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El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.

Editamos Ruth Toledano, Concha López y Lucía Arana (RRSS).

Malestar en la granja: de mutilaciones y otros perjuicios

Raboteo. Al fondo, una cerda en una jaula paridera. Polonia, 2014

Adrià Voltes

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Las bases de datos rebosan de estudios sobre el impacto en la salud, el comportamiento y los estados afectivos que tienen los distintos procedimientos y situaciones a las que los animales considerados de producción son expuestos en las granjas. Sin embargo, según el Eurobarómetro sobre las actitudes de los europeos hacia el bienestar de los animales (Comisión Europea, 2016), un 64% de la ciudadanía europea, y concretamente un 71% de la española, declara que le gustaría disponer de más información sobre las condiciones de los animales en las granjas.

La industria ganadera recurre a procedimientos que, junto con determinadas prácticas de manejo y condiciones de estabulado, comprometen el bienestar de los individuos. A continuación se expondrán algunos datos y estudios en relación a tres intervenciones físicas realizadas sobre los cuerpos de los animales: el desmochado, el corte de picos y el raboteo. Como muestra de que tener en consideración el bienestar ajeno poco tiene que ver con lo que sucede en granjas y mataderos, el objetivo de estas intervenciones es el de intentar solventar problemas inherentes a la industria ganadera, como dificultades en el manejo o comportamientos aberrantes.

El desmochado es una práctica que se realiza en terneros con el objetivo de destruir el tejido que dará lugar a los cuernos, ya que estos complican el manejo y comprometen la seguridad de los individuos. Según datos publicados en la revista Livestock Science, el 81% de las granjas lecheras de la Unión Europea recurre a esta práctica (Cozzi et al., 2015). Los datos reflejan que el desmochado es un procedimiento doloroso y estresante. El método más utilizado es la cauterización, la cual genera una respuesta fisiológica al estrés incrementando las frecuencias cardíaca y respiratoria (Costa et al., 2019). Después del procedimiento, los terneros dedican menos tiempo al juego, realizan cambios posturales repetidos, movimientos de cabeza y frotamientos (Costa et al., 2019). Los anestésicos y analgésicos pueden reducir las respuestas negativas al procedimiento, pero menos del 30% de las granjas lecheras europeas administra alguno de estos fármacos (Cozzi et al., 2015).

Un análisis del impacto emocional del desmochado caracterizó que, tras el procedimiento, los terneros tienden a juzgar negativamente los estímulos, es decir, presentan un sesgo pesimista originado por la experiencia negativa de la cauterización (Neave et al., 2013). Otro estudio publicado en la revista Scientific Reports demostró que desarrollan aversión por el lugar en el que habían sido desmochados (Ede et al., 2019). A los individuos se les dejaba escoger entre dos espacios: en uno de ellos habían sido sometidos al procedimiento y en el segundo, la condición control, solamente habían sido sometidos al proceso de sedación. Los terneros evitaban la habitación en la que habían sido desmochados.

Las condiciones a las que los animales deben hacer frente en las granjas pueden desencadenar comportamientos aberrantes. En el contexto de la cría de aves, el comportamiento aberrante por excelencia es el picaje entre individuos, el cual puede dar lugar a canibalismo. Los resultados de este comportamiento son la pérdida de plumas, lesiones en la piel, un incremento en la susceptibilidad a infecciones y una mayor tasa de mortalidad (Nicol, 2018).

La industria recurre al corte de picos para reducir el grado de lesión y la tasa de canibalismo que resulta del picaje. El corte de picos generalmente se realiza antes de los 10 días de edad, usando infrarrojos o una cuchilla caliente. Un artículo publicado en la revista Poultry Science sobre factores que afectan el bienestar de las gallinas “ponedoras” concluye que “[los] estudios indican que el corte de picos probablemente causa dolor agudo en el periodo inmediato que sigue al procedimiento”, pues entre otras observaciones, los pollitos reducen sus niveles de ingesta de alimento y de actividad (Janczak y Riber, 2015). Además, la amputación parcial también tiene un efecto sobre la funcionalidad del pico. Este impacto se produce a nivel sensorial, ya que el pico contiene mecanorreceptores y magnetorreceptores (Freire, Eastwood y Joyce, 2011), pero también a nivel mecánico, pues se ha demostrado que las aves con el pico cortado tienen mayor dificultad para deshacerse de los ectoparásitos (Vezzoli, Mullens y Mench, 2015).

