“De la medrana a la esperanza”: Muyeres por Grau crean el himno del 25N en Asturias

En Grau, la emoción empezó mucho antes del 25N. En un pequeño local donde se ensayan panderetas, bailles y canciones, las integrantes de Muyeres por Grau, una de las asociaciones más emblemáticas del concejo, dieron forma a algo más que una canción, con la ayuda y la supervisión de Nel Villanueva, músico, compositor, director y referente de la canción asturiana, que dirigió al grupo de muyeres en esta emotiva composición.

Dicen las Muyeres por Grau que su canción es “un manifiesto”, pero también es un abrazo, un grito y una herida que se comparte para dejar de doler. Este martes, su composición, con letra propia y compuesta por todas ellas, sonó en el acto institucional del Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres, que este año tuvo como escenario el Centro Cultural moscón.

“La música es una abrazo que reconforta”

“La música es un abrazo que reconforta a las mujeres que lo necesitan y una forma de dar voz a tantos años de silencio. Alzamos la voz contra el miedo y el terror de todas las mujeres que sufren o han sufrido maltrato”, explican desde la asociación. La canción, que es una versión de la Danza la Xarra, está creada “desde el respeto absoluto” y “en representación de todas las muyeres”, convencidas de que otra forma de reivindicar es posible: la que nace de lo cotidiano y del lenguaje propio del territorio.

La canción arranca en susurro y se eleva en sororidad. En su estribillo, la esperanza se abre paso entre el miedo:

“You te vi ya tú me mirabas,

nos tos güeyos sentí la medrana.

Ven comigo, compañera,

voi date sofitu y ciñu.

Dexa pa allá a esi home,

que lu manden pal garitu.

Yo te vi ya tú me mirabas,

nos tos güeyos sentí la esperanza“.

Un profesor referente de la música en asturianu

Nel Villanueva, profesor y músico del taller de pandereta y baile de la asociación, dirigió la composición de la pieza, compuesta en asturiano como una “decisión consciente”: la lengua que hablan muchas de las mujeres de Grau y que también lleva décadas sobreviviendo a silencios.

El título, “El silenciu nel maltratu”, deja claro el propósito: señalar lo que duele, pero también lo que sostiene. Porque la canción no esquiva la crudeza. Habla de los golpes, de la culpa, de las mentiras que envuelven al miedo, de la solidaridad que siempre llega a tiempo cuando se ofrece sin juicio:

“El silenciu nel maltratu

siempre tien les dos cares.

Mata'l cuerpu y mata l’alma

y ayuda al que maltrata.

El maquillaxe me tapa

dalgún que otru moratón,

como tapó esa ferida

que llevo nel corazón“.

Las Muyeres lo describen como un himno contra la normalización del daño. Contra las excusas que se repiten en voz baja, contra las miradas que dudan pero intuyen. La letra interpela: a la víctima, a la que escucha y a la que calla. Y lo hace desde la ternura despierta:

“Rapacina, rapacina,

¿qué te pasó nesa cara?

Tu dixe que caiste;

yo pensé: él la maltrata.“

Sofitu y ciñu

En el Centro Cultural de Grau, la canción sonó con la intención de arropar a todas esas mujeres que quizá hayan escuchado en sus estrofas parte de su vida. La pieza no se queda en la denuncia y dedica sus últimos versos a la esperanza, a la complicidad y al recordatorio de que el maltrato no siempre deja marcas visibles y que la violencia empieza mucho antes de los golpes:

“Compañera,

anque nun tengas nenguna marca na piel,

si ves que nun te respeta,

corre y escapa d’él.“

La cultura popular, la música y las redes comunitarias son herramientas reales contra el machismo. Y quizá ese sea el mensaje que más perdure después del acto: que ninguna mujer esté sola, que todas encuentren “sofitu y ciñu”, como dice la canción de Muyeres por Grau.