Vicente Grande Duque se impone en el Sahara maratón
El 23 de febrero, la carrera solidaria del Sahara Marathon llegó a su décimosexta edición en una soleada jornada, sin elevadas temperaturas, en la que los participantes se enfrentaron a ese temido desierto que impresiona por su inmensidad y dificulta el correr al paso por pedregales y bancos de arena. De modo simbólico el trazado del maratón enlaza tres de los cuatro grandes campamentos de refugiados saharauis: El Aaiún, Auserd y Smara.
En esas circunstancias la carrera tuvo de protagonistas a dos de los representantes de la delegación española, ya que tras los primeros escarceos con corredores saharauis y argelinos, fueron el vasco Jon Salvador y el madrileño Vicente Grande Duque quienes se quedaron al frente de la prueba. El mano a mano estaba servido hasta que el de Erandio, que ya sabe lo que es ganar un Sahara Marathon, empezó a sentir calambres en sus piernas y dejó que el de Hoyo de Manzanares siguiera su camino en solitario hacia esa gloria compartida con el pueblo saharaui.
La victoria es la del pueblo saharaui
“Ha sido una carrera durísima, pero cuando ves a la gente de este pueblo con la ilusión y la esperanza que tienen coges fuerzas. Lo he pasado mal en las rampas y la arena, porque no estoy acostumbrado, pero al final ha ido todo bien. Ahora a disfrutar de mi estancia con esta gente tan maravillosa”, comentaba Grande Duque (Bultaco Runners) tras cruzar victorioso la meta en el campamento de Smara. La segunda posición terminó recalando en otro español, Juan Pedro García Ochoa que a la postre superó al argelino Taibi Djamel, tercero en meta.
Cabe mencionar el compromiso solidario y deportivo del curtido corredor cántabro Ramón Álvarez, que entraba quinto en meta y celebraba con este buen resultado el décimo primer aniversario de su victoria en el Sahara Marathon de 2006.
En la carrera femenina, el maratón fue para Italia, de la mano de Erika Buoso. Pero las españolas tuvieron también un papel relevante en el resto de distancias que se celebran en la misma jornada, ya que Montse Díaz se hizo con la victoria en la Media Maratón femenina por delante de la Silvia Grivé, a quien se impuso en un apretado sprint. Por su parte, María Luisa Guillén ganó la carrera de 10 kilómetros. En esta misma distancia, pero en categoría masculina, el triunfo fue para todo un héroe del deporte saharaui, el joven Amaidan Salah que se hizo célebre por enarbolar la bandera saharaui cuando competía en una carrera internacional representando a Marruecos, país ocupante del Sahara Occidental.
Deporte y solidaridad con los refugiados
Al margen de los resultados deportivos, el éxito del Sahara Marathon radica en la difusión internacional de la causa saharaui, para evitar que caiga en el olvido y forzar a la comunidad internacional al cumplimiento de las resoluciones de la ONU y sea convocado el referéndum pactado por las partes.
Al igual que en años precedentes, la organización también ha puesto en marcha diversos proyectos solidarios. En esta edición se han centrado en la reconstrucción de las viviendas e instalaciones dañadas por las inundaciones del pasado octubre. Por otro lado, los corredores llegan a los campamentos cargados de ayuda humanitaria, de medicamentos, material escolar y donaciones para poner en marcha numerosos proyectos de apoyo a los refugiados a través del deporte y la educación. Y lo que es más importante, conviven durante una semana con las familias saharauis, integrándose en su sociedad y generando un ambiente festivo esperado durante todo el año: es la semana del Sahara Marathon.
Paradójicamente, cuantos corredores participan a lo largo de los años en el Sahara Marathon desean firmemente que esta carrera no se vuelva a celebrar jamás… porque el objetivo final es que el pueblo saharaui pueda “correr” libremente en el Sahara Occidental, en la tierra saharaui de la que los refugiados tuvieron que huir para salvar su vida y en la que esperan familias partidas por un muro militarizado.