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Guillermo Arriaga: “En literatura yo no soy Federer, soy Nadal”

Encuentro con Guillermo Arriaga

Culturas de Castilla-La Mancha

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Uno de los grandes creadores de la cultura, el escritor, productor y director cinematográfico mexicano Guillermo Arriaga ha protagonizado la charla online Encuentros de Cine ‘Reyes Abades’, desde México, debido a las circunstancias de la pandemia. Conocido principalmente por los guiones de películas como 'Amores perros', '21 gramos' y 'Babel', Arriaga ha realizado un recorrido por su vida, su proceso de creación, así como las amistades españolas que moldearon su carrera, entre ellos Rafael Azcona; y lo ha hecho de la mano del escritor y cineasta Luis Alegre, y en colaboración de DAMA.

“Yo sólo he tratado de contar historias y hacerlo lo mejor posible. No traten de ser políticos o profundos, traten de tener un estilo porque la voluntad poco actúa sobre una obra”, ha asegurado el autor que define a una obra como un animal salvaje. “Es como tratar de meter a un león en una jaula. Nunca se puede dominar. La voluntad poco actúa sobre una obra, si lo hiciera todos escribiríamos grandes obras. En mi novela Salvar el fuego, he hecho mi mejor esfuerzo. Se escribe lo que se puede no lo que se quiere.” 

Sus libros son muy deudores de la primera época de su vida. Así, ha descrito su infancia en el seno de una familia muy amorosa y avocada a la cultura que siempre le apoyó. Él fue un niño de calle porque “en la calle siempre suceden cosas”. Hizo la carrera de comunicación con la especialización en psicología y en historia porque quería tener una visión humanista lo más global posible.

El ganador del premio Alfaguara de novela 2020 ha profundizado en anécdotas personales que le marcaron. Con un carácter muy callejero aprendió pronto a defenderse cuando sufrió un altercado de inexplicable violencia con tan sólo 10 años. Desde entonces lleva un fino cuchillo bajo la manga de su inseparable chaqueta y la oscuridad del barrio en que vivió se refleja en cada uno de sus trabajos. Esa fue la edad en la que le empezó la vocación de ser escritor. “Entendí la diferencia entre sueño y meta. Hay que ponerse metas. Y que no te importe si te van a publicar o se va a hacer la película. Crear es lo que trae la alegría”.

Concursos literarios

Durante años Arriaga mandaba sus novelas a concursos literarios sin fortuna hasta que una de los jurados, Laura Esquivel, autora de 'Como agua para chocolate', le recomendó a la editorial Planeta Méjico que publicó 'Escuadrón Guillotina' y 'Un dulce olor a muerte'. De ahí, sus obras llamaron la atención de productores como Andrés Vicente Gómez y empezó a escribir cine.

Este creador total va más allá del encasillamiento que utiliza los diferentes medios para proyectar sus creaciones. “Crear es un privilegio. Pero necesita disciplina y rigor. Sin rigor no se puede avanzar. No se puede hacer una obra sino la reescribes varias veces. El talento y la inspiración están sobrevalorados.”

Dando un ejemplo de sus jornadas de trabajo, Arriaga ha contado como trata de escribir unas 10 horas al día y en sus viajes, que son constantes, se fuerza a escribir como mínimo 3 horas: “Una vez que termino de escribir, reescribo la obra completa y la corrijo sobre la marcha, a veces hasta 6 u 8 veces. La imperfección es la mayor virtud de una obra”.

Entre los episodios que marcaron su vida, el mexicano ha profesado su terrible accidente automovilístico en caída libra por un barranco en la Huasteca Potosina, algo que le causó amnesia y que marcó la vida y su manera de entender el mundo y se convirtió en la estructura de 'Amores Perros' (su primera película como guionista). El guion de ese 'Amores Perros' fue juzgado por uno de sus amigos y colaboradores, Rafael Azcona que le dijo que “era lo mejor que había leído y que ese guion iba a cambiar su vida”. Y así fue.

La influencia de Buñuel y El Prado

En este encuentro de Cine ‘Reyes Abades’, Arriaga ha hablado de la influencia que Luis Buñuel le supuso al que vio una vez en México y de que la palabra que le viene a la mente cuando define a España es generosidad. “Es un país de meritocracias, cada zona con sus riquezas. Cada vez quiero más a España. Cuando vi al Greco en Toledo, El Prado, borbota cultura por todos lados. España es un país hecho de diversos países”.

En su futuro se vislumbran más historias, pero sólo para él, sus hijos y una nueva faceta como director o productor. Aunque ha sido tentado en Estados Unidos para hacer series, tantas voces opinando de ese sistema audiovisual industrial le satura.

Para finalizar esta charla online, el guionista sorprendió a todos con una profunda y rotunda afirmación: “Mi consejo para los que quieran hacer cine es que no estudien cine. El cine no es lo importante porque primero hay que tener algo que decir, tener una voz. Que estudien algo que les permita estudiar el ser humano, algo que les de un elemento para discutir sobre la vida. El cine no es lo importante”.

Su último y valioso consejo para aquellos que quieran escribir ha sido que “acepten desde el principio el escritor que pueden ser, no el que quieren ser. Hay que tener metas reconociendo tu tradición narrativa. Siempre lo he dicho, en literatura yo no soy Federer, soy Nadal”.

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