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Entrevista
Santi Rodríguez, actor y cómico

Santi Rodríguez, actor y cómico: “El humor no tiene límites, pero yo sí”

El actor y cómico Santi Rodríguez.

Blanca Sáinz

28 de enero de 2021 22:02 h

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Martes por la mañana, Santi Rodríguez coge el teléfono desde su casa de Jaén más preocupado por disfrutar de la conversación con elDiario.es que por medir las palabras, y eso se nota. Al finalizar la entrevista, él continúa con ese tono tranquilo y esperanzador, y es él mismo quien confiesa que le suelen decir que da 'buen rollo': “Siempre contesto lo mismo, que se suban todos al carro porque hay que dar ejemplo”. Y es que el buen rollo parece que escasea en estos tiempos de restricciones y virus, pero este humorista sabe dar con la tecla para que, al menos durante un ratito, uno pueda evadirse de todo lo que hay fuera. Y eso es justo lo que hace en su monólogo 'Infarto, ¡no vayas hacia la luz!', que presenta este viernes en el Teatro Municipal Concha Espina dentro del Festival de Invierno, y que narra su propia experiencia en el hospital tras el susto que sufrió en 2017. Y es que, como Rodríguez se planteó en su momento: “¿Qué mejor que reírse de uno mismo cuando ocurre algo así?”. Pero como a todos, a este cómico y actor reconocido en todo el panorama nacional por su papel del frutero en 'Siete vidas' también le ha tocado sufrir en esta etapa en la que, además de las dificultades para trabajar, se ha encontrado de frente con el fallecimiento de su padre por coronavirus, lo que no le ha restado ni un ápice de ese optimismo innato que le hace querer buscar siempre el lado bueno de la vida: “Tienes que asumir las cosas y, aunque a veces cuesta muchísimo, lo mejor siempre es buscar la parte positiva, porque la hay”.

Bueno, lo primero, el monólogo se titula 'Infarto, ¡no vayas hacia la luz!' y narra su propia vivencia, así que, ¿cómo está?

Bien, el infarto me ocurrió hace tres años, además coincidió que fue el día de mi cumpleaños... Lo que fue algo muy curioso: un regalito inesperado (risas). Y sin problemas desde ese día, cuidándome y tranquilo.

¿En qué momento se le ocurrió que podía transformar esa vivencia personal tan dura en hacer reír a la gente?

Estaba preparando un espectáculo nuevo, y un día hablando con el cómico Manu Sánchez, me dijo que por qué no hacía un espectáculo con lo que me había pasado. Al principio le dije fue que no, que no estaba bien reírme de tener un infarto, pero él, con buen criterio, me dijo que no me iba a reír de la gente que tiene infartos, que solo me iba a reír del infarto que yo había tenido y de lo que me había pasado. Y así empezamos a trabajar la idea, y la verdad es que ha pasado algo que no esperábamos, que es que le ha venido muy bien a mucha gente. Al final cuando te pasa algo de esto tienes otras opciones diferentes a tomártelo mal... Es muy guay tener una segunda oportunidad para disfrutar de la vida. Y esto también se puede aplicar a lo que está ocurriendo con mucha gente ahora que pasa mucho tiempo hospitalizada. En octubre mi padre falleció de COVID y también tienes que asumir las cosas, y aunque a veces cuesta muchísimo, yo creo que lo mejor siempre es buscar la parte positiva, porque la hay.

¿El humor de España es más bien generalizado, o hay ciertas diferencias que dependen del lugar donde uno nazca?

El sentido del humor cambia un poquito de un sitio a otro pero, indudablemente, creo que hay cosas que hacen gracia en todos los sitios porque hay gracias generales con las que todos nos solemos reír. Luego sí que es cierto que cada persona tiene un sentido del humor distinto, pero estoy un poco en contra de las etiquetas y los tópicos de que por que seas andaluz tienes que ser gracioso, o que, por ser del norte tienes que ser más serio. Hay gente muy graciosa en todos sitios, y tener sentido del humor es maravilloso porque es la mejor manera de llevar la vida para adelante, ¡y más como estamos ahora!

