Vivimos en sociedades cada vez más longevas, en las que la mayoría de la población tiene la oportunidad de llegar a edades avanzadas, pero a nadie le gusta que le digan que es “mayor”, porque mayores son los demás, esos que entran en la categoría social de material defectuoso e inservible. Cuántas veces hemos escuchado que las personas mayores están enfermas, son dependientes, costosas para el sistema, una carga para las familias, viven en soledad o son torpes para la vida moderna… Con este panorama, no es de extrañar que nadie quiera ser considerada una persona mayor. Y qué decir de las mujeres mayores… A todo lo anterior, se suma que ya han perdido la lozanía y atractivo de la juventud, que son seres asexuados, ni deseables ni deseantes y actrices secundarias de papeles que la sociedad no valora.
Todos estos estereotipos edadistas que discriminan a las personas mayores, por el mero hecho de serlo, no han salido de la nada, los hemos cocido a fuego lento a través de representaciones sociales e imágenes que perpetúan una idea de que ser mayor es lo peor que nos puede pasar, especialmente aparentar serlo. Y en este cocinado, los medios de comunicación han tenido un papel fundamental a la hora de reproducir estas visiones estereotipadas que generan prejuicios hacia las personas mayores. Todo un imaginario que impacta de manera negativa en cómo se perciben a sí mismas y cómo las trata el entorno más inmediato.
Cada vez disponemos de más estudios que lo confirman, también en Cantabria, gracias al primer estudio que hemos llevado a cabo por la Fundación Patronato Europeo de Mayores (PEM), que forma parte del Grupo Social UNATE, con financiación del ICASS, en el que hemos analizado en siete medios de comunicación de la comunidad informaciones publicadas y/o emitidas que hacían referencia a personas mayores. El análisis evidencia que el 55,2% de las informaciones publicadas tienen un tono negativo —casi catastrofista— y centran su atención en la soledad no deseada, el coste para el estado de bienestar del sistema de pensiones o el envejecimiento demográfico como un problema social. En el 70% de las imágenes se muestra a las personas mayores como frágiles, dependientes o solas, las voces de las personas mayores solo son la fuente periodística en un 26,36%. Y las mujeres mayores siguen siendo invisibles, ya que solo en un 34,5% de las piezas se habla de ellas, por lo que hay una sobrerrepresentación de los hombres en una sociedad donde las mujeres mayores son mayoría (56,6%).
Los medios, como agentes de socialización y construcción simbólica, tienen la capacidad de transformar la percepción pública de la vejez y contribuir a un imaginario social que muestre la heterogeneidad de las personas mayores a través de sus propias voces. Si el cambio no se da, se cronificará el edadismo como una enfermedad incurable, cuando tenemos a nuestro alcance la vacuna para combatirlo
Dado que sabemos que las personas mayores son consumidoras habituales de los medios de comunicación, gracias a este estudio podemos saber cómo se ven representadas, algo que hemos preguntado a 500 personas mayores de Cantabria a través de una encuesta y de grupos de reflexión. Y los datos son demoledores. El 68,6% de las personas encuestadas considera que los medios de comunicación refuerzan la idea de que las personas mayores son incapaces para tomar sus propias decisiones o que las infantilizan, el 81,2% cree las presentan como frágiles o dependientes, o el 61,6%, como personas solas y aisladas. Además, todo este imaginario tiene un impacto negativo en cómo se perciben a sí mismas ya que casi una cuarta parte reconoce una merma parcial en su confianza, de manera relevante las personas que superan la edad de 75 años, por lo que el edadismo mediático no solo moldea percepciones externas, sino que también erosiona la autopercepción y la autoestima de las personas mayores.
En los grupos de reflexión las opiniones de las personas que han participado inciden de nuevo en considerar que los medios transmiten una imagen negativa, estigmatizante y reduccionista de las personas mayores centrada en la fragilidad, la enfermedad, la dependencia, la inutilidad y la soledad, reforzando la idea de que todas las personas mayores son iguales e incidiendo en que son una carga para la sociedad, proyectando además imágenes diferenciadas de mujeres y hombres mayores basadas en patrones y roles de género tradicionales. Todo esto influye de manera directa en el trato que reciben de su entorno familiar, sanitario e institucional al considerarlas incapaces de decidir por sí mismas generando actitudes paternalistas y condescendientes, que muchas veces se traducen en decisiones tomadas sin contar con ellas.
Este 1 de octubre —Día Internacional de las Personas Mayores— desde el Grupo Social UNATE reivindicamos a los medios de comunicación y a cualquier profesional que tenga capacidad de incidencia mediática que generen una representación más justa y plural de las personas mayores. Los medios, como agentes de socialización y construcción simbólica, tienen la capacidad de transformar la percepción pública de la vejez y contribuir a un imaginario social que muestre la heterogeneidad de las personas mayores a través de sus propias voces. Si el cambio no se da, se cronificará el edadismo como una enfermedad incurable, cuando tenemos a nuestro alcance la vacuna para combatirlo.
Sobre este blog
Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
0