“Teatro, lo tuyo es puro teatro, falsedad bien ensayada, estudiado simulacro”, cantaba La Lupe, poniendo voz a la letra de Tite Curet Alonso. Y así es la vida, un enorme teatro en el cual cada una de nosotras asume el papel de protagonista de su propia representación, de directoras de la misma, de guionistas, e incluso de público en algunos momentos. Vamos escribiendo nuestras pequeñas historias, cambiando de papeles y reescribiendo las partes que nos duelen para poder seguir representando hasta que cae el telón de forma definitiva. Sin bises finales.
La política es aún más teatro. Aunque en muchas ocasiones entra de lleno en el terreno de la parodia. Las parodias surgieron en la antigua literatura griega, como poemas que imitaban de forma irrespetuosa los contenidos o las formas de otras obras. Y eso es lo que nos está tocando vivir en el tiempo de los pactos post electorales. Una suerte de relato satírico, dirigido al gran público de los votantes, que deja ver la tramoya detrás del escenario.
Después de las elecciones municipales en Santander se abrieron dos posibles escenarios y en ambos el partido de Albert Rivera era determinante. O bien se propiciaba un gobierno del cambio para nuestra ciudad, o bien se perpetuaba otros cuatro años más la senda marcada por un Partido Popular en decadencia. La candidata a la Alcaldía, Gema Igual, ha hecho una buena campaña intentando desligarse en todo momento del partido al que representa –algo más que normal–, centrando el foco en su imagen personal. Y le ha funcionado, aunque no lo suficiente. Desde la noche del 26M la sombra de un posible 'trifachito' a la andaluza ha planeado sobre La Casona.
Vox, con un solo concejal, enseguida se rindió a los encantos de la alcaldable, exigiendo, eso sí, la entrada en el gobierno municipal ocupando la cartera de Cultura. Que lo que ellos deseaban era apropiarse de la de Seguridad Ciudadana porque parece ser que eso de dar pistolas a los policías municipales en prácticas mola mucho para los de Santiago Abascal, aunque entendieron que era demasiado pedir y tampoco estaba mal fomentar la tauromaquia y las sevillanas desde el Consistorio santanderino, seguir paralizando la Ley de Memoria Histórica o continuar con el proceso de turistificación de la ciudad. Vamos, lo que lleva haciendo el PP durante estos años, pero con un poquito más de ganas.
Ciudadanos ha jugado a amagar. Ha puesto encima de la mesa de negociaciones su programa, con exigencias muy duras para el partido que implementó las políticas que precisamente dicen que quieren eliminar: las polémicas escolleras de La Magdalena, el carril del aún más polémico Metro-TUS, la reordenación ferroviaria, la redacción del nuevo PGOU o incluso una auditoria de los servicios municipales y su funcionamiento. Curioso por otra parte si vemos que, en el 'bando del cambio', PSOE, PRC y UxS, llevaban propuestas similares en sus programas (con la salvedad del desencuentro sobre la reordenación ferroviaria) y habría sido muy sencillo coser ese gobierno municipal alternativo.
Los naranjas han estado haciendo guiños a derecha e izquierda, sin decantarse por un gobierno progresista o continuista, bailando con unos y otros hasta el match-point. El problema es cuando Madrid manda más que Santander, o lo que es lo mismo, cuando los tuyos te dejan a los pies de los caballos y una llamada del supremo líder naranja es suficiente para que te desmonten la estrategia de negociación. Habemus papam, o más bien alcaldesa, por obra y gracia del señor Rivera.
Tendremos que ver, eso sí, como esconden la alianza con la ultraderecha capitalina, porque por mucho que se empeñen en negarlo, los necesitan para cualquier cosa que quieran hacer en el pleno de Santander. Dios mediante y con el mazo dando, el voto del concejal verde es necesario hasta para pedir turno para ir al baño. Cosas que pasan cuando no solo se ve la tramoya, sino que hasta el director de la obra se queda en paños menores ante el respetable. Vayamos preparando las palomitas para el espectáculo de las justificaciones, los “ahora lo ves y ahora no lo ves” y los hologramas dialécticos para salir del paso de Javier Ceruti cuando les asocien en ese matrimonio a tres que han propiciado en el Ayuntamiento. Venir a hablar de regeneración política para acabar pactando con el partido más corrupto de Europa –no lo digo yo, lo dicen los tribunales- y la derecha más reaccionaria: “pá lo que hemos quedao”.
La cuestión al final es si en algún momento ellos se han creído realmente todo este espectáculo o no. Pocas dudábamos de que el resultado de las elecciones municipales fuera a arrojar otra solución para el gobierno de la ciudad que no fuera la evidente: un pacto de las tres derechas. Igual que tampoco dudábamos que se reeditaría el acuerdo autonómico entre PSOE y PRC. Sería recomendable que en futuras convocatorias electorales se ahorraran la parodia de estas semanas de “tensas” negociaciones, “vetos inasumibles”, “líneas rojas infranqueables” y demás palabrería hiperventilada. El capital manda, el Estado obedece. Todo lo demás es puro teatro.
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Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
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