El humor negro existe y tiene derecho a existir aunque haya gente a la que no le guste

Antes de la pandemia se habló mucho de la pérdida de libertad de expresión, algo que al sector cultural le toca de lleno. ¿Cree que es así? ¿Cree que ahora hay más juicios por parte de la sociedad o incluso por parte de los poderes públicos?

Indudablemente. En todos los sentidos. Cada día tenemos la piel más fina y es curioso que ahora que se supone que hay libertad para muchas más cosas, hay más censura y escarnio público. Soy defensor a ultranza de que cada uno exprese su opinión y de que luego sea el publico el que decida si ese tipo de humor es el que le gusta o no. Tú puedes hacer humor negro y que haya gente a la que no le guste. Lógicamente esa gente luego no va a ir al teatro a verte, pero el humor negro existe y tiene derecho a existir, igual que el humor blanco, el amarillo o el que sea. Además, puedo decirte que hay compañeros que han hecho chistes que me han afectado directamente, y que no me han hecho gracia. Pero aún así defiendo su tipo de humor, y sé que es difícil de entender lo que estoy diciendo, pero cada uno se tiene que expresar como quiera. Todos tenemos que hacer un ejercicio de libertad en el que digamos: tú exprésate, yo coincidiré con tu opinión, o no, pero respeto lo que opinas.

Pero, como humorista, ¿diría que el humor tiene límites?

Ahí tendría que matizar porque el humor no tiene límites, pero yo sí. Es decir, los límites son conmigo, no de cara al resto. Cada uno es muy libre de hacer lo que crea conveniente y siempre va a haber alguien que está ofendido con lo que dices, pero lo que tienes que ver es hasta dónde llega la repercusión, y a qué colectivo estás nombrando... Dependiendo de eso, creo que es muy lícito que cada uno haga el chiste que le dé la gana, pero siendo consciente de que puede que haga daño a mucha gente. Aunque también hay que saber que a la gente que le va mejor la vida, tampoco le va a afectar tanto tu chiste, y a la gente a la que le va mal la vida, si le haces un chiste le estás fastidiando más. Es pura lógica. Antes se hacían chistes de todo y no pasaba nada, pero habría gente que se molestaría seguro, sin embargo ahora es que parece que no se pueden hacer chistes de nada y que hemos pasado al extremo contrario. A lo mejor tiene que haber un término medio en el cual se haga chistes de todo con cierta mesura y ya está... Creo que el problema que había de antes es que todos los chistes eran sobre lo mismo, y ahora hay ciertos temas en los que tenemos que tener más sensibilidad... En mi caso, estoy en una zona de confort y tengo un humor más blanco, pero vamos, que también he hecho un chiste sobre la COVID, y una mujer me dijo que era una falta de respeto. Y claro, ahí ya tienes que contestar: “Mire, señora, mi padre murió de coronavirus hace tres semanas”. Creo que hay que tener un poco la mente abierta.

Creo que es muy lícito que cada uno haga el chiste que le dé la gana pero siendo consciente de que puede que esté haciendo daño a mucha gente

Muchos compañeros admiten sentirse abandonados por parte de las instituciones durante la pandemia. ¿Cree que en España la cultura es un bien de segunda?

