El mismo día que la presidenta de Cantabria brindaba por la Navidad con los funcionarios con efusiva emoción y distribuía fotografías del momento copa de cava en mano, anunció que ya han llegado a Cantabria doce menores no acompañados cuyo advenimiento ha sido convenientemente recusado por su Gobierno. Cuestión esta -el rechazo- que se comunica como ejemplo de gestión eficaz en pleno frenesí de buenos deseos navideños.
El contraste entre los principios inspiradores de la Navidad, la fraternidad y la humanidad, y el gesto inhóspito, desafortunado e insensible de la presidenta nos avergüenzan como sociedad. Eso que solo han llegado doce de los 156 que deberían haberlo hecho. Ya ha avisado de que se recurrirán todas las solicitudes de traslado según vayan llegando de Canarias, Ceuta y Melilla. Otro brindis de simplificación administrativa de la consejera Isabel Urrutia.
Predicar la solidaridad y el afecto es solo un escaparate para un lugar, Cantabria, donde los extranjeros son recibidos -como mercancía turística- con la banda municipal cuando bajan la escalerilla de los aviones y los ferris subvencionados para que hagan negocio fundamentalmente desde el sector hostelero.
Pero celebrar la Navidad, el relato de Belén y el niño que nace pobre en un portal debería asumirse -por parte de quiénes reivindican la tradición cristiana- más allá de la anécdota como una categoría vital.
Justifica la presidenta Buruaga, para mayor agravante y menor sensibilidad, que la llegada de estos menores se ha hecho escalonada, que están llegando poco a poco. Para mayor comodidad del aparato administrativo que tiene que acogerles. Qué más da que ellos, los niños, estén más incómodos hacinados en otros destinos. El Gobierno de Cantabria únicamente percibe la dramática situación desde el punto de vista más favorable para sus propios intereses, no para los damnificados, para los que necesitan ayuda. Elllos pueden esperar.
Afortunadamente no entienden el idioma y no han tenido que soportar leer esta lamentable explicación sobre cómo han llegado a un lugar hostil donde tratan de devolverles como mercancía defectuosa que no lleva la acreditación de turista.
Después de estas declaraciones siguieron los cohetes, el cava y los villancicos. Brindaron por la alegría, se hicieron fotografías para testimoniar la felicidad navideña y repartieron abrazos.
Cuando se estudiaba Griego y Latín se aprendía que en Roma durante los desfiles triunfales un esclavo susurraba al oído del general victorioso: mira detrás de tí, recuerda que eres mortal. Reconocer la fragilidad, propia y del otro, nos recuerda que hay que alejarse de la arrogancia y vivir en la humildad. Aquí y ahora, a los políticos y autoridades, hay que recordarles que una persona solo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo para ayudarle a levantarse. La lección de compasión e igualdad de Gabriel García Márquez debería ser una ley inquebrantable contra todos los que se consideran mejores que otros.
Sobre este blog
Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
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