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La palabra en el tiempo: nueva época de la revista de creación literaria Calicanto

Grupo Azuer primer recital 14 de octubre de 1978. Imagen del archivo personal de A, García de Dionisio

José Ángel García

8 de julio de 2024 11:06 h

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Nacida en el otoño de 1996 como una de las realizaciones del grupo literario Azuer surgido dieciocho años antes, en 1978, en la población ciudadrealeña de Manzanares, Calicanto es, con sus ya treinta y seis entregas, una de las revistas de creación literaria más tozuda y continuadamente presentes en el panorama cultural de una comunidad autónoma, Castilla-La Mancha, que ni siquiera tenía existencia como tal –no alcanzaría su realidad legal hasta 1982– en el momento de su nacimiento.

Editada y distribuida por el Área de Cultura del ayuntamiento manzanareño –que ha seguido y sigue cumpliendo tales labores de patrocinio y apoyo desde entonces hasta nuestros días– su número uno abría su primera página señalando, como en su detallado estudio Grupos y revistas literarias de Castilla-La Mancha 1975-2010 reseñaba el profesor Hilario Priego, que comenzaba su andadura al considerar que su colectivo promotor consideraba haber alcanzado su mayoría de edad y pretendía que la publicación sirviera de paréntesis en la rutina diaria y avivar sensibilidades.

Con diseño del escritor y artista plástico Teo Serna –entonces todavía firmante como Teodoro Serna Fernández Pacheco–, ilustración y portada de Pedro Miguel Pérez Villegas y tres viñetas de Aubrey Beardsley, y bajo la dirección de Antonio García de Dionisio que iba a continuar ininterrumpidamente en tal función hasta la anterior, nueva entrega, la trigésimo quinta, por tanto, la de este mes de junio recién aparecida, aquel primer número tenía en su nómina de colaboradores, entre otros, a Cristóbal López de la Manzanara, Trinidad Noguera, Manuel Laespada, Teresa Madrid, Irene Mayoral, Juan Aparicio, Ezequías Blanco, Jerónimo Calero, Natividad Cepeda, José Fernández Arroyo y el propio Antonio García de Dionisio.

El grupo Azuer había entredo en escena en la citada fecha de 1978 cuando varios poetas de la ciudadrealeña Manzanares –entre ellos los mencionados García de Dionisio, Cristóbal López de la Manzanara o Jerónimo Calero– decidían unir sus empeños y sueños con la creación de un colectivo que iba a tener el domingo 4 de octubre de ese mismo año su primera presencia pública con una lectura literaria que, con la vendimia como tema, tuvo como marco el ya desaparecido Club Jace, emblemático espacio para el 'bulle-bulle' de la juventud más inquieta de la localidad y verdadero referente social y cultural de varias generaciones manzanareñas, creado en 1969 y finalmente disuelto en 1986.

Desde aquella primera salida conjunta y hasta hoy mismo el grupo Azuer se ha mantenido activo y sin duda la revista que por ellos impulsada naciera en el 96 ha sido su principal aportación a la agenda cultural castellanomanchega junto a sus anuales convocatorias de los Premios Nacionales de Poesía “Ciega de Manzanares” y de Relato acogido este segundo al mismo nombre que la publicación.  

Continuidad, pero también renovación

Veintiocho años y treinta y cinco números después de su aparición Calicanto cambia de diseño y de dirección con la presencia al frente, sustituyendo a García de Dionisio, de Teo Serna, una de las personalidades más polifacéticas –artista plástico, diseñador, cartelista, poeta tanto discursivo como experimental, narrador, creador musical y visual– y atrayentes del actual panorama artístico-literario castellanomanchego.

Presente, como ya señalaba, desde sus mismos inicios en la aventura calicanteña se pone ahora al frente de la revista en el doble papel de director y diseñador para iniciar la que sus propios promotores han signado como su “segunda época”, una segunda época que, sin dejar de ser fiel a su prolongada anterior trayectoria aspira a actualizarse principiando una nueva etapa en la que, manteniendo sus tradicionales dimensiones e incluso alguna de sus características formales de siempre, se presenta perceptiblemente renovada en su aspecto iconográfico en tanto que aumenta su número de páginas y amplía y extiende su índice de colaboraciones propias y ajenas. 

Con imagen de portada y fotografías interiores del fotógrafo, poeta visual y divulgador cultural sabiñanense Edu Barbero, el número se abre con un editorial en el que, además de agradecer a su anterior principal responsable Antonio García de Dionisio su entrega desde el ya lejano 1996 en que la publicación echara a andar, y tras recordar que la revista nació con vocación poética y “de astrónomo que mira por su catalejo” y cómo “siempre quiso saber, descubrir, ser notario con la fe puesta en duda”, se recalca como Calicanto empieza “una nueva etapa, una etapa que pretende abrirse más” siguiendo, como siempre, su principal objetivo: “servir a la poesía” y, en un panorama actual donde esa poesía sería “reflejo del barullo que nos rodea (…) quisiera destarar, separar el grano de la paja” y ser también “fulcro en el que se apoye la balanza que pesa la fragilidad y la belleza”.

Tan ambiciosos propósitos vienen a concretarse en las cincuenta y seis páginas –cartulina verjurada para la portada, papel marfil offset natural para el interior– de esta trigesimosexta entrega que se abre con cinco espléndidos ejemplos del decir aforístico del que sin duda fuera uno de los mejores nombres del hacer literario surgido en los predios ciudadrealeños y uno de los referentes, tanto como poeta cuanto como excelso traductor, del panorama entero literario español contemporáneo, Ángel Crespo (de uno de ellos – “La poesía no es la palabra en el tiempo, sino el tiempo en la palabra” me he permitido precisamente extraer el título de esta reseña).

Tras ellos poemas de nombres tan avalados por sus trayectorias como los de Alejandro Céspedes, Alfonso Brezmes, Carlos Murciano, Concha García, Hilario Barrero, Jaime Siles, José Corredor Matheos, Josefina Aguilar, Marga Clark, María Antonia Ricas, Raúl Nieto de la Torre y Antonio Gómez y textos narrativos de Ariel Friedman, Care Santos, Chema Fabero, Julia Otxoa y Pertinaz Pertinaz (Pepa Maldonado). 

El número se cierra –en el apartado “Libros”– con reseñas críticas de Rumor de la marea baja de Fernando José Carretero, La peligrosa influencia del idiota de la ya citada Pepa Maldonado, Contraverano de Antonio García de Dionisio, Una muerte íntima de Teresa Núñez González, El hombre que se creía Marco Polo de Federico Gallego Ripoll, Aquí de Francisco Caro, Ellos de José Luis Morales y El escondite inglés de Hilario Barrero, respectivamente firmadas por Rafael Escobar, Alfredo Sánchez Rodríguez, Manuel Gallego Arroyo (tanto la del libro de García de Dionisio como del de Teresa Núñez), Cristóbal López de la Manzanara, César Rodríguez de Sepúlveda, Fernando José Carretero y Pedro Torres.  

Agotada ya la edición en papel, de quinientos ejemplares, del número, la revista está, sin embargo, al alcance de quien quiera disfrutar con ella en internet con descarga gratuita.

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