El sector del melón y la sandía de Castilla-La Mancha pide ayudas a la promoción exterior
Será un buen año para el melón y la sandía que se producen en Castilla-La Mancha. Estos cultivos hortícolas se encuentran fundamentalmente en Ciudad Real, pero también en Albacete y Toledo y “algo” en Guadalajara, según explica el portavoz del sector en Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha.
José Ángel Serrano asegura que la cosecha de este año vendrá condicionada por el hecho de que el verano no ha sido muy caluroso a excepción de la ola de calor del mes de julio. “Las temperaturas han sido muy buenas tanto de noche como de día y las plantaciones que creíamos que se iban a retrasar han seguido el itinerario correcto”.
Tras mes y medio de recolección - la campaña comenzó el 15 de julio- ya se ha recogido más del 65% de la producción, en un año en el que se ha apostado más por el melón tardío. “Si el tiempo nos acompaña, la previsión es que tengamos melón hasta el 7 o el 10 de octubre”.
Las producciones serán similares a las del año pasado en melón mientras que en sandía se crecerá en algo más de un 10%. Hay que recordar que la producción de melón en 2018 alcanzó los 244,3 millones de kilos en Castilla-La Mancha y la de sandía fue de 178,4 millones de kilos, según los datos del Ministerio de Agricultura.
Además, este año se espera una “buena” calidad favorecida por la sequía, en cuanto al melón. “Se trata de una hortícola que no necesita el agua de lluvia y eso la beneficia. Por otro lado, por el hecho de no ser un verano demasiado agobiante en calor, está aguantando muy bien el tirón. Su cuajado y su desarrollo es óptimo”.
La exportación como reto: “Esperamos que la Administración nos eche un cable”
José Ángel Serrano cree que el sector del melón y la sandía de Castilla-La Mancha está “bien posicionado” en el mercado nacional, pero lamenta la “pérdida de tiempo importante” en el ámbito de la exportación.
“Igual que el vino ha despegado, al melón y la sandía les está costando y para nosotros es un reto y una apuesta”. En este sentido, cree necesaria una campaña de publicidad y conocimiento del producto en el exterior. “Esperamos que la Administración nos eche un cable, igual que ha apostado por el vino”.
En este sentido, y de cara a la nueva legislatura que acaba de comenzar, insiste en que el sector “tiene calidad, nuestros productos pueden entrar en el mercado internacional tranquilamente. Vamos a dar un buen servicio. Lo único que nos falta es promoción para darlos a conocer”.
Y es que la exportación, dice, se ha convertido en “necesidad” ya que “se está manteniendo el consumo a nivel nacional y donde creemos que podemos crecer es en el exterior para competir tanto en la Unión Europea como en Asia”.
Pone como ejemplo el de su propia cooperativa, Santiago Apóstol, con sede en Tomelloso (Ciudad Real). “Hace tiempo que estamos exportando, muy poco, pero hemos salido a Estados Unidos y Singapur. Son procesos lentos pero seguros. Hay mucha demanda y podemos enviarlo gracias a variedades que tienen mucha resistencia”. Y es que, explica, para enviar la fruta a Singapur se necesitan al menos 17 días de barco a lo que hay que sumar las aduanas. “En total se nos va casi un mes”.
Merece la pena porque, asegura, “hay resultados” pero pide a las administraciones “más apoyo en la logística, en las aduanas, porque tenemos mucha retención del producto”.
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