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Los investigadores de la COVID sin vacuna contra la COVID: “Nadie nos considera esenciales, es como si se hubiesen olvidado de nosotros”

Un trabajador de un laboratorio.

Blanca Sáinz

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El 11 de enero de 2021 los investigadores del IBBTEC (Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria) comenzaron a reclamar la vacuna contra la COVID ante la previsión de recibir las muestras del virus unos días más tarde para poder comenzar a estudiarlas. Sin embargo, esos días se prolongaron más de lo que se esperaba debido al temporal 'Filomena', que hizo que esas muestras del SARS-CoV-2 llegasen a Cantabria el 22 de enero. Aun así, la llegada del objeto de estudio no aceleró la llegada de la inmunización, y el 23 de febrero los investigadores se plantaron. ¿La razón? La vacunación de los estudiantes de Medicina y Enfermería por ser considerados colectivo “prioritario” y el “hartazgo” de los científicos por llevar un mes con las muestras en el laboratorio y sin poder trabajar.

Esta es la situación que rodea a los siete investigadores cántabros que llevan meses trabajando con el coronavirus pero sin él, y este es el caso de Ana Fernández (nombre ficticio), una de las biólogas que investiga uno de los cuatro proyectos relacionados con la COVID que se están llevando a cabo en Cantabria. Ella, que tendría que haber arrancado su proyecto en mayo, ha ido viendo cómo los problemas se han ido sucediendo hasta que a finales de año les terminaron de dar el visto bueno para comenzar. 

Pero con la vacuna en plena distribución, la normativa obliga a que se inocule a los trabajadores para empezar a trabajar, algo que no ha ocurrido en la comunidad autónoma y que ha terminado por provocar que la investigación sufra continuos retrasos hasta la paralización actual: “No sé de quién es la responsabilidad, pero al menos tres de los proyectos tienen financiación del Gobierno de Cantabria. Ellos sabían que se iba a trabajar con el virus aquí, así que no puedo entender por qué no han movido la vacunación primero… Nadie nos considera esenciales, es como si se hubiesen olvidado de nosotros”, espeta esta científica.

Y eso que Fernández declara ser una de las afortunadas por haber podido avanzar “algo” de su proyecto durante este tiempo, pero algunos de sus compañeros llevan desde enero “prácticamente parados”: “En mi caso he intentado trabajar con microorganismos no patógenos para intentar hacer lo mismo que haría con el SARS-CoV-2, pero ya no puedo continuar hasta que no lo confirme con el virus, y para eso tengo que estar inmunizada. Es increíble pensar que llevamos desde el 22 de enero con el virus aquí pero sin poderlo utilizar solo porque no nos han querido vacunar”, explica con cierto enfado.

Ahora, y tras varios amagos por parte de Sanidad de vacunarles sin resultado, el estrés se va acrecentando entre estos profesionales que, además, han tenido que ver cómo sus compañeros del otro centro de investigación de Cantabria, el IDIVAL (Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Marqués de Valdecilla) han sido inoculados en su totalidad. “Imagino que al ser una fundación que pertenece al hospital hayan optado por vacunarles conjuntamente con los sanitarios, pero es que allí está vacunado hasta el personal administrativo, y me parece perfecto, pero no entiendo por qué a nosotros se nos ha dejado de lado”, afirma la investigadora.

Pese al cansancio acumulado, Ana Fernández cuenta a elDiario.es cómo el detonante de su denuncia pública ha sido la inmunización de los estudiantes de Enfermería y Medicina, algo que parece lógico puesto que realizan prácticas en hospitales, aunque también se está vacunando a muchos de ellos sin ni siquiera haber comenzado a trabajar. “Me parece importante que se les vacune, por supuesto, pero parece que van más rápido con 700 personas que con las siete que llevamos dos meses esperando… Es alucinante”, señala.

Inmunización “para todos”

Lucas Gómez (nombre ficticio) también es biólogo de este centro mixto de investigación (el IBBTEC depende de la Universidad de Cantabria, el Gobierno autonómico y el CSIC) y compañero de Ana Fernández, y él, a diferencia de ella, no trabajará directamente con el virus pero sí que considera que la inoculación debería ser para todos los trabajadores, tal y como ha ocurrido en los hospitales o en el propio IDIVAL. “Tienen que ser prioritarios los que van a trabajar con el SARS-CoV-2 directamente, pero todo el centro debería ser inmunizado porque si no ellos se pueden convertir en transmisores para el resto… Es como lo que ocurre en los hospitales: todo el mundo está vacunado aunque no tenga contacto con infectados por COVID”, defiende Gómez.

Además, y unos días después de que se haya dado a conocer el plan de vacunación de los docentes, este científico recuerda que los propios investigadores del IBBTEC también son los profesores que después acuden a dar clase a los estudiantes de Medicina. “Ellos estarán vacunados y nosotros, que trabajamos en las mismas instalaciones en las que está el virus y que compartimos zonas comunes con los investigadores que trabajan con él, no. Estamos formados, somos investigadores y entendemos la gravedad del asunto, pero esto no hay quien lo explique”, indica.

Escuchando a su compañero, la propia Fernández, se une a la conversación para destacar que, tal y como ocurre en los hospitales, la vacunación debe ser total. “En condiciones ideales no nos tendríamos que contagiar, pero sabemos que puede haber accidentes y si yo me contamino estando vacunada no tendré síntomas, así que podré contagiar a todo el edificio en cuanto esté en una zona común como el comedor”, asevera.

Asimismo, y si hay algo en lo que están de acuerdo estos científicos es en la falta de organización del programa de inmunización. “Somos 90 personas en todo el IBBTEC, no puede ser tan complicado hacer que una partida de las vacunas venga aquí”, señala Lucas Gómez.

Ambos exigen a la Administración una toma de conciencia definitiva que les haga valorar el trabajo de los investigadores. “Si ni después de una pandemia se valora más a los investigadores no sé que nos puede quedar… Es que no nos consideran esenciales y ya llega un momento en el que te planteas para qué investigas, si te tratan como si fueses prescindible”, finalizan ambos.

Preguntados por este periódico, desde la Consejería de Sanidad aclaran que no es una cuestión que dependa de Cantabria, sino que la comunidad sigue la estrategia de vacunación del CISNS (Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud), y esta “aún no incluye” al colectivo de los investigadores.

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