La caudofagia es una conducta aberrante que se manifiesta a modo de mordeduras de colas de unos cerdos a otros y puede causar desde marcas de mordedura hasta casos en los que la cola es arrancada. La práctica del raboteo, que consiste en amputar parte de las colas, tiene por objetivo reducir el riesgo de caudofagia, pero, ¿qué lleva a los cerdos a morderse las colas entre ellos?. Entre los factores de riesgo encontramos la obstaculización del comportamiento exploratorio y del forrajeo, la termorregulación y el comportamiento social. Datos relativos a la fisiología y al comportamiento indican que el raboteo causa dolor y estrés agudo. De hecho, el corte de colas puede afectar el comportamiento de los cerdos hasta por lo menos 5 horas después del procedimiento, manifestándose a través de chillidos y movimientos enérgicos y repentinos (Herskin, Di Giminiani y Thodberg, 2016). Cabe añadir que este procedimiento puede hacerse sin analgesia y sin anestesia si se realiza antes del séptimo día de vida.

Según las normas mínimas para la protección de cerdos: “El raboteo y la reducción de las puntas de los dientes no deberán ejecutarse por rutina sino únicamente cuando existan pruebas de que se han producido lesiones de las tetillas de las cerdas o las orejas o rabos de otros cerdos. Antes de su ejecución, se adoptarán medidas para prevenir la caudofagia y otros vicios teniendo en cuenta las condiciones ambientales y la carga ganadera” (RDL 1135/2002, de 31 de octubre). Pero la propia Comisión Europea reconoce en un documento con recomendaciones para evitar el raboteo que “incluso en aquellas granjas donde se presta especial atención a todos los factores de riesgo fundamentales, puede ocurrir que los cerdos se muerdan las colas” (Comisión Europea, 2017).

El informe final de una auditoría realizada en España en septiembre de 2017 con “el objetivo de (…) evaluar la idoneidad y eficacia de las medidas aplicadas para prevenir la caudofagia y evitar el raboteo rutinario de los cerdos” determinó que “el raboteo rutinario afecta al 98,5% de los cerdos” (Comisión Europea, 2018). Además, el Informe Especial del Tribunal de Cuentas europeo sobre Bienestar Animal en la UE (2018) afirma que existen “insuficiencias en algunos aspectos relacionados con cuestiones de bienestar en la explotación (en particular, el raboteo de los cerdos)”.

Los perjuicios a los que los animales son sometidos en las granjas no se limitan a las mutilaciones e intervenciones físicas sobre los individuos, también debemos considerar el malestar tanto físico como emocional que deriva de las prácticas de manejo y estabulado: desde las lesiones por tratamientos térmicos para eliminar los piojos en los salmones hacinados en piscifactorías hasta el confinamiento de las cerdas en jaulas parideras, son múltiples los procedimientos y situaciones a las que estos individuos deben enfrentarse antes de que partes y secreciones de sus cuerpos entren en contacto con el paladar humano.

La Unión Europea financia la promoción del consumo de carne (Wakker Dier, 2020) y el binomio industria-academia se sustenta sobre el relato de un bienestar que poco tiene que ver con la consideración de los intereses fundamentales de los individuos explotados (por ejemplo, Igualdad Animal, 2020). Por tanto, ante la demanda ciudadana de más información sobre lo que sucede en las granjas, ¿quién y en qué términos está cubriendo esta necesidad?. Por último, con los datos sobre la mesa, ¿puede una sociedad que se quiera justa y empática verse reflejada en ellos?

