Lem-Lem apenas levanta un palmo del suelo pero desde muy pequeño ayuda a su familia a plantar teff. Este cereal autóctono de Etiopía sirve para elaborar la injera, un pan agrio -base de la alimentación nacional- considerado un súper-alimento, tan de moda hoy en Occidente. Sorprendentemente, la media hectárea de la familia de Lem-Lem es un vergel en mitad de la carretera que une Wukro con la zona rural, en el norte de Etiopía: kilómetros y kilómetros de tierras pedregosas a ambos lados, en su mayor parte sin cultivar, y el río Gender con un caudal imperceptible. Solo los minifundios que se encuentran en los márgenes del río y pueden abastecerse de lo que queda de él han podido sacar adelante algún cultivo este año. Es el caso de la familia de Lem-Lem, cuyo nombre en tigriña (la lengua local) significa “campo verde”.
La mayor parte de los agricultores y pastores en Etiopía no han corrido esa suerte. La grave sequía que arrastra el país desde hace un año ha supuesto la pérdida de hasta el 90% de las cosechas. Cientos de miles de cabezas de ganado han muerto y muchas otras se han malvendido en los mercados, descapitalizando a las familias y haciéndoles perder su principal medio de vida. Según la FAO, 7,5 millones necesitan con urgencia ayuda agrícola para producir cultivos básicos como maíz o trigo y también piensos para el ganado. “Gracias por ayudarme a alimentar a mis animales con estas cañas”, nos dice Tesfai mientras se lleva las manos al pecho en señal de agradecimiento por apoyarle a través de un proyecto de recuperación de la vegetación en los márgenes fluviales. Este campesino de Kittle Awaelo, que lleva por nombre “mi esperanza”, alza entonces sus brazos al cielo como en una plegaria en un país donde solo la lluvia parece fruto del azar.
De hecho, las erráticas lluvias de esta primavera que han caído en alguna zona del país lo han hecho de forma torrencial ocasionando inundaciones y deslizamientos de tierras, con el resultado de un centenar de muertos, casi medio millón de afectados y unos 120.000 desplazados. Todas ellas son consecuencias de El Niño, el peor de los últimos 35 años, que a nivel global ha afectado a 60 millones de personas en todo el mundo. Y a pesar de que muchas agencias internacionales como la Organización Meteorológica Mundial vienen anunciado el debilitamiento del fenómeno, sus consecuencias seguirán presentes en el medio plazo, lo que supone una amenaza a las vidas de millones de personas. Además, se han incrementado un 50% las probabilidades de llegada de La Niña, que consiste en una fase de enfriamiento de la temperatura de la superficie oceánica del Pacífico tropical. Se trata del fenómeno opuesto al Niño y se traduce en intensas lluvias que pueden desembocar en tormentas tropicales o incluso potentes huracanes.
Semillas para Etiopía
En el corto plazo, el problema de las semillas es el que más preocupa en estos momentos en Etiopía: en plena temporada de siembra belg hay 1,7 millones de familias sin semillas. belgLa cifra se ha cuadriplicado en el último medio año y se prevé que en septiembre alcance un nuevo máximo. La situación de inseguridad alimentaria afecta a día de hoy a más de 10 millones de etíopes, casi el equivalente a la suma de habitantes de Andalucía y Castilla-La Mancha.
Gracias a cientos de españoles que están apoyando a Etiopía, esta emergencia es un poco menos invisible. En respuesta a la situación crítica en la que se encuentran los agricultores que no disponen de ellas, Ayuda en Acción va a abastecer de semillas de trigo y sorgo a 2.000 pequeños agricultores en el distrito de Janamora. Sin embargo, aún hay 12.000 familias en distritos como Ofla y Seru, poblaciones en las que trabajamos, que se encuentran en estado crítico y necesitan urgentemente semillas.
El de los agricultores es uno de los colectivos más vulnerables. En sus manos se sostiene el presente y futuro de todo un país. No en vano el 85% de los etíopes viven de la tierra. Sin embargo, en la mayoría de hogares, las reservas de semillas se han agotado tras sucesivas siembras fallidas o las han consumido ya como alimento. Los precios de cereales básicos han incrementado sus precios, mientras los ingresos en los hogares han disminuido o se han estancado, perdiendo capacidad de compra en el camino.
El problema de las semillas lo conocen bien en Janamora los miembros de SACCO (cooperativa pastoral de crédito y ahorro, un tipo de asociación casi exclusivamente femenina muy extendida en Etiopía). A pesar de que los 171 miembros son mujeres, toma la palabra en primer lugar Mekaunint Adisu, marido de una de las cooperativistas y único hombre presente en el encuentro con representantes locales. “Debido a la sequía, nueve de nuestros miembros han dejado de pagar su cuota y no han sido capaces de devolver el préstamo adquirido”, explica. Muchas de ellas habían conseguido ahorrar los 400 Birr (unos 13,5€) para acceder a ese crédito pero debido a la caída del precio del ganado y el aumento exorbitado de las semillas y los alimentos en los mercados no han podido hacer frente a su devolución. Como explican Kanaye o Marelign, ellas son capaces de cubrir todos los gastos de su hogar gracias a los ingresos que le genera su participación en la cooperativa, como enviar a sus cuatro hijos al colegio o comprar varias ovejas. Pero la sequía ha comprometido su presente y dibujado un futuro incierto para todas estas familias que, sin embargo, no dejan de dar gracias a todas las ayudas que llegan desde España.
Para apoyar esta emergencia silenciosa y llevar semillas y agua a Etiopía, puedes hacerlo en la web de Ayuda en Acción o en el teléfono gratuito 900 85 85 88.Ayuda en Acción
Sobre este blog
Ayuda en Acción es una Organización No Gubernamental de Desarrollo independiente, aconfesional y apartidista que trabaja en América, África y Asia con programas de desarrollo integral a largo plazo en diferentes ámbitos para mejorar las condiciones de vida de los niños y niñas, así como el de las familias y comunidades a través de proyectos autosostenibles y actividades de sensibilización.