La necesidad de la cultura es tan obvia, que parece mentira que se siga poniendo en duda el valor que tiene. Imagínate tu vida sin oír música, sin leer un buen libro, sin ver una serie, sin mirar a un edificio que esté bien construido… La vida sería muy aburrida. Cuando estábamos en el confinamiento, la gente me decía que veía los autobuses petados de gente que iba a trabajar, pero que claro, su trabajo era necesario y el nuestro no. Y... ¡Ostras! Qué triste es que en tu vida no necesites algo, ya sea la música, el teatro o lo que sea. Pero sí, efectivamente no se ha tenido en cuenta la cultura porque han dejado que se lance un mensaje que no es real y que nos ha hecho mucho daño, que es que en los teatros o los cines no se puede estar. Cuando en esos sitios se puede estar mucho mejor que en otros lugares a los que sí se les permite abrir... Al final esto es como muchas otras cosas que están pasando, a veces parece que está faltando un poco de sentido común.

Y siguiendo con la cultura, ¿por qué cree que hacer reír no está tan valorado como ser pianista, por ejemplo?

Ver a un pianista es un gustazo, pero el humor también mueve conciencias y hace pensar. Es muy necesario. Además se transmiten muchísimas cosas de la idiosincrasia de un pueblo a través de los chistes, y eso te da una idea de un barómetro que tiene el humor que mide lo que está pasando cada día en la calle. Siempre se ha valorado más el drama y la tragedia que la comedia, pero ahí esta Alfredo Landa, un actor considerado cómico, que hizo una película dramática que fue 'El crack' y fue un boom y todo un descubrimiento. Sin embargo, al contrario no ocurre muchas veces porque hay muchos actores dramáticos que intentan hacer comedia y no lo consiguen. O bien no lo consiguen en la medida que deberían porque la comedia requiere de una serie de cuestiones que, o las dominas, o no cuela. La verdad es que creo que tiene mucho más merito hacer comedia, porque además en el teatro si haces drama y hay silencio perfecto, porque se interpreta que estas acongojando a la gente, pero si en un teatro haces comedia y la gente no se ríe es diferente...

He tenido varios ataques por decir que soy creyente y, oye, como si me apetece chupar grifos

Investigando sobre usted he descubierto que hace unos años recibió amenazas de muerte por ser simpatizante del Opus Dei….

No, no. Mis padres sí son del Opus pero yo no, no tengo relación ninguna. Lo respeto y tengo una opinión sobre ello que me reservo, pero no soy del Opus. Lo que sí es cierto es que he tenido varios ataques por decir que soy creyente y, oye, como si me apetece chupar grifos, cada uno que haga lo que quiera, ¿no? ¿Quién eres tú para decirme que soy un payaso por chupar grifos? Aún así me entristece mucho que eso ocurra, porque yo utilizo mis creencias para motivarme como persona y ser, por ejemplo, más solidario, pero hay gente que se toma la libertad de decirte cómo tienes que llevar tu vida y, cada uno, mientras no le salpique al de enfrente, que haga lo que quiera.... Para mí solo hay una forma de medir las cosas: mirando si hay respeto o no, y cuando deja de haberlo se acabó el juego. En el momento de las amenazas me llamaban por teléfono por la noche, me insultaban, me decían datos de dónde trabajaba, de cómo iba vestido… Te dan a entender que te tienen controlado y que cualquier día te van a meter un topetazo. Y eso simplemente pasa porque has dicho que crees en Dios... Afortunadamente esto pasó, se supo de dónde venían las amenazas y cesaron. Después de eso sigo pensando que cada uno tiene que expresar lo que quiera expresar, que haya libertad de expresión y de acción siempre, pero sin perjudicar a nadie.

¿Qué espera de este 2021 que acaba de empezar?

Nada. Antes de lo que nos está pasando ahora, yo ya vivía un poco con el 'Carpe Diem' por delante, viviendo un poco según iban pasando las cosas y asumiendo lo que me venía en un ejercicio de resiliencia continuo. Y en esas estoy ahora también. Lo que sí te digo es que nadie me va a quitar el optimismo porque es algo de lo que somos dueños cada uno. Creo que esto terminará y volveremos a llevar una vida normal y a abrazarnos, algo que me encanta hacer. También volveremos a ver los teatros llenos y empezaremos a mirar esta etapa como un mal sueño.

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