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Elena Sánchez, olivicultora: “Hay aceites con certificado ecológico que se producen de forma insostenible, es una aberración”

Olivar

Carmen Bachiller

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La necesaria adaptación al cambio climático, la apuesta por la sostenibilidad, el futuro productivo o cómo diferenciarse -y que el consumidor lo sepa- en el mundo del aceite de oliva.

Fueron cuestiones que se pusieron sobre la mesa en la III edición de NaturAceite, una jornada monográfica dedicada sector del aceite organizada por elDiarioclm.es y su sección Agroalimentaria y patrocinada por Eurocaja Rural y el Ayuntamiento de Mora (Toledo), donde se celebró el evento, en colaboración con la Fundación Global Nature y la marca de alimentos de Castilla-La Mancha 'Campo y Alma'.

'La Biodiversidad como valor: buenas prácticas en proyectos sostenibles' fue una cuestión a abordar en la última parte de la jornada con una mesa en la que Amanda del Río, directora adjunta de la Fundación Global Nature, ejerció de moderadora de un debate que quiso ser, decía, “positivo y optimista” y centrar el mensaje en la “sostenibilidad” en torno al sector del aceite “pese a un escenario muy desagradable de cambio climático, con falta de agua y una escalada en las temperaturas”.

En su opinión hay “ejemplos” para adaptarse a ese cambio climático y también para apostar por la sostenibilidad “como valor añadido asociado a la marca para diferenciar el producto”.

Es el caso de Casas de Hualdo, empresa productora de aceite de oliva virgen extra sostenible con sede en El Carpio de Tajo (Toledo) a orillas del río Tajo, en una zona de tradición agraria. El responsable del departamento técnico Enrique Vivas explicó que la finca productora se encuentra ubicada en un espacio con un “patrimonio natural impresionante que permite explicar por qué somos como somos”.

La historia de la finca cambió cuando se decidió apostar por el olivar allá por los años 90, hasta la construcción de la almazara en 2009. “Hacemos aceite de oliva virgen extra de alta calidad”. Actualmente han incorporado a la finca una fábrica de queso que elaboran con la leche de sus ovejas manchegas y también una huerta ecológica en la que, explicaba, “estamos rescatando variedades casi perdidas como el melocotón de La Puebla de Montalbán, que tiene un potencial aromático espectacular. La idea es ofrecer productos de proximidad”.

En la mesa también participó Elena Sánchez, gerente de Aceites La Común que se produce en el entorno de la cabecera del Tajo, en la provincia de Guadalajara, entre Alcocer y Sacedón. Un proyecto que comparte con su hermana Laura. Decidieron recuperar el olivar de sus padres para producir aceite. “Reivindicamos el olivar tradicional como modelo de diferenciación, junto a la calidad y la sostenibilidad”, explicaba.

Apuestan por la cosecha temprana para obtener “los mejores aromas y sabores” y por la elaboración “inmediata” tras la recogida, con transporte refrigerado y molturación en frío. Buscan conseguir el certificado ecológico, tras apenas dos años de proyecto.

Deberíamos plantear a las administraciones que los productores en ecológico no podemos competir todos en la misma liga. No todos somos iguales

Elena Sánchez Gerente de Aceites La Común

Elena Sánchez lamentaba que haya “un gran desconocimiento entre la gente cuando compran aceite ecológico porque hay aceites ecológicos que se producen de forma absolutamente insostenible”.  Y es que, añadía, “para producir en ecológico basta con cambiar un abono no ecológico por otro que lo sea y no usar microorganismos modificados genéticamente. Así nos dan la certificación”.

En este aspecto, recordaba que “una producción super intensiva puede estar certificada como ecológica. Lo mismo pasa con el aguacate, que usan cantidades de agua vergonzosas y están certificadas como ecológicas. Es una aberración”, lamentaba. En su opinión, “deberíamos plantearlo a las administraciones porque no podemos competir todos en esta liga. No todos somos iguales”.

Elena Sánchez cree que el olivar ecológico “no es solo un cultivo sino un ecosistema y como tal debemos plantearnos las prácticas que realizamos” y que pasan, por ejemplo, por la protección del suelo para evitar la erosión.

Aceites García de la Cruz: “La sostenibilidad no está reñida con el crecimiento económico”

En la mesa de debate también participó el director general de Aceites García de la Cruz, con sede en Madridejos (Toledo) que cuenta con varios premios a su labor. Y es que la empresa defiende la sostenibilidad y la agricultura de precisión, alineando lo social con lo ambiental y lo económico. Fernando García de la Cruz cree que “apostar por la sostenibilidad es decidir ser algo más que empresa. Se trata de una forma de producir y distribuir que no solo es rentable, además impacta de forma positiva en el entorno”.