Referencias:

Comisión Europea (2016). Actitudes de los europeos hacia el bienestar de los animales. Eurobarómetro Especial 442. Recuperado [19/02/2020] de: https://ec.europa.eu/commfrontoffice/publicopinionmobile/index.cfm/Survey/getSurveyDetail/surveyKy/2096 

Cozzi, G. et al. (2015). Dehorning of cattle in the EU Member States: A quantitative survey of the current practices, Livestock Science, 179, pp. 4–11.

Costa, J. H. C. et al. (2019). Key animal welfare issues in commercially raised dairy calves: social environment, nutrition, and painful procedures, Canadian Journal of Animal Science, 99(4), pp. 649–660.

Neave, H. W. et al. (2013). Pain and pessimism: Dairy calves exhibit negative judgement bias following hot-iron disbudding, PLoS ONE, 8(12), e80556.

Ede, T. et al. (2019). Calf aversion to hot-iron disbudding, Scientific Reports, 9(1), pp. 1–6.

Nicol, C. (2018). Feather pecking and cannibalism: Can we really stop beak trimming?, en Mench, J. A. (ed.) Advances in Poultry Welfare. Woodhead Publishing, pp. 175–197.

Janczak, A. M. y Riber, A. B. (2015). Review of rearing-related factors affecting the welfare of laying hens, Poultry Science, 94(7), pp. 1454–1469.

Freire, R., Eastwood, M. A. y Joyce, M. (2011). Minor beak trimming in chickens leads to loss of mechanoreception and magnetoreception, Journal of Animal Science, 89(4), pp. 1201–1206.

Vezzoli, G., Mullens, B. A. y Mench, J. A. (2015). Relationships between beak condition, preening behavior and ectoparasite infestation levels in laying hens, Poultry Science, 94(9), pp. 1997–2007.

Herskin, M. S., Di Giminiani, P. y Thodberg, K. (2016). Effects of administration of a local anaesthetic and/or an NSAID and of docking length on the behaviour of piglets during 5 h after tail docking, Research in Veterinary Science, 108, pp. 60–67.

Real Decreto 1135/2002, de 31 de octubre, relativo a las normas mínimas para la protección de cerdos. Boletín Oficial del Estado, 20 de noviembre de 2002, núm. 278.

Comisión Europea (2017). Cómo evitar el raboteo. ¿Por qué mis cerdos se muerden las colas?. Recuperado [19/02/2020] de: https://ec.europa.eu/food/animals/welfare/practice/farm/pigs/tail-docking_en 

Comisión Europea (2018). Informe final de una auditoría realizada en España del 18 al 22 de septiembre de 2017 con objeto de evaluar las actividades de los estados miembros para prevenir la caudofagia y evitar el raboteo rutinario de los cerdos. Recuperado [19/02/2020] de: https://ec.europa.eu/food/audits-analysis/audit_reports/details.cfm?rep_id=3961&rep_inspection_ref=xxx 

Tribunal de Cuentas Europeo (2018). Informe Especial nº 31/2018: Bienestar animal en la UE: reducir la diferencia entre unos objetivos ambiciosos y su aplicación práctica. Recuperado [20/02/2020] de: https://www.eca.europa.eu/es/Pages/DocItem.aspx?did=47557 

Wakker Dier (2020). EU-subsidies voor ‘eet meer vlees-campagnes’. Recuperado [19/02/2020] de: https://www.wakkerdier.nl/persberichten/eu-subsidies-voor-vleesreclame-haaks-op-nederlands-beleid/

Igualdad Animal (2020). Informe veterinario 'Interporc Animal Welfare Spain'. Reglamento Técnico de Bienestar Animal y Bioseguridad. Recuperado [20/02/2020] de: https://igualdadanimal.org/noticia/2020/02/06/el-sello-de-bienestar-creado-por-la-industria-porcina-es-una-operacion-de-marketing-carente-de-mejoras-para-los-animales/ 

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