La ciudadanía, en su inmensa mayoría, respeta el estado de alarma y consecuentemente todas las medidas adoptadas para frenar la ola de contagios por la COVID-19. La cuarentena es solo una de las muchas consecuencias derivadas de la actual crisis sanitaria.
Permanecer en casa parece simple pero ha supuesto un amplio abanico de repercusiones personales: pérdida del trabajo; convivencia con un maltratador; problemas para compatibilizar el teletrabajo con las tareas de cuidados; bajas laborales obligadas; estrés y otros problemas de salud; dificultades económicas; problemas con los estudios; o el dolor por la muerte de un ser querido.
Numerosos colectivos luchan en primera línea contra la pandemia y, por supuesto, se merecen el pequeño pero significativo homenaje que les da la ciudadanía que aplaude desde sus ventanas. Esta lucha finalizará con muchas heroínas y héroes profesionales. Sin embargo, la victoria llegará gracias al esfuerzo de todos, de personas cómo tú y cómo yo, con defectos y virtudes, que cumplieron el confinamiento a pesar de sus muchas consecuencias. Posiblemente el homenaje que hace unos días realizó el cuerpo de bomberos de Toledo fuera pensando en esas personas anónimas que batallan cada día contra la COVID-19 desde sus ventanas.
0