Las claves del crimen del ganadero de Ribadesella: asesinado en su casa, no hay grabaciones y los perros no ladraron

La Policía Judicial de la Guardia Civil de Asturias cuenta con varias pistas para tratar de esclarecer el asesinato del ganadero Toño Otero Toraño, de 60 años, cuyo cadáver fue hallado, el pasado viernes día 12, en el interior de su domilio en Cuevas del Agua (Ribadesella).

La víctima fue enterrada en el cementerio de Xuncu, tras el funeral celebrado en la iglesia parroquial de Ribadesella. Su cadáver no puso ser incinerado por orden judicial a la espera de que concluyan las labores de investigación.

La inspección ocular

El mismo día del crimen, los agentes realizaron una inspección ocular en el domicilio, donde se recogieron muestras. El cuerpo se hallaba junto a la puerta de entrada y presentaba varios golpes en la cabeza.

El cadáver fue trasladado hasta el Instituto de Medicina Legal de Asturias, en Oviedo, para la práctica de la autopsia. La Guardia Civil aún no ha recibido el informe judicial con el resultado del examen forense que podría aclarar tanto la hora del fallecimiento, como la trayectoria de las lesiones recibidas.

La búsqueda

De momento no ha sido localizado el objeto utilizado para cometer la agresión, aunque la Guardia Civil está realizando una exhaustiva búsqueda en la zona, rastreando tanto la finca como el entorno.

Dos de los detalles que más ha llamado la atención de los investigadores es el hecho de que los perros no llegaron a ladrar en momento alguno, ni las cámaras de vigilancia llegaron a grabar la imagen de alguna persona en los alrededores del domicilio familiar donde fue hallado el cadáver del ganadero.

No obstante, continúan los trabajos con la revisión de otras grabaciones de cámaras privadas por si alguna de ellas pudiera haber captado alguna imagen que pueda ser de utilidad para la investigación.

Drones sobrevolando la zona

Por el momento, todas las hipótesis están abiertas y no se ha descartado ninguna pista, según han confirmado a elDiario.es Asturias fuentes de la Guardia Civil.

También se han utilizado drones y se ha revisado toda la zona para tratar de encontrar algún indicio de la presencia de los dos encapuchados que, según la versión de la esposa y la cuñada de la víctima, asaltaron la vivienda y atacaron a Toño Otero.

Seis horas de declaración

Las dos mujeres prestaron declaración ante los agentes durante seis horas; un testimonio muy importante en la investigación.

Según su relato, al menos uno de los agresores huyó saltando un muro hacia una finca colindante. Un recorrido que posteriormente realizaron los propios investigadores en busca de algún rastro.

Toño Otero y su mujer María del Mar Berjón eran muy conocidos en la zona no solo por regentar la Ganadería Maella, con la que ganaron numerosos premios en pruebas y certamenes, sino también por organizar visitas para turistas para enseñarles el modo de vida en una explotación con animales.