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Ruta migratoria canaria

Traducir las entrevistas de asilo por teléfono lleva a la indefensión: la historia de gambiano al que España negó la protección

Imagen de archivo de un grupo de personas haciendo cola frente a la Jefatura Superior de Policía para solicitar asilo

Natalia G. Vargas

2 de octubre de 2023 17:51 h

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Simon (nombre ficticio) llegó a Canarias en un cayuco con 150 personas el 28 de octubre de 2019. Salió de Gambia y su travesía duró nueve días. Al quinto se acabaron el agua y la comida. El joven de 22 años escapaba de la “violencia, las drogas y la inseguridad” de su país. El poco dinero que tenía su familia ni siquiera le permitía comer todos los días. Con ocho años ya pasaba los días en la calle, tocando de puerta en puerta esperando a que alguien le diera algo de comer.

El 29 de septiembre de 2020 pidió asilo en Santa Cruz de Tenerife, pero el Ministerio del Interior denegó su solicitud porque las razones alegadas “no coincidían” con los motivos para pedir protección internacional que recoge la ley. El joven gambiano, representado por el abogado David Melián, recurrió la resolución. Ahora, la Justicia le ha dado la razón y concluye que su entrevista de asilo no se hizo con todas las garantías legales.

La resolución emitida por Interior insiste en que el solicitante no ha sufrido una persecución personal por motivo de raza, religión, nacionalidad, opiniones políticas, pertenencia a determinado grupo social, de género u orientación sexual. Sin embargo, una sentencia de la Audiencia Nacional ha estimado el recurso presentado por Simon y establece que la forma en la que se hizo la entrevista empujó a la “indefensión” al solicitante, al haberse realizado la traducción de la entrevista por teléfono y sin asistencia letrada. 

La sentencia señala que “la falta de firma de la transcripción de la entrevista por parte del intérprete conlleva la omisión de la garantía de fidelidad en la transcripción” e impide afirmar que se hayan cubierto las garantías que marca la ley. 

Simon rechazó recibir asistencia letrada. Sin embargo, la Audiencia Nacional duda que el solicitante de asilo conociera las consecuencias de no tener un abogado durante la entrevista. Así, la sentencia, a la que ha tenido acceso Canarias Ahora, apunta que la ausencia de letrado “impidió al demandante reaccionar” frente a los riesgos de que la traducción telefónica reflejara fielmente su propia declaración. 

El magistrado Ignacio de la Cueva Aleu recuerda que la Ley 12/2009 sobre el derecho a al asilo y a la protección subsidiaria reconoce el derecho de los solicitantes a gozar de asistencia letrada gratuita. “La combinación de estas dos circunstancias no permite asegurar que, más allá de su observancia formal, se respetasen las garantías del solicitante de asilo, sin que sea necesario insistir en la posición de desvalimiento en la que se encontraba y en atención a la cual se otorgan los derechos a asistencia letrada e intérprete”, reza el documento. 

La Audiencia Nacional ha estimado el recurso presentado por el ciudadano de Gambia y ha ordenado al Ministerio del Interior, que denegó la petición de asilo, que se realice una nueva entrevista de formalización “con las debidas garantías” y con respeto a los derechos vulnerados. También ha condenado al Ministerio al pago de las costas con el límite de 1.000 euros.

El abogado especializado en Extranjería David Melián ha sido el encargado de defender a Simon en este caso. En declaraciones recogidas por Efe, el letrado asegura que es cada vez más habitual que se recurra a traducciones telefónicas que banalizan la importancia que estas entrevistas tienen para las personas migrantes. En una ocasión, cuenta Melián, el intérprete pidió interrumpir la conversación “porque tenía que poner la lavadora”.

Temor a regresar a Gambia

En su declaración, recogida en la sentencia, Simon expresa en reiteradas ocasiones su temor a regresar a Gambia. Según el joven, en su país ''no hay nada para él''. Se marchó de su casa a los doce años y sabe que vivir en la calle es muy peligroso e inseguro. Además, cree que trabajar en España es la única forma de enviar dinero a sus cuatro hermanos menores para que puedan “comer y no enfermar''.

El ciudadano gambiano permanece ahora en Tenerife y pide una oportunidad para seguir formándose y sentirse seguro y libre. ''Volver a África'', señala, ''sería el fin de las esperanzas de una vida mejor para él y su familia''.

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