Educación ambiental para proteger la Tierra (y la salud) contra el abuso del consumo del plástico
El centro de salud Guadalajara-Sur ha funcionado como un centro educativo y didáctico de la problemática del plástico no sólo para el medioambiente, sino también para la salud de quienes lo consumen. La iniciativa viene de la mano de la enfermera y profesora asociada de la Universidad de Alcalá de Henares, Carmen Sabroso, que quiso “aprovechar” el Día de la Tierra para impulsar la educación ambiental entre las personas y enseñar que no sólo deben proteger el planeta, sino también su salud.
De ahí la importancia de una iniciativa de este tipo en un contexto local que está “más integrado” en la comunidad. Así lo explica Sabroso, que quiere recordar en primer lugar que los objetivos de las Naciones Unidas contemplan la eliminación “completa” de los plásticos de usar y tirar. “Esto también debería pasar, eso sí, por la fabricación de estos materiales”, asegura Sabroso. Por eso, junto a sus alumnos de tercer año de Enfermería en Alcalá de Henares, puso en marcha esta campaña informativa que se desarrollarán hasta el 30 de abril.
“Esto está en relación con la acumulación de plásticos en el planeta y los efectos medioambientales, como la isla de plástico, un nuevo continente que ha salido entre Hawaii y California”, explica Sabroso. Sin embargo, no sólo se trata de esta acumulación, sino también en el proceso que lleva a botellas, cepillos de dientes y envases de todo tipo a convertirse en 'microplásticos'. “Los peces se los comen pensando que es plancton y por tanto, muchas veces llegamos a cenar un porcentaje de plástico”, afirma la profesional.
Es en este sentido cuando se unen la prevención medioambiental con la educación para la salud, especialmente para prevenir las enfermedades relacionadas con este consumo continuo de plástico y los alimentos que vienen envueltos en este material. “Al llegar a las personas, el plástico tiene un efecto disruptor endocrino, que altera los sistemas hormonales de las personas”, señala. Así, se puede producir una pubertad precoz, cáncer de mama, problemas ginecológicos reproductivos o, incluso, ginecomastia.
No sólo se debe a los plásticos de un solo uso, sino también a aquellos reutilizables, muy utilizados en biberones o tarteras en la casa, explica Sabroso. “La gente no sabe de qué material plástico están hechos. Por eso, nuestra función es educar a la gente en el uso adecuado en estos materiales, para prevenir posibles enfermedades”, explica la enfermera. Y es que si el plástico es expuesto al calor, sus sustancias pueden pasar a los alimentos. “Los más afectados serían los niños y los bebés, pero estamos todos expuestos a ello”, asegura.
A través de una infografía y folletos informativos, los alumnos han funcionado como agentes informativos para los pacientes que acuden al Centro de Salud. Además, Sabroso ha impartido charlas en dos asociaciones de mujeres de la capital alcarreña. “Los alumnos están muy comprometidos, pero tuvieron que ser formados para formar”, explica. El siguiente paso que sería “interesante” sería llegar a los colegios para educar a los niños en este sentido. “Nuestra idea es conseguir una reacción positiva de cara al tratamiento de los desechos”, afirma.
Y es que se han encontrado con un gran desconocimiento alrededor del sobreuso del plástico en todo el mundo. “La gente no sabe que existe una isla de plásticos. Pero tampoco identifica la composición de los mismos, y no ve los símbolos que señalan cómo deben ser reciclados”, recalca la profesional. La conclusión es clara: no se ha difundido “suficientemente” la información y no se conocen las circunstancias que pueden influir sobre la salud.