Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.
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Voy a ser optimista en el momento en el que no parece haber razones para serlo. El neofranquismo es la tercera fuerza parlamentaria, más de 3 millones de votos, justo 80 años después de la victoria de los golpistas, sí. Pero el Parlamento es el más plural de la democracia y los progresistas pueden gobernar ayudados por esa pluralidad. No todos los ciudadanos han votado “a por ellos”, al contrario, las urnas han apostado por el consenso entre la diversidad. La España renvanchista nos ha querido dar una lección, pero el resto le ha respondido con lecciones de democracia.
Que el auge de la ultraderecha no nos confunda. La derecha ha tenido sus peores resultados en votos de los últimos cinco años. Ciudadanos se ha hundido, PP no levanta cabeza y la subida de Vox no es más que la derecha de siempre pero inflamada por la inseguridad que provoca el neoliberalismo, el incendio en Cataluña y unos medios que les dan coba. Pero el miedo a su ascenso, dentro incluso de la derecha y del propio sistema, puede bajar la inflamación.
De hecho, si la derecha alimenta a la extrema derecha, la extrema derecha la devora. Por eso lo más lógico es que el PP se vaya al centro que ha dejado libre Ciudadanos al suicidarse por el extremo. Rivera ha muerto porque España quiere más una derecha civilizada que una guerracivilista, aunque los cabreados de Vox nos tapen el bosque. A Casado no le conviene acercarse más a Abascal porque le frena y le impide gobernar. No hay mal que por bien no venga.
El PSOE le ha dado una segunda oportunidad a los ultras pero los votantes se la han dado a Sánchez, con un mensaje claro: con la izquierda, sí. Y aunque la izquierda de Unidas Podemos vuelve a perder votos y se lo tiene que hacer mirar (no te digo ya la fracasada ruptura de Errejón, más oportunista que oportuna), podría formar gobierno con las fuerzas plurales que han salido de las elecciones. Hay una España única que quiere imponerse, pero es mucho más minoritaria que la España múltiple que ha dicho que Teruel también existe y existen otras muchas sensibilidades. Si las escuchan e integran, se puede hacer el país abierto que podemos ser.
Ésa es la salida de este atolladero. Ha quedado claro en Cataluña, donde gana el independentismo más dialogante y es mayoritaria la opción de una consulta. Sube el independentismo unilateral y cae el españolismo frentista, lo que también nos viene a decir que no es la mano dura sino el diálogo lo que apagará el incendio. El fuego no se combate con gasolina sino más política, estado del bienestar, pedagogía y democracia. Más enfrentamiento, nos darán Vox para rato.
Se ha reabierto la página más oscura de nuestra Historia, pero eso puede ser precisamente la oportunidad de condenarla para siempre. Ahora que los franquistas se han quitado la careta y son el enemigo a batir, es la ocasión para poner por fin a la dictadura y a sus seguidores en su sitio, en el pasado del que no debieron salir. La izquierda, el feminismo, el ecologismo son la respuesta al neoliberalismo y al neofranquismo que provoca tanto ruido y furia. Si dan soluciones integradoras y materiales a los problemas, aún podemos superar uno de los momentos más difíciles de nuestra democracia. Ahora falta que los líderes, especialmente Sánchez que es el ganador, entiendan las lecciones de convivencia que han dado estas elecciones.
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Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.