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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Galones tenemos; uniformes no

Galones correspondientes a un jefe superior del Cuerpo Nacional de Policía.

Ya llegaron a los territorios de ultramar los elementos de uniformidad más esperados por el jefe superior de Policía, Valentín Solano: sus nuevos galones. Los pueden ustedes conocer gracias a la fotografía de la parte superior. Según explican los expertos, se trata de distintivos que acercan al Cuerpo Nacional de Policía a la consideración de cuerpo militarizado, lo que se está complementando últimamente con adiciones al reglamento de la naturaleza de pronunciar el marcial “a sus órdenes” cuando los agentes se tropiezan por el pasillo con un superior. “Sin novedad en el servicio, señor jefe superior”, o “señor comisario principal”, que hasta ese grado de precisión no hemos podido llegar. No está confirmado que en todas las jefaturas superiores del suelo patrio hayan sido acogidos con tanto alborozo estos nuevos galones, pero sí tenemos confirmado que en la Supercomisaría han caído como si de una distinción se tratara. No en vano, el jefe superior tiene marcados antecedentes militares por su formación en la academia de Zaragoza, de donde salió a servir al Ejército, y de éste, a la Policía. Su fervor marcial le puede, incluso en las ocasiones más solemnes, como cuando se recluyó en un reservado del Club Natación Metropole, durante la última celebración del patrono del cuerpo, a degustar los más selectos manjares y una selección de la bodega en compañía de los mandos militares de la plaza, dejando que la escala básica y el resto de mandos policiales celebrara a sus Ángeles Custodios en segunda clase.

Sin uniforme ni emisoras

Mientras haya galones, las soluciones llegarán por añadidura. Eso debe pensar el jefe superior, al que se le ha presentado de improviso un enorme marrón por falta de previsión suya o de sus superiores en la Delegación del Gobierno. Con unas elecciones europeas programadas para el día 25 desde hace cinco años, las instrucciones de reducir los costes que genera la Policía Local de cada municipio con presencia del Cuerpo Nacional de Policía, obligará a un despliegue tan poco habitual como imposible. Policías tenemos, oiga, no se asuste, lo que no tenemos son uniformes ni emisoras para todos, así que ya anda la superioridad pidiendo de favor a los que tengan más de un pantalón que se lo preste a los compañeros que no tienen, ole, como en la más pintoresca república bananera. ¿Qué te aprieta? No te abrochas el botón y te pones un imperdible. ¿Qué te queda flojo? Nada, un buen cinturón o una tira de plataneras y, a servir. ¿Y las emisoras? Nada, oye, que cada uno lleve su teléfono móvil, que ahora que compartiremos la enseña del Todo por la Patria, ya pueden poner el aparato al servicio de tan alta causa aunque sea un solo día. Los sindicatos deben están encantados con el grado de improvisación. Por suerte para esta Policía, en la oposición no tienen a un partido de esos que se dedican a afear públicamente estas vergonzosas carencias, ni actuaciones tan poco edificantes como la de la redada del timesharing, que reflejan un comportamiento policial bastante facineroso capaz de dejar en pañales las acusaciones que Soria y los suyos vertieron en su día contra Narciso Ortega. Por cierto, hablando del caso timesharing, ya se han ratificado ante el juez los trabajadores del call center de Arguineguín detenidos de aquella manera por la banda de la Udyco. Las acusaciones han añadido a la detención ilegal los delitos de coacciones y allanamiento. Pero el jefe ya tiene sus galones, todos firmes. Aunque sea el ejército de Pancho Villa con calzones prestados.

A comernos el petróleo por pobres

Hubo una vez un alcalde del PP, un leonés por más señas, del pueblo de Toreno, de nombre Pedro Muñoz, que verbalizó el desprecio que en algunos dirigentes políticos peninsulares sienten por Canarias y por los canarios. Entre otras muchas lindezas, el tal Muñoz, del PP, dijo que estaría bien que nos llevara “el moro” porque les costamos muchos en subvenciones. Es verdad que sus desafortunadas y xenófobas declaraciones procedían de una contestación que daba al ministro Soria, al que calificó en el mismo paquete de “tonto del culo”. No es el alcalde Toreno el único político que ha demostrado su desconocimiento de la insularidad, la ultraperiferia, la estanqueidad objetiva y el aplatanamiento (que no es defecto, sino virtud), y que ignora lo que a cambio de esas migajas recibe España del Archipiélago, mayormente una posición geoestratégica que nos tiene más veces de las deseadas en el ojo del huracán. Este mismo viernes, sin ir más lejos, otro político del PP, en este caso archipielágico pero muy mesetario a los efectos que nos ocupan, volvió a profundizar en esta falta de ignorancia al afirmar que, como tenemos mucho paro y somos pobres, tenemos que comernos el petróleo con papas. Es, si se fijan bien en sus declaraciones, hechas a la radio autonómica, la misma filosofía que las grandes potencias colonizadoras aplican a los países poseedores de materias primas que interesan a las multinacionales: tienes el petróleo, eres pobre, te quedas con las migajas y yo me lo llevo crudo. Y si hay una desgracia humana o ambiental, ya veremos quién es más rápido en la estampida.

Esto dijo Miquel Ramis

En una entrevista de unos pocos minutos a nuestro compañero José Luis Díaz, de Canarias Radio, el vicepresidente del PP de Baleares y diputado nacional, Miquel Ramis, desplegó muy educadamente sus explicaciones acerca de las prospecciones petrolíferas y su visión de por qué nosotros las tenemos que soportar y ellos no. Ramis, dicho sea a modo de resumen, cree que las prospecciones deben hacer en Baleares y no en Canarias porque allá hubo en su día un pronunciamiento unánime del Parlamento autonómico en contra, cuando aquí la unanimidad la quebró precisamente su partido. La motivación tiene su enjundia porque el señor diputado resta valor a las mayorías democráticas si no son mayorías unánimes, lo que nos hace sospechar que diría lo contrario en el caso de que la decisión fuera propia y un grupo opositor se desmarcara. Primer patinazo. Su segundo argumento es todavía peor: “la situación geopolítica”. A juicio de Ramos, “en Canarias estamos prácticamente en el borde de aguas internacionales con Marruecos, donde se van a producir estas prospecciones, y esa cuestión añadida no se da en Baleares”. O sea, que el petróleo, en lugar de ser un factor desestabilizador de consecuencias geopolíticas sensibles, es para el vicepresidente del PP balear, una fortaleza. Ah. Por eso, el Ministerio de Defensa está reforzando sus posiciones en el Archipiélago. Bien, Miquel, bien. Tercer argumento, el macanudo: “Es que la situación económica de Canarias y de Baleares es distinta, en Baleares tenemos un paro del 22% y ustedes están bordeando el 36%, en Baleares el PIB es el que es, y en Canarias es el que es”. La pregunta era obligada, y José Luis Díaz se la formuló: ¿Dónde está escrito que el petróleo rebajará el desempleo a pesar del riesgo ambiental? La respuesta, de manual: “Evidentemente, los riesgos estarían en función de la cantidad de la calidad del crudo, habría muchas circunstancias, yo sí creo que si se hallase una cantidad importante, debería repertucir en la economía canaria, por supuesto que sí”. Todo condicionado en Canarias. Todo claro en Baleares.

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