligencia artificial en colaboración con Andrea Colamedici, un ensayista y editor italiano que aparece como traductor pero que también participó como coautor. Colamedici describió el proyecto como un “experimento filosófico y una performance artística”. El texto, que en algunos círculos culturales europeos consideraban candidato a ser “libro del año”, reflexiona sobre cómo las tecnologías emergentes están transformando las dinámicas de poder y la libertad individual. Según L’Espresso, el libro plantea que en esta era digital ya no es necesario poseer fábricas si puedes controlar las mentes. Este nuevo tipo de capitalismo manipula nuestra percepción y redefine nuestra relación con la realidad.

Periodistas artificiales

Joshua Rothman, de The New Yorker, explica que antes solo las personas podían aprender de libros o charlas y luego compartir esas ideas escribiendo o conversando. Ahora, la IA puede hacer esto automáticamente. Rothman cree que la IA podría transformar el negocio de los medios, pero también mejorar el periodismo. Aunque no piensa que los periodistas humanos desaparecerán, sí cree que la IA podría dar origen a “periodistas artificiales”.

En los dos artículos anteriores sobre si la IA sustituirá a los periodistas se han presentado casos como un periódico italiano creado completamente con IA que se imprime en papel o un diario digital capaz de generar 300 noticias falsas al día sin intervención humana. Estos ejemplos muestran cómo la IA ya está transformando el periodismo.

Para explorar otra visión de este tema, se le pidió a Perplexity que redactara un artículo de 500 palabras con titular y entradilla sobre cómo la IA cambiará el periodismo. El resultado es interesante y refuerza la idea planteada por Rothman: el futuro podría estar marcado por periodistas autónomos impulsados por inteligencia artificial.

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Titular: El periodista frente a la máquina: ¿Aliado o reemplazo?

Entradilla: La inteligencia artificial está transformando el periodismo como nunca antes, desafiando la esencia de la profesión. ¿Será una herramienta para potenciar la calidad informativa o el inicio de una era donde las máquinas tomen el control de las noticias?

Texto: El futuro del periodismo está en juego. La irrupción de la inteligencia artificial (IA) en las redacciones ha abierto un debate profundo sobre el papel de los periodistas en un mundo cada vez más automatizado. Desde la creación de contenido hasta la verificación de datos, esta tecnología promete revolucionar la industria, pero también plantea riesgos éticos y laborales que no pueden ser ignorados.

En los últimos años, herramientas como ChatGPT han demostrado su capacidad para redactar textos, analizar grandes volúmenes de información y personalizar contenidos según los intereses del lector. Grandes medios como Reuters y Vox han abrazado estas tecnologías, firmando acuerdos millonarios con empresas como OpenAI para integrar IA en sus procesos. Sin embargo, otros actores, como The New York Times, han optado por resistir, limitando el uso de estas herramientas para proteger la integridad editorial y evitar que los algoritmos sustituyan el criterio humano.

La IA también está cambiando cómo se consumen las noticias. Los algoritmos permiten personalizar la información que recibe cada usuario, pero esto puede fomentar burbujas informativas y cámaras de eco donde solo se accederá a contenidos que refuerzan opiniones preexistentes. Este fenómeno, conocido como “economía de la desinformación”, amenaza con erosionar la credibilidad de los medios y limitar la diversidad de perspectivas.

A pesar de los riesgos, muchos expertos ven en la IA una oportunidad para mejorar el periodismo. Herramientas avanzadas pueden ayudar a verificar datos en tiempo real, generar contenido multimedia automáticamente y anticipar tendencias emergentes. Estas aplicaciones podrían liberar tiempo para que los periodistas se concentren en tareas más creativas y analíticas. Sin embargo, esta integración debe hacerse con cautela. Según The New York Times, el uso responsable de la IA implica supervisión humana constante para garantizar que no se comprometan los estándares éticos ni se difunda información inexacta.

El impacto laboral también es significativo. Mientras algunos temen que la automatización reduzca empleos en las redacciones, otros señalan que está surgiendo un nuevo modelo profesional: el periodista autónomo y flexible, adaptado a un ecosistema digital dinámico. En España, por ejemplo, el número de periodistas independientes ha crecido rápidamente en los últimos años.

El dilema es claro: ¿la IA complementará o reemplazará a los periodistas? Aunque las máquinas pueden realizar tareas técnicas con rapidez y precisión, carecen del juicio ético necesario para decidir qué historias deben contarse y cómo hacerlo. El desafío para el futuro será encontrar un equilibrio entre aprovechar las ventajas tecnológicas y preservar la esencia humana del periodismo.

En un mundo inundado por información generada por algoritmos, los periodistas tienen una misión más relevante que nunca: ser guardianes de la verdad en una era donde las máquinas son herramientas poderosas pero no infalibles.

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