Ciudad Real, 'colonizada' por el agresivo mosquito de la nieve
El Instituto de Investigación en Recursos Energéticos ha capturado varios ejemplares del llamado mosquito de la nieve, Aedes refiki, en el Parque Forestal de la Atalaya de Ciudad Real. Se trata de un mosquito “muy agresivo” que vive normalmente en ambientes fríos de alta montaña.
Se trata de una especie de mosquito del Paleártico que se puede encontrar en toda Europa desde la Península Ibérica a Turquía y desde Italia a Suecia, pero que generalmente vive en zonas frías en las que cae nieve en abundancia. La especie, señalan desde el IREC, aprovecha el agua del deshielo primaveral para completar su ciclo de vida en los encharcamientos de aguas cristalinas. Se trata de una especie rara y que “cabría esperar que con el calentamiento global fuese cada vez más rara”, porque es difícil de encontrar incluso en ambientes fríos.
“Sin embargo, los seres vivos tenemos una gran capacidad de adaptación al medio y estos alados chupasangres no iban a ser menos”, afirman. Un estudio realizado por el Equipo de Investigación en Ecología de los Patógenos Vectoriales (EPaVec) del Grupo de Investigación en Sanidad y Biotecnología (SaBio) en el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), junto con el Grupo de Virología Clínica y Zoonosis del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC), ha demostrado la presencia del mosquito de la nieve (Aedes refiki) en el Parque Forestal de La Atalaya, en Ciudad Real capital.
El hallazgo fue realizado en mayo de 2021 y, “contrariamente a lo esperado”, sugiere que el mosquito de la nieve puede estar adaptándose a ambientes cálidos. Los expertos señalan que la nieve es escasa en Ciudad Real y rara vez persiste más de un día cubriendo el suelo. “Ni siquiera la borrasca Filomena, que azotó Castilla-La Mancha en enero de 2021, trajo suficiente nieve al entorno de Ciudad Real como para dejar encharcamientos duraderos de aguas cristalinas para la especie”, explican.
Para el IREC, el hallazgo demuestra que las especies de mosquitos, incluso aquellas adaptadas a climas fríos, son capaces de adaptarse a condiciones cambiantes para sobrevivir. Los estudios enfocados en esta especie son escasos y desconocemos si, como sus parientes invasores Ae. albopictus, Ae. japonicus y Ae. koreicus, también ésta es capaz de transmitir enfermedades como el dengue, el Zika, el Chikungunya o la fiebre amarilla, que cada día tenemos más cerca. Además, el mosquito de la nieve es una especie muy agresiva, que se alimenta sobre mamíferos, incluyendo el ser humano, por lo que su distribución debería ser estudiada con más detalle, especialmente en ambientes urbanos y periurbanos.
El cambio climático conlleva un aumento de las temperaturas que favorece que especies de mosquitos tropicales colonicen zonas templadas del planeta. Un claro ejemplo lo encontramos en las costas mediterráneas españolas, donde el mosquito tigre (Aedes albopictus) se ha expandido desde que llegó a Barcelona en 2004 desde Asia, habiendo colonizado ya numerosas zonas del interior peninsular. Pero en Europa hay más de 2.500 especies de mosquitos, y prácticamente todas ellas se ven afectadas por el cambio climático, aunque de formas diversas, señalan desde el IREC.
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