En 2010 transformaron su cultivo en ecológico al no compartir, entre otras cosas, la idea del exceso de fertilizantes químicos. Ahora usan los residuos de su almazara mezclados con estiércoles como sistema de abono. Realizan cosecha temprana y apuestan por las cubiertas vegetales, por introducir la biodiversidad en sus parcelas y por el ahorro de agua, de hasta un 25%. “Este año será duro”, reconocía, debido a la situación de sequía.

Pasaron cinco años hasta obtener resultados tras los cambios. “La sostenibilidad no está reñida con el crecimiento económico, sino todo lo contrario”, decía, aunque como todo el sector agrario en estas fechas mostraba su preocupación: “O llueve ya o todo esto se quedará en nada”.

El Proyecto LIFE+REGROW tiene capacidad de réplica en España donde hay una buena cantidad de balsas de alpechín abandonadas

José María Pencos Director general de AEMO

También se presentó el Proyecto LIFE+REGROW que tiene como eje central la restauración. Se desarrolla precisamente en Mora (Toledo) coordinado por el Ayuntamiento en colaboración con la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO), la empresa de Gestión de Residuos Manchegos (GESREMAN), la Universidad de Almería (UAL) y la Universidad Miguel Hernández (UMH).

El objetivo de este proyecto es restaurar un espacio ocupado por unas balsas de alpechín en desuso, aplicando in situ diferentes estrategias biológicas con el fin de reducir la contaminación, transformando el área en una infraestructura verde multidisciplinar con fines educativos y formativos. Se trata de soluciones basadas en la naturaleza, imitándola, para proteger el entorno agrario.

José María Pencos, director de la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO) recordó que el municipio de Mora fue precisamente fundador de la asociación y explicó las distintas técnicas aplicadas cuyos resultados, decía, “han sido un éxito”.

Destacaba la “capacidad de réplica” del proyecto en un país en el que hay una buena cantidad de balsas de alpechín abandonadas. “Le llamamos la fase post LIFE del proyecto”, bromeaba.

El futuro del olivar en cuanto a la sostenibilidad pasa por producir solo aceite de oliva virgen o virgen extra, y en ningún caso aceites de menor categoría que no serán competitivos

José María Pencos Director general de AEMO

En opinión de José María Pencos el futuro del olivar en cuanto a la sostenibilidad pasa “por producir solo aceite de oliva virgen o virgen extra, y en ningún caso aceites de menor categoría que no serán competitivos al tener que ser refinados porque compiten con otros que tienen los mismos ácidos grasos, pero tienen un precio superior”.

También reclamaba apostar por las cubiertas vegetales en las explotaciones y “adaptarse al medio” porque en España “de aquí a 20 años convivirán los sistemas de olivar en seto en zonas llanas que serán más eficientes. Y si no lo hacemos nosotros lo harán los demás”.  

Este tipo de explotaciones, añadía, “convivirán con el olivar tradicional” que deberá competir con los menores costes que tiene el olivar en seto para generar ingresos diferenciales. “Eso se conseguirá transmitiendo la calidad y los valores ecológicos”. Después el olivar de montaña, “el más frágil y que más riesgo tiene de desaparecer”, decía, requerirá de proyectos concretos y diferenciados. 

“No permitamos mezclar el aceite de oliva con el de girasol”

También salió a relucir la necesidad de usar fitosanitarios o abonados “sin calendario fijo” o la cuestión de la escasez del agua. “Tendremos que usar la tecnología para regar” para optimizarla y “seguir siendo la gran almazara del mundo”.

Lanzaba también un mensaje claro: evitar mezclar el aceite de oliva virgen con otra grasa. “No permitamos que el aceite de oliva virgen se mezcle con el girasol como hemos conocido desgraciadamente esta semana. No seamos nosotros desde España los que lo hagamos”, porque para el sector y para la Dieta Mediterránea “será la peor de las noticias”.

La diversificación del sector y el turismo

Pencos anunciaba además la creación de la Ruta del Oleoturismo en España en ocho provincias: Cáceres, Badajoz, Huelva, Sevilla, Córdoba, Jaén, Ciudad Real y Tarragona. “Vamos a intentar montar una plataforma por comarcas y denominaciones de origen” y lamentaba la ausencia de la Diputación de Toledo del proyecto.

“El futuro del sector debe diversificarse. Se nos piden una serie de servicios asociados como el turismo sostenible”, recordaba Elena Sánchez quien comentaba que, “aunque a veces es un agobio porque tenemos que trabajar, que nosotras somos dos, es algo que genera rentabilidad”. En este sentido confía en la “ayuda” de las organizaciones o entidades agrarias. “No es fácil”, reconocía Fernando García de la Cruz, quien desvelaba su intención de “traer turismo americano para mostrar su proyecto combinando la oferta con turismo cultural”